Capítulo 5

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Al final cada uno se fue a su habitación, yo llegué a la mía escoltada por Nickolay después de dejar a Emily en la suya que casualmente estaba en el mismo pasillo que la mía pero no relativamente cerca. El palacio de Oro Blanco era monumental, después de años de venir con mis padres nunca lo recorrí completo, aún me sorprendo de su magnitud.

Me senté en mi nueva cama tratando de acostumbrarme a mi nuevo entorno. No podía creer lo diferente que eran las cosas después de un par de días, me sentía diferente, estoy en un lugar completamente diferente al lugar que yo pensaba que estaría en estos momentos hace unos días, me di cuenta de que todo sería totalmente distinto de ahora en adelante.

Suspiré mientras me recostaba mirando hacia los ventanales a unos pasos de la cama, miré mientras el sol se ocultaba ante mí y unas lágrimas escapaban de mis ojos. Extraño a July, extraño mis planes con ella, de mantenernos en contacto siempre en las vacaciones desde hace años antes de comenzar las clases, las películas para llorar que veíamos juntas, las escapadas que hacíamos de vez en cuando hacia los jardines de internado en medio de la noche para mirar las estrellas en nuestro rincón secreto mientras hablamos de los cotilleos de la semana, su risa estridente cuando encontraba algo demasiado gracioso que a veces le daba espasmos de tanto reír, cuando en las noches despertaba llorando por pesadillas cuando recordaba a su hermano, los litros de helados que comíamos juntas cuando una estaba deprimida. Extraño a mi mejor amiga y ella nunca me recordará otra vez, nunca podré verla otra vez, nunca.

Sin darme cuenta me quedé dormida y desperté de repente al escuchar que tocaban mi puerta, me senté sobándome mi mano que estaba adolorida al dormirme con mi cabeza sobre ella. Me limpié mi cara que estaba pegajosa de lágrimas secas y camine tanteando el piso por obstáculos en la oscuridad de la habitación hacia la luz que me guiaba donde debería estar la puerta. Palmeé la puerta hasta encontrar el picaporte y lo entre abrí con los ojos entre cerrados acostumbrándome a la luz.

-¿Si?- dije parpadeando rápidamente hasta que vi a Fréderic sonriéndome- ¿Qué haces aquí?- le dije ahora enfadada.

-¿No te alegras por verme?- Dijo haciendo un puchero.

- Ya quisieras.

-Auch.

-Vete- le dije mientras intentaba cerrar la puerta hasta que su pie me lo impidió.

- Hey, me mandaron a buscarte preciosa. Javier estará hecho una furia si vuelvo sin ti.

-¿Javier?- asintió- Si quiere verme ¿Por qué no vino él?

-Pff pues me ofrecí claro- dijo poniendo los ojos en blanco- además está débil después de que tú te convirtieras en una bomba nuclear y él tuviera que calmarte.

-Sabes que eso no fue mi culpa.

-Sí, todos sabemos eso Olivia. Me pasó lo mismo hace como 6 meses, a todos nos pasó, a excepción de Rosalina, a ella le pasará en una semanas más, su asignación fue hace unos días como la tuya.

-¿Por qué yo soy diferente?

-Porque tú eres más poderosa al parecer.

-Ah, eso no me sirve como respuesta.

-No, es en serio, a Nickolay le pasó una semana después de su asignación y es más poderoso que yo o Javier en algunos ámbitos como persuasión y la telequinesis. Tú serás más poderosa, de eso no hay duda.

-¿Persuasión?, ¿Telequinesis?, debes estar bromeando, eso solo ocurre en las películas de ficción- le dije incrédula.

-Cariño-le fruncí el ceño- Perdón, Olivia, mira yo no manejo estas cosas de que habilidades controla cada uno de nosotros los spiritus, créeme, yo también me sorprendí un poco, pero luego te darás que no puedes vivir sin ellos, son parte de ti. Ya lo verás, nunca vuelves a ser lo que eras antes que el cristal te escoge tu elemento.

El quinto elementoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora