IX. Lo recordaba más normal.

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Escuché como alguien tocaba desesperadamente el timbre, así que me levanté de la cama y me puse mis pantuflas para no tocar el frío del piso. Antes de bajar tomé mi celular.

Cuando termine de bajar las escaleras fui hacia la puerta y antes de abrir mire por la ventana, que raro. Abrí la puerta.

-¿Qué se debe hacer para que en esta casa recuerden que vas a llegar? -Empecé a reírme, ni siquiera se había dado cuenta quien había abierto la puerta, estaba hablando por celular, seguramente reclamando a mi mamá, mientras se ponía las gafas en su cabello volteo a verme y abrió los ojos como si hubiera visto un fantasma ¿de verdad me veía tan mal? -Si, ya, al parecer ya despertó de su profundo sueño, ¿También se abra pinchado el dedo como la bella durmiente?-Rodee los ojos. Le hice una seña con mi mano para que le colgara ya. -Yo los espero, o ya vemos que hacemos en estas horas, tal vez la haga entrar en razón y se arregle un poco, o al menos que no salga de casa mientras esté así.

-¡Tíaaaa!

Se empezó a reír y colgó.

-Bueno cariño, necesito que me ayudes con mis cosas.

-¿No puedes con una maleta? ¿En serio? Es que mira, si te ayudo tengo que salir de casa y con este atuendo todos los chihuahuas de la cuadra me envidiaran ¿Te imaginas? Saldré hasta en la revista Vogue modelando con el título "Pijamas Primavera-Verano" y todavía no estoy lista para la fama.

-No andes con chistes, ven y ayudame.-Mi tía ya estaba cargando tres maletas.

-Pues que traes, ¿atuendos para cada comida del día?

-No, no estoy segura de cuanto tiempo me quede aquí, entonces traje lo necesario.

-¿Si? Lo necesario para toda una familia y tu eres soltera.

Se volteo a verme y parecía que me quería ahorcar.

-Estoy soltera porque...

-Aja, sin excusas. -Tome unas maletas y la ayude a meterlas.

-Bueno, como sea. Supongo que tu madre no te dijo que venia, ¿verdad?

-Amm. . Mira, no quisiera echarla de cabeza pero pues como ves, no me dijo. De todos modos las habitaciones de visitas están desocupadas, puedes estar en cualquiera. -Dije moviendo mi mano en círculo.

-¿Me ayudas a subir mis cosas?

Saque mi labio inferior en forma de puchero.

-Mi papá no tarda, andale que te ayude el, y aprovechamos que es viernes y el novio de mi hermana viene. -Mi tía soltó una carcajada.

-¿Qué? ¿Te cae mal?

-No, para nada, pero no estoy apta para este tipo de actividades.-Dije mientras me tiraba al sofá. Mi tía entrecerro sus ojos hacia mi y puso sus manos en la cadera.

-Ya te me hacías diferente. Se te olvidaron tus lentes.

-No tía. -Reí. -Es que me los cambie por unos de contacto.

-Ahh ya entiendo, cambio de imagen eh. Yo te podría ayudar.

-Probablemente hoy este ocupada.

Me miró sorprendida.

-¿Vas a salir?

-No, me voy a dormir.-Me levanté y empecé a subir las escaleras.

-¿Así soy recibida? Es mejor dormir que estar conmigo mientras llegan tus papás. Si seguro, al fin y al cabo las hamburguesas de McDonald's me hacen engordar. -Pare en seco y corrí de nuevo hacia abajo.

Rompiendo EstereotiposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora