El quinto elemento

Capítulo 7

-¿Mamá y papá?, ¿Estás de broma?- No me lo podía creer. No les veo desde el comienzo de año.

- Están esperándote en el jardín- me dijo con una sonrisa. Me fui en camino a la puerta a pasos rápidos ignorando al resto. Olvidando a Fréderic y Nickolay.- Fredie,- dijo Emily, me detuve- también quieren verte a ti. Tienen un mensaje del estado de Collete.- Fréderic se levantó de inmediato al escuchar el nombre de su hermana.

Nick, Rosa y Javier no sabían que sucedía y nos miraban expectantes. La directora le hizo un gesto a Emily de que hablarían luego y nos dejó marchar.

Fréderic estaba nervioso, se controlaba enormemente de no usar velocidad para llegar primero porque le agarré el brazo apenas salimos de la habitación. Era un gesto de confianza el que le daba. No podía quedarme en el pasado en memoria de una pelea de niños, ya no más.

Llegamos a las puertas de cristal y unos guardias que la custodiaban nos la abrieron a nuestro paso. A la primera persona que vi al salir fue a mamá, vestida con un vestido recto de color azul verdoso y su cabello marrón oscuro cortado elegantemente al cuello. Dejó de hablar con papá que estaba escuchándola con el ceño fruncido y con las manos en los bolsillos del saco.

Corrí a abrazarme a mamá que me devolvió el abrazo con fuerza. Olía a manzanilla, como las flores al rededor de nuestra casa en Italia, que era la que más nos gustaba a todos, por sobre la de Londres.

-Oh, mi pequeña Livy- me susurró mamá al oído mientras me besaba la mejilla muchas veces con sus delgados labios carmesí.- Te extrañé tanto mi pequeña niña- se alejó un poco para verme el rostro- Luces más más grande de la última vez que nos vimos, tus ojos brillan y estas resplandeciente, a pesar de todo lo que ha pasado.- me dijo poniendo un mechón de mi cabello marrón detrás de mi oreja.

-Señor Bellwood- saludó Fréderic a mi padre extendiéndole la mano tenso. Mi papá le respondió el saludo estrechándola con fuerza.

-No me gusta que me llames así Fred, te lo he dicho desde que eras niño, llámame William- le sonrió mi padre.

-Esta bien, William- respondió Fréderic dudoso.- Supe que tienes noticias de mi hermana- dijo directo al grano.

-Tranquilo muchacho, sentemonos alrededor de la mesa primero- dijo sonriendo. Nos sentamos ocupando cuatro de los seis asientos disponibles de la mesa de cristal opaco.

Me senté al lado de Fréderic y mamá al lado de papá. Emily siguió parada y como desde que llegamos no dijo palabra, apenas me acordé de que estaba aquí. Le miramos todos esperando que se sentara con nosotros.

-Lo siento, pero tengo cosas que hacer ahora. Los veo luego, mamá, papá- les sonrió en despedida. Se marchó por la misma puerta de la que entramos y los guardia la cerraron después de su salida.

-Bien- dijo papá- Fréderic, sé que estas nervioso por el estado de Collete, ella esta bien. En un par de días estará completamente nueva.- Fredie soltó el aire que guardaba y sus hombros se relajaron notablemente- Tus padres pasaron un gran susto cuando ella se golpeó tan fuerte la cabeza ese día y quedó inconsciente, pero ahora esta mejor con los poderes Terra de tu abuelo Jean. La pequeña Collete dijo que vendría a verte a penas se recupere- le señaló mi padre con una sonrisa. Fréderic le sonrió con ganas y se permitió reír un poco, ¿Acaso no se le permitía salir del palacio? Fredie negó levemente haciendo el movimiento casi imperceptible para mí, mis padres no lo notaron.

-Y tú, mi querida Olivia- me llamó mamá haciendo que yo dejara de observar a Fréderic- Tengo que decirte algo. Sólo espero, princesa, que no te enfades conmigo por lo que te diré.- me tensé al escuchar lo último. Fréderic al captar a lo que yo llegaba a sentir, agarró mi mano que estaba sobre la mesa y me dió una sonrisa de apoyo. Él ya leyó los pensamientos de mi madre. Mi padre miró nuestra cercanía y frunció en ceño un segundo para volver a mirarme expectante. Mamá continuó y yo ignoré a mi padre- Sabemos todo sobre los spiritus, somos parte del consejo, eso bien lo sabes. No te dijimos nada pero sabíamos que había muchas probabilidades de que eras un integrante del pentágono. Lo sabíamos desde que eras niña, sin embargo no queríamos aislarte del resto de los estudiantes de la academia.