Capítulo 14: "Final parte I"

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Pv.o Artemis.


Después de hablar un rato con mi padre y de festejar un poco, me fuí a descanzar un poco, ya que al día siquiente tendría practicamente una soga al cuello, ya que tendría que ir a casa de mi abuelo con un lobo ha rescatar a mi madre, creo que esa es una de las cosas más locas y peligrosas que he echo es mi vida.


Cuandos estabamos tratando de sacar a mi madre de su jaula de oro en la que mi abuelo la tenía prisionera, nos descubrieron todo por culpa de Isis quien solprendentemente tiene un olfato extremadamente agudo.


Yo no tuve problemas ya que mi abuelo tuvo la creencia de que también me estaban secuestrando, así que solo se llevo a Edward, quién me pidio que siguiera el juego de ser la victima lo cual no queria pero mi loba por alguna razón le obedecio. Cuando lo comenzaron a torturara lo que no él y mi abulo no sabían es que yo pude sentir todo lo que él sintió durante su tortura, lo peor de todo es que no pude hacer nada por él. Mientras ambos sufriamos note la conección tan fuerte que teniamos ya que al mi abuelo tratar de acabar con lo único a lo que yo no le parecia extraña y en efecto junto a él no me sentía como una sucia hibrida. Así que decidi ir a verlo y como nieta del rey no sé me podía prohibir ver a ningún prisionero, si no lo lograba con eso lo lograria con mi otro cargo de mejor de las cazadoras que hay en el castillo así que tengo inmunidad.


- ¿Quiero hablar con el hombre lobo?- dije con un tono de voz orgulloso y de orden, mientras el bajaba la mirada.


- Pero mi señora, el rey dijo......- no lo deje terminar y le interrumpi.


- Es una orden- deje con un fuerte tono de voz- O quiere discutir con una princesa princesa y su superior- dije con una mirada intimidante y fria.


- Esta bien, mi señora- dijo llevandome hacia donde estaba prisionero Edward.


- Dejeme titalmente sola con él- dije manteniendo una mirada sin emociones.


- Pero...- intento protestar.


- Yo sé cuidarme- le dije entrando en la celda- Además él está encadenado.


- Sí su magestad- dijo inclinando la cabeza y saliendo de hay sin ningún pensamiento de traición.


- Edward perdoname- dije arrodillandome junto a él y con lagrimas en los ojos.


- Tranquila preciosa, lo importante es que tú estes bien- me dijo Edward con voz debil, lo cual me hacia sufrir aun más.


- Pero eso te hace sufrir a tí- le dije aferrandome a el sin erirlo.


- Solo con verte a salvo, todo rastro de dolor desaparece por completo- me dijo con un todo de voz muy suave, secando mis lagrimas.


- No aguanto más. voy a liberarte- dije moviendome para intenar romper las cadenas, pero él me tomo del brazo, lo cual me solprendio ya que se mantenia aun más fuerte que yo.

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