Capítulo 3: "Son unas brujas"

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Po.v Narrador

Mientras ellas se acostaban, Marcus fue a hablar con el jefe de la manda, pues ellas no le inspiraban confianza, pero para ser sincera a mí él tampoco me hacía confiar, ya que tenía el ligero presentimiento que él es capaz de traicionar a mi querido padre tarde o temprano.

-Mi señor, tengo que hablar con usted-dijo Marcus apareciendo frente a Maickol.

- ¿Qué quieres Marcus?-dijo Maickol.

- Está seguro en poder confiar en ella-dijo Marcus.

- claro que puedo confiar en ellas, una es mi hija y la otra es mi mujer-

- ¿Y cómo usted puede estar segura de que es su hija? Recuerde que Julia es del pueblo más traicionero de todos-

- Si ella quisiera acabar conmigo, ya lo hubiera echo. Y Artemis si no lo notaste tiene el mismo olor de mi sangre y mi coraje después de tono ustedes no la asustaron nada, ni aunque sabía que eran lobos-

- Pero señor....

- trata de confiar, sé que ellos acabaron con tú familia, también lo hicieron con la mía-

- Lo sé, por eso usted debería ser el primero en escucharme-

- ellas también son parte de mi familia-dijo Maickol.

- ¡son unas brujas!-

- No te permito hablar así, y por eso una de ellas será tu estudiante es una orden- en ese momento su mirada se volvió fría.

- No lo acepto-

-¿Padre?-dijo el hijo de Marcus llamado Edward quien tiene la misma edad de Artemis.

- dime hijo- dijo Marcus.

- No por tener solo la mitad de nuestra sangre no quiere decir que no pueda aprender nada de nosotros-dijo Edward.

- Hijo no me avergüences- dijo Marcus con un tono de voz rasposa.

- Tú hijo no te está avergonzando Marcus, solo te está dando una lección- le dijo Maickol con voz orgullosa por el joven que tenía mayor sabiduría de su edad.

- Perdón mi señor- le dijo Marcus bajando la cabeza.

- Tú hijo ya ha aprendido todo sobre los lobos ¿cierto?-dijo Maickol.

- Sí mi señor, es mi mejor estudiante-dijo Marcus orgulloso de su hijo.

-¿Y ya no tienes nada más que enseñarle?-dijo Maickol.

- Así es señor- dijo Marcus.

- Entonces...-dijo Maickol pensativo- Edward tú serás el maestro de mí hija Artemis-

- ¿Señor?-dijo Edward

- Sí muchacho y además deberás cuidar de ella-dijo Maickol.

- Será todo un honor señor- dijo Edward con una sonrisa en su rostro.

- Pero hijo...-dijo Marcus.

-Por favor padre déjame entrenarla-dijo Edward.

- No estás listo-dijo Marcus.

- ¿Qué tan difícil puede ser entrenar a una chica?- dijo Edward tratante de que su padre notara que no sería gran cosa entrenar a una chica.

- Ella no es cualquier chica- dijo Maickol.

- Lo sé es una hechicera-dijo Edward.

- Sí, pero también es mi hija, entonces sabrás que no será nada fácil tratar con ella-dijo Maickol.

- No sé preocupe por eso mi señor yo confió en que podre con ella.- dijo Edward muy confiado de su palabra.

- Buena suerte muchacho-le dijo Maickol riéndose.

- Gracias señor- dijo Edward.

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