II

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*Alexandra

Tu recuerdo sigue en mi mente, cierro los ojos y te veo a ti sonriendo feliz sin ninguna preocupación un sueño del cual no quisiera despertar, pero ese sueño se convierte en pesadilla y veo nuevamente el día en que te perdí para siempre.

Odio ser así, me gustaría apartar tu recuerdo de mi pero simplemente no puedo, eres lo que más quiere mi alma y mi corazón no importa si no estoy contigo tu recuerdo se pega a mi para no querer soltarse de mi vida nunca más, ahora voy de camino a un lugar que no te puedes imaginar esos bárbaros me atraparon, no pude hacer mucho, voy en un barco donde no hace muchos días me vendieron como esclava al palacio otomano, odio esto te necesito a mi lado para saber que esto es solo una pesadilla, pero se que no lo es, ya hace unos años que te arrebataron de mi lado, eh rezado y rogado a dios para volver a encontrarme contigo y si no es aquí será en el cielo. Estarías muy orgullosa de mí me eh convertido en una mujer fuerte, lucho por mi libertad en ese barco pero aún así no puedo salir, lo último que intente salió mal, me ataron y me dejaron sin comida ni agua, solo ruego que me maten para ya no sufra
y que tu recuerdo este conmigo por la eternidad

En la noche me desatan, me dicen que me lave la cara, y yo solo puedo preguntar

- ¿dónde estamos?, ¿estamos en el infierno otomano? - miro por la ventana y veo el palacio y como los fuegos artificiales alumbran este, eh llegado a un lugar horrible, ya no me queda nada solo aceptar que de ahora en adelante soy tan solo una esclava más de este maldito imperio.

Llegamos y nos llevaron a todas el mercado, las personas nos observaban a cada una, hasta que un hombre dijo que alguien ya había pagado por casi la mayoría de nosotras, nos llevaron al palacio y ahí al harén, trato de no hacer mucho pero mi paciencia no coopera conmigo y empiezo a gritar y a decir que me dejen libre que me saquen de aquí, los guardias me toman de los brazos y me llevan a la parte de arriba donde unas puertas se abren y una mujer me dice que no grite, levantó la cabeza y veo a unas mujeres

- cállate, no grites- veo q la mujer delante mío es una dama muy hermosa y bien vestida.-Me trajeron a este infierno otomano a la fuerza, porfavor ayúdeme, salveme. Usted es una dama poderosa y rica puedo verlo, dígales que me dejen ir de otro modo me suicidare- diago a aquella mujer con la esperanza de que tenga lástima o piedad de mi y me deje ir pero la respuesta comprueba que no.-eres propiedad del sultan, el decide si morirás o vivirás.. y yo- me molestó demasiado eso último que dijo y entonces empecé a gritar de nuevo- NO SOY PROPIEDAD DE NADIE!!- los guardias me agarraron otra vez y mientras entre gritos pedía que me soltaran me llevaban de nuevo abajo para que pudieran revisarme. Odio este lugar con todo mi ser, lo odio encontraría una forma de escapar y largarme no puedo soportar estar más en este infierno.

*Mahidevrhan

Desde hace ya un rato que siento una presión fuerte en el pecho, siento ansias de llegar a la capital, Mustafa mi hijo está conmigo el me pregunta a dónde vamos- mamá, ese palacio es más grande que el nuestro- su hiperactividad y emoción me recuerda cada más a ella- mucho más grande, allí nos esperan tu abuela Hafsa y tu tía Hatice e Ibrahim- eso calma sus ansias un poco y se queda sentado un rato. Al llegar lo primero que hacemos es ir a ver a la madre sultana y a la sultana Hatice, la abuela y tía de Mustafa mi hijo, al entrar siento más la presión en el pecho, el malestar no se aleja solo se intensifica decido ignorarlo y llegó hasta donde están las dos sultanas, Mustafa al verlas se emociona y corre hacia ellas, depsues de un rato me llevan a dónde serán mis aposentos, son muy hermosos me dejan sola para instalarme y descansar del largo viaje.

Ah pasado mucho tiempo desde la última vez desde que estuve en el palacio y la primera vez que llegue inmediatamente me trasladaron a manisa, me educaron y criaron para un príncipe que despues se convertiría en el sultan, di a luz a su hijo a pesar de ser una alfa me sorprendió el que pudiera quedar embarazada, y muchas veces quise no estarlo eh intenté deshacerme de ello pero depsues pensé en Alexandra que diría ella si me viera en este estado, deje todo intento de tratar de deshacer mi embarazo y depsues de unos meses nació Mustafa, mi lindo niño de ojos soñadores iguales a los de Alexandra, solo así puede sobrellevar todo esto el me recordaba mucho a ella y me eso me hacía más feliz de lo que jamás fui eh imaginarme que Mustafa es hijo mío y de Alex me hacía no perder lo poco de felicidad eh inocencia que aún alberga mi ser, estuve muy concentrada recordando lo que pasó cuando a mi lado pasaron unos guardias con una muchacha en manos y puede alcanzar a divisar una cabellera larga y rojiza, mi corazón se aceleró y mi mente empezó a imaginar lo imposible, para cuando quiere dar la vuelta los guardias habían desaparecido con la muchacha que llevaban, sabía que no podía actuar así que debía calmarme o el palacio me tragaría con vida.

Pase todo el día pensando en lo que vi y no puede quedarme tranquila, inclusive en la noche estuve más pensativa de lo normal, una mujer entro en mis aposentos, Gulfem la primera mujer además Omega del sultan, ella también le dio un príncipe pero perdió el embarazo, eso me hizo sentir aún más mal conmigo misma cuando me enteré, yo estuve tratando de no tener a Mustafa cuando había personas que morían por tener al menos un hijo y yo estaba tratando de no tenerlo .- ¿No bajara a celebrar?, por la Ascención al trono del sultan se ah preparado una celebración, musica, baile, todo,- en este momento no estaba de humor para celebraciones, me eh estado sintiendo ansiosa desde que llegué y depsues ver cosas que no tal vez no son me estaban matando.- No creo que sea buena idea, es una celebracion para nuestra majestad así que no debo interferir- la verdad es que no quiero ver al sultan ahora mismo, no tengo ni los ánimos ni las ganas de ello, al parecer ella lo entendió y así salió de mis aposentos sin decir nada.

Pasado un rato Mustafa no se duerme solo quiere ir de aquí para allá, le digo que debe de descansar un rato y que mañana seguirá jugando, sigo intentando dormirlo, la puerta se abre sin que nadie llame y la madre sultana entra, yo solo puedo hacer una reverencia y mi hijo solo coree hacia sus brazos para ser abrazado cariñosamente por su abuela.–Esta más grande desde la última vez que lo vi– dice ella depsues de soltera a Mustafa y que deste despues se acercara a mi–El tiempo pasa rápido–digo sin para no dar más continuidad a la conversación, pero la sultana parece notarlo,–¿ocurre algo Mahidevrhan?– yo solo miro a mi hijo y el a mi, tengo una ansiedad en mi cuerpo que no puedo calmarla desde que llegué y más depsues de ver lo que me pareció solo una fantasía por el cansancio.– nada sultana, solo que ya es tarde y Mustafa tiene que dormir, los dos estamos agotados después de un largo viaje– hecho una mentira más para que está mujer pueda salir de mis aposentos, me incómoda un poco su presencia y más porq sigo ansiosa y no tengo la menor idea del porque,–ya veo, ambos se ven algo cansados, será mejor que los deje dormir y mañana por la mañana podrán contarme cómo les fue, que descansen–dijo para depsues salir de mis aposentos, es ahí cuando suelto el aire que no sabía que estaba reteniendo en mis pulmones, y depsues oigo como Mustafa hace lo mismo, me da algo de gracia el escucharlo algunas veces actos tan pequeños como esos me recuerdan que este niño lleva mi sangre y que no solo se parece a ese hombre. Me arrodilló y quedó a la altura de Mustafa y lo abrazo fuertemente y el se aferra a mi y como acto de reflejo el enreda sus piernas alrededor de mi para que lo levanté, lo cargo y nos vamos a la cama para poder dormir en este nuevo lugar donde no se si podré mantenerme lo suficientemente fuerte por mi hijo.

¿ Porque tiene que ser así? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora