Capítulo 2: Encuentro.

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Es viernes por la tarde y Wei Ying cree que al menos la mitad de sus problemas se han resuelto a la fecha.

Problema número uno: Jiang Cheng siendo molesto. ¿Estado? Resuelto.

Lo mejor es que no fue él quien tuvo que intentar ablandar el corazón de su cruel hermano menor. Fue simplemente Jiang Cheng, llamándolo al día siguiente para disculparse por su mal temperamento. Recordándole además, que no cedería con facilidad a los caprichos de su madre, sin antes luchar. Wei Ying masticó esto último con algo de pesar. Sin embargo, prefirió dejarlo así por ahora.

Problema número dos: La bicicleta de Lan Zhan. ¿Estado? Un gran no resuelto.

Y es que trató de contactarlo a través del hospital y del oficial de turno muchas veces, pero la respuesta fue siempre la misma: No revelarían información confidencial de ningún paciente, independiente de la situación.

Así que está donde empezó, con algo que claramente no es suyo y sin posibilidad de devolverlo.

Lan Zhan debe pensar lo peor de él, suspira resignado ante la idea.

Se acomoda un poco mejor en el asiento trasero de su auto, cuando alguien golpea estruendosamente la ventanilla del copiloto.

Suele venir a descansar al estacionamiento del trabajo, justamente cuando no desea ser molestado. Entonces, ¿qué parte de 'quiero estar solo' es la que no entienden aún sus compañeros? Además, está a menos de cinco minutos de finalizar su turno. Deberían al menos considerar esto último.

"Wen Qing". dice saliendo del vehículo y estirándose perezosamente un su lugar. La chica rueda los ojos con exasperación, sin embargo, no dice nada. Wei Ying decide empujar un poco la conversación.

"¿Sucedió algo?"

"Es Wen Chao. Dice que hay un pedido".

"Pero mi turno ya casi... " Un puchero involuntario se apodera de sus labios al entender la situación. "¿Tengo que hacerlo, verdad?" Su voz resignada. Wen Qing asiente, aparentemente compadeciéndolo.

Es tan injusto, piensa. Desde que comenzó a trabajar aquí, ya le ha pasado esto un par de veces. Tener que cubrir entregas fuera de su horario laboral, así, sin previo aviso cada vez que su jefe lo ordena. Y no es que no tenga el coraje suficiente para reclamar al respecto y hacer valer sus derechos. Es simplemente que no desea arriesgar su única fuente de trabajo, por algo de dignidad.

Se queja un poco más, antes de arrastrar los pies de regreso a la tienda. Su compañera lo sigue en completo silencio.

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Revisa por última vez la dirección en el GPS de su teléfono antes de tomar el pedido y bajarse del auto.

La entrega corresponde a 10 alitas de pollo crispy, junto a un refresco de dieta. Sin embargo, la dirección no concuerda para nada con el estilo de la comida que ellos venden. Partiendo porque no es una casa precisamente a donde ha llegado, sino un reconocido y elegante salón de eventos sociales. Y esto lo sabe, porque estuvo aquí hace apenas dos semanas, junto a la familia Jiang.

¿Será que acaso fue víctima de alguna de esas llamadas de broma? Hoy en día están de moda, por lo que sabe.

Para su buena suerte, la idea se descarta en cuanto llega a la entrada.

"Hey, por aquí", dice una voz femenina detrás de él. Se oye casi como un susurro, cual niño pequeño haciendo travesuras. Wei Ying se voltea de inmediato, encontrándose con un par de ojos divertidos que desbordan curiosidad al mirarlo. "¿Eres el chico de los repartos, cierto?"

✨Crash in love.✨ (Wangxian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora