𝐒𝐏𝐀𝐑𝐓𝐎𝐑 | No podía creer lo que vio. El tenía asegurado que el hermoso chico que siempre entraba a la puerta de su casa con una sonrisa unas flores solo para el jamás sería capaz de traicionarlo. Jamás pensó que ese hombre sería capaz de arru...
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La mujer gimió bajo al sentir como era penetrada por el hombre alto. Una, dos, tres, cuatro y más estocadas. Sus pieles chocaban haciendo un hermoso ruido para ella. La joven se sentía en el cielo cada vez que el pelinegro se movía dentro de ella.
Gonzalo llegó a su punto corriéndose y llenando el condón con su esencia. Salió dentro de ella para acomodarse su ropa.
Tenía la mirada fija en su escritorio mientras se mordía su labio con desespero.
-Cariño ¿Ya le pudiste el divorcio a tu esposo?
Esposo, él acaba de serle infiel al hombre que ama. Aunque no es la primera vez, siempre tiene la misma reacción, a veces olvida porque acepto a esa mujer como su amante, pero cada vez que lo recuerda solo tiene ganas de llorar.
-No...
-Gonzalo, sé que ya estás enamorado de mí, pero no quiero seguir siendo tu amante, así que ve terminando ese matrimonio que ya está destruido.
Arruinó su matrimonio.
-Si- Él solo quiere a su hermana- Te prometo que pronto me divorciaré- Pero no quiere perder a su razón de vivir- Amor.
La mujer sonrió para volver a besar al chico, siendo correspondida al instante. Los dos se besaban con desespero buscando más contacto. Ellos trataban de amarse y si siguen lo logran.
Gonzalo no quería destruir ese matrimonio y Andrés no quería creer que su matrimonio se estaba destruyendo.
Escuchaba a sus amigas decirle que vieron al hombre que ama revolcarse con una mujer. Él jamás pensará eso.
-Chicas ¿Por qué dicen eso? Gonzalo jamás me sería infiel.
Daniela y Evelyn suspiraron, sabían que Andrés no le creería y no querían que él se ponga más mal de lo que estaba, así que decidieron dejarlo pasar.
-Bueno...- Evelyn trato de cambiar el tema.
No, no se puede dejar pasar un tema como este.
-Dijiste que llegarías de sorpresa a la empresa de tu esposo para dejarle la comida.- Daniela sonrió internamente al lograrlo.
Hay dos opciones, o él solo está trabajando o se revuelca con la amante.
Esperan no sean la segunda opción porque solo imaginarse al menor llorando destruido al enterarse de que de verdad su esposo le es infiel las deja devastadas.
-¡Si!- El chico se paró y dio una vuelta- ¿Cómo me veo?
Las chicas lo halagaron por lo hermoso que se veía. El menor sonrió tímidamente mientras se acercaba a la cocina para terminar el almuerzo.
6 hermosos años de matrimonio. Y él es capaz de decir que si matrimonio es perfecto.
El hombre que ama siempre llega a casa con un ramo de rosas para él. Le consiente y lo trata como un rey.
