Capítulo 3: La cita (1ra parte).

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Si bien no son lo suficientemente cercanos como para conversar durante 20 minutos de trayecto en auto, el silencio que los envuelve ahora resulta mucho más acogedor que la atmósfera de la última vez.

Wei Ying sintoniza su estación de radio favorita para amenizar un poco más el ambiente y en cosa de segundos, cree que ha dado en el clavo. La música es tan pegadiza, que no puede evitar mover juguetonamente sus dedos, marcando el ritmo contra el volante. Lan Zhan, en cambio, no luce conmovido, pero tampoco disgustado. Alterna su atención casualmente entre la ventana y su teléfono.

Es un buen segundo comienzo, Wei Ying se dice así mismo, con una tenue sonrisa dibujándose en sus labios. La tensión al fin abandona su cuerpo.

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"Sígueme, vivo en ese de allá". Wei Ying señala con ávido interés, un pequeño edificio de color azul gastado, probablemente por los años y el sol.

Tiene curiosidad por saber si es que a Lan Zhan también le desagradan esta clase de lugares tan "desdichados", como lo llamó Jiang Cheng en su última visita. No lo culparía si creyese lo mismo. De hecho, no culparía a nadie por pensar como su hermano, sin embargo, la decepción sería evidente. Y es que podrá ser un barrio sencillo, sin un gran atractivo y sin locomoción a la vuelta de la esquina. Pero es económico y es su hogar.

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Ya en su departamento, Wei Ying consigue abrir la puerta luego de un sutil forcejeo entre la gastada cerradura y su llave de mano. "A veces es un poco mañosa", se excusa con las mejillas coloradas por la vergüenza. No dirá que ese a veces, en realidad es siempre. Lan Zhan no necesita saber tanto (aún).

Ingresa al interior tarareando la última canción que escuchó, cuando nota que la puerta sigue abierta y no hay rastros de Lan Zhan a su lado.

"¿Lan Zhan?" Pregunta, regresando sobre sus pasos hacia donde este todavía lo espera, con rastros notorios de indecisión en el rostro.

"Esperaré aquí. No deseo importunar".

Importunar, ¿es enserio? Wei Ying quiere reír ante toda esa cosa formal que Lan Zhan insiste en usar con él. Se supone que ya se conocen, ¿no? Aquello debería ser suficiente para tratarse con mayor confianza. Se le ocurre algo para probar su punto.

"Hey, vivo solo, ¿a quién molestarías?" dice juguetonamente mientras se acerca a Lan Zhan. " A menos que..." Su voz sale intencionalmente más aterciopelada de lo habitual cuando repite: "A menos que en realidad estés buscando una excusa para no entrar, lo cual me ofendería bastante.

Están tan próximos ahora, que desde aquí Wei Ying puede apreciar a la perfección cada detalle en el estoico rostro de Lan Zhan. Él puede ver sus cejas pobladas, su nariz perfilada, sus labios de aspecto suave, su piel bien cuidada. Pero lo que siempre clamará por el resto de su atención, es el color único de aquellos ojos claros; lucen como verdaderas luciérnagas, iluminando todo a su paso.

Y quemándolo. Wei Ying se está quemando por dentro.

Retrocede avergonzado, ante el rostro imperturbable de Lan Zhan y se pregunta: ¿por qué sigue quedando mal, cuando lo único que busca es dejar una buena impresión?

"Ah... Solo bromeaba, no hay problema si esperas aquí". dice, esforzándose por componer la situación. Lan Zhan acepta la disculpa implícita con un leve movimiento de cabeza, antes de perderse tras el umbral de la puerta. Si se ha ofendido, al menos no lo dice.

✨Crash in love.✨ (Wangxian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora