8 Pasos Para Enamorarlo || Luckity

08 - Declararte

Eran exactamente las 04:20 pm. Luzu sentía sus manos temblar fuertemente.

Por su mente pasaban todos los recuerdos que había pasado con quackity en los recientes días.

Por ejemplo aquel día que habían ido a un elegante restaurante a cenar y se enteraron de que los mismísimos Rubius y Vegetta se encontraban en el mismo espiando a la casi-pareja.

˗ ˏ ˋ ✧ 𝑭𝒍𝒂𝒔𝒉𝒃𝒂𝒄𝒌 ✧ ˎˊ ˗

El castaño se encontraba sentado frente al que consideraba el chico más precioso que había visto en su vida. Mientras tanto este solamente miraba hacia todo su alrededor.

Luzu al notar al chico un tanto inquieto se decantó por entrelazar su manos con las del chico que se encontraban sobre la mesa. Al sentir el tacto del contrario, el peli negro volteo a verlo, instantáneamente una preciosa sonrisa se plasmó en sus labios.

—Creo qué hay alguien viéndonos— quackity habló aún sin separar su mirada de la del castaño.

—¿Cómo? —preguntó confundido.

—Voltea hacia tus espaldas...—antes de que el menor pudiera seguir hablando vió como el chico frente a él volteaba su cabeza brusca y rápidamente —Disimuladamente chingados—dijo suspirando al notar que no había disimulado en lo absoluto.

Joder, había compartido tantos con los chicos que le era imposible no diferenciar la figura de este.

Rápidamente se levantó de su asiento sin apenas escuchar las preguntas de quackity a sus espaldas.

Al llegar a la mesa donde aquellos dos sujetos se encontraban, tomó ambos menús que tenían frente a su rostro para cubrirlo y los levantó dejando ver a quien supuso que era.

Debía admitir que aunque ya lo suponía aún así se asombró un poco.

—¿Qué coño hacéis aquí?—preguntó el castaño sintiendo como el menor llegaba y se colocaba a su lado.

—¿Qué chingados hacen aquí?—preguntó el peli negro un tanto sorprendido.

—¿E-estamos cenando?—el albino contestó claramente como una excusa.

—Joder, rubius me obligó a venir— dijo Vegetta, soltando una risa.

[...]

Luzu soltó una ligera risa ante tan recuerdo.

Hoy era el día, hoy era el día en el que se le confesaría a aquel chico que lo tenía vuelto completamente loco desde aquella primera vez que le vio llegar al pueblo, aquel chico que con solo una sonrisa era capaz de hacer lo que fuera.

Aquel chico que lo tenía tontamente enamorado.

Estaba nervioso, joder, vaya que estaba nervioso, cada minuto que pasaba limpiaba sus sudorosas manos en su pantalón. Tenía un miedo increíble acumulado.

Quackity podía quererlo mucho y lo que fuera, pero, ¿y si le decía que no? ¿Y si no estaba preparado?

Por un lado Luzu se mentalizaba en que todo saldría bien, en que quackity lo quería tanto como este a él. Y que diría que sí.

Mientras tanto por el lado del contrario, este se encontraba arreglando los últimos retoques de su vestimenta.

Sonrió mirándose a través del espejo. Su autoestima había mejorado considerablemente, gracias a él, gracias a aquel castaño, quackity podía verse en el espejo y ver la maravillosa persona que es.