4; El viñedo

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— Guau — dije viendo frente a mi la enorme reja que encima tenia "Viñedo El Olimpo" — No lo recordaba

— Lo sé ¿Recuerdas cuantas veces nos castigaron por entrar?

— Si lo recuerdo — le dije riendo. — Pero ahora ¿Si podemos entrar verdad?

— Por supuesto que sí muñeca — abrió la reja con un pequeño control. — Las damas primero

Entre para admirar el largo camino para llegar al viñedo.

Las uvas estaban en un gran espacio de terreno y había dos construcciones la más grande que era donde se procesaba y se embotellan los vinos.

— Quiero mostrarte algo — Ruggero toma mi mano para adentrarnos a un apartado de la construcción, eran las reservas de vinos se acercó a una en especial y me la mostró.

《Reserva 2002, K&R, Hacienda el Olimpo

El nombre eran nuestras iniciales.

— No se si lo recuerdes pero papá comenzó a fabricar su propio vino el año en el nacimos, antes solo vendíamos la uva y esta es su primer reserva, la cual nunca se ha a abierto

— ¿Por qué?

— No lo sé, nunca me lo ha dicho

— Es nuestra reserva — le digo mirándolo.

— Así es Karol, es nuestra reserva — sonríe y deja el vino en su lugar para caminar hacia otro lado, ahora del año 2005, lo abre y lo sirve en una copa paga la prueba.

— Quiero que lo pruebes

— Ruggero yo no se tomar

— Solo será una pequeña prueba — mueve la copa entre sus manos y la lleva a  mis labios donde le doy un pequeño trago. — ¿Qué tal?

— Sabe riquísimo — le hago saber y el lleva la copa a su boca, bebe todo sin ningún problema.

Nuestra siguiente parada es la pequeña cabaña que había a unos cuantos metros, era hermosa y rustica.

No entendía como es que nunca habíamos venido hasta aquí.

×××

Mientras tanto en la casa de la hacienda estaban llegando las dos parejas hablando animadas y riendo.

Lupe les sonríe y sirve un vaso de agua a cada uno.

— ¿Y los niños? — le pregunta Cassie.

— Salieron al medio día y aún no regresan — el padre de Karol frunce el ceño ante esa respuesta, ya eran las 6, su hija ya debió de haber llegado.

Y como si los hubieran llamado Karol y Ruggero entraron por la puerta hablando con una sonrisa.

— Hasta que llegan — dice el padre de Karol ocasionando que Charlotte apriete su pierna.

— Lo lamento se nos fue el día volando, con permiso subiré a mi habitación — Ruggero sonrió y subió a su habitación dejando a una Karol sonriente.

— Ruggero me regalo un caballo — dijo haciendo que su padre abriera los ojos exageradamente. — Es una yegua, pensare su nombre

— Seguro que encontrarás uno adecuado para ella — su madre acaricio su mejilla, Karol sonrió. — Yo también me retiro, estoy muy cansada

Subió las escaleras y en cuanto escucharon la puerta de Karol cerrarse ambas madres soltaron un gritito de felicidad haciendo saltar a los hombres que las acompañaban.

— Por Dios mujeres — exclamó Patrick tocando su pecho.

— Ay no es para tanto — respondió Charlotte. — Solo digo que muy pronto seremos familia

Y volvieron a soltar un grito, Patrick río ante su emoción pero Patrizio, Patrizio sólo se quedó pensando en sí eso llegara a suceder.

No, claro que no, su hija y Ruggero eran prácticamente hermanos. No podía pasar.

(...)

— ¿Por qué estás tan sonriente desgraciada?

Al otro lado se encontraba Agustín su mejor amigo en la ciudad y bueno, Karol sabia que Agustín le había gustado desde hace ya un tiempo pero ahora con Ruggero sabia que solo había sido un simple gusto.

Aún así no le menciono a Agustín lo que había pasado con Ruggero esperaría más tiempo para contarle a su amigo la existencia de este.

Sabia que Agustín era un celoso y no solo eso, también sabía que a él le gustaba ella.

El OlimpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora