VI. Descarados.

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Cuando por fin llegue donde la fábrica aparque el auto donde estaban los demás. Baje y le puse alarma. Camine sobre el pavimento dañado y entre toda la gente comencé a buscar a Aaron. Me fui hacia la entrada donde me había dicho que me esperaría y me levante en puntas para poder observar algo, de repente sentí dos manos a los costados de mi cintura y una respiración cerca de mi oído.

-Hola, creí que no vendrías.-Susurro depositando un suave beso entre mi mandíbula y mi oído haciendo que mi piel se erizara.

Me voltee sobre mis talones y el aún sin despegar sus manos sobre mi sonrió de lado.

-No creí poder verte tan hermosa.

-Tampoco creíste que vendría.

-Que bueno que estas conmigo ahora.

-¿Porque?

-Esos chicos están que te devoran.-Señaló con la cabeza hacia detrás de mí. Voltee un poco para ver y un chico me guiño el ojo mientras otro de sus amigos se pasaba la lengua por sus labios ¿Cómo pueden ser tan descarados?

-Amm.. ¿Podríamos ir a otro lado?-Tenía una mueca en mi cara.

El soltó una carcajada. Yo solo lo mire desconcertada.

-¿Qué es tan gracioso?.-Dije con una mano apoyada en mi cintura.

-Es que son mis amigos y son inofensivos. -Rodee los ojos.-Vale, no te pongas así. -Acario mi mejilla siguiendo el camino hasta mi barbilla apretandola cariñosamente haciendo que mis labios se separarán levemente. Se comenzó a acercar a mi y ya sentía su respiración chocando con la mía, puse mis manos en su pecho y me separe. No iba a dejar que me besara, por ahora no.

El solo levantó una comisura de sus labios formado una sonrisa de lado.

-Ven, vamos con los carnívoros. -Mis facciones fueron de súplica, no quería ir con ellos, me sentía incómoda tan solo con sus miradas. -No te harán daño. Te lo dije antes, que bueno que estas conmigo, te prometo que aquí nadie se sobrepasara contigo.

Mordí mi labio inferior pensando ¿Qué es lo peor que podría pasar? Muchas cosas.

-Ven vamos. Te aseguro que no son como piensas.-Caminamos hacia ellos al mismo paso y yo iba nerviosa hace mucho que no hablaba con personas para conocerlas, me acomode un mechón que se había escapado de mi coleta detrás de mí oreja mientras seguía caminando.

-Hola chicos, ella es Harper.

-Vaya. -Dijo un chico moreno con facciones blandas, ojos marrones y unas cejas pobladas que hacían resaltarlos y ni decir de sus pestañas, tenia unos cuantos tatuajes en su antebrazo izquierdo y por la camiseta blanca que llevaba se lograba ver que mantenía su cuerpo en forma no exaradamente pero si marcado. -Chicos, me deben 50 dólares.

Aaron y yo lo miramos desconcertados.

La mayoría bufó y algunos abuchearon, sacaron sus billeteras y le dieron los dólares.

-De aquí tengo para apostarte.-Dijo el mismo mientras le daba unas palmadas al hombro de Aaron mientras contaba el dinero. Eso me dio a entender que Aaron participaría en la carrera.

-Pero que mal educados somos.-Hablo un castaño con ojos color verdes y un poco bronceado. -Un gusto conocerte Harper.-Hablo tomando mi mano dándole un par de besos. Los cuatro chicos que estaban ahí contando a Aaron tenían una camiseta blanca puesta, excepto que Aaron llevaba la típica chaqueta de cuero que usaban los motociclistas. Pareciera que se uniformaron para poder echarle porras, ya saben ellos los "animadores buenorros" y Aaron el "Capitán del equipo de fútbol americano" si es que tomamos los típicos ejemplos de las secundarias pero la realidad era "Los apostadores" que aunque en este caso no eran animadores no les quitaban lo bueno que estaban y "El corredor" que déjenme decirles que no se quedaba atrás, literalmente, ya saben porque también se utiliza ese término en las carreras. Bueno por eso no soy comediante.

Rompiendo EstereotiposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora