𝐒𝐏𝐀𝐑𝐓𝐎𝐑 | No podía creer lo que vio. El tenía asegurado que el hermoso chico que siempre entraba a la puerta de su casa con una sonrisa unas flores solo para el jamás sería capaz de traicionarlo. Jamás pensó que ese hombre sería capaz de arru...
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Mikecrack
El alcohol recorría su sangre. Andrés no estaba en sus 5 sentidos, no estaba sobrio. Bailaba junto a Miguel moviendo todo su cuerpo haciendo que el mayor tenga más ganas de penetrar ese culo que se movía al ritmo de la música.
—Y dime Andrés ¿Que sucedió para que estuvieras triste?
—Mmg, no quiero hablar de eso, vine aquí para estar feliz y disfrutar de todo, así que no recordemos lo que me paso— El mayor asistió— Mejor bésame y luego llévame a tu cama y hazme tuyo.
Miguel miró al menor con una sonrisa para luego tomar su pequeña cintura para acercarlo. Se miraban con deseo, el mayor sabe por qué invito al menor y no solo era por lo triste que estaba él. El castaño sabe por qué él lo invito, y no hará nada para negarse.
El más alto se acercó a los labios del menor, haciendo un roce desesperado al bajo por sentir los labios de los contrarios devorar su boca. Y como él quería obtuvo, Miguel comenzó un beso hambriento, un beso que solo iba a llegar a una cosa, una cosa que ambos deseaban desde que llegaron aquí.
Andrés Gimió dándole paso al mayor a introducirse en su boca, dónde comenzaron una batalla de lenguas dónde obviamente el mayor ganó. El mayor se separó del castaño recibiendo un quejido de este.
—¿Te parece ir a la habitación? Ya sabes, para conocernos mejor y en privado...
El menor sonrió para luego volver a unir sus labios en un beso desesperado. El castaño enredo sus piernas en la cintura del más alto, haciendo que él lo tome de la pelvis para que evitar que se caiga. Miguel comenzó a caminar con cuidado, con chocar con alguien. Cuando supo que estaba cerca de la escalera, se volvió a separar del menor para poder subir con cuidado.
Andrés comenzó a besar y succionar el cuello del mayor, recibiendo de respuesta suspiros. La erección de los dos comenzó a aparecer haciéndolos desesperarse para llegar a la habitación.
Solo tenían una cosa en mente, una cosa que no los dejaba pensar bien.
Coger, eso es lo único que querían.
El mayor por fin llegó arriba y camino hacia la puerta de al final abriéndola y revisando que no vea nadie. Entro al no ver ni un alma por ahí y cerró la habitación con seguro.
Camino hacia la cama dejando el pequeño cuerpo del castaño. Comenzó quitándose la camisa haciendo que el menor le quede mirando con la boca levemente abierta.
Miguel puso su mano en el cuello del menor para luego besarlo. El mayor comenzó a desabrochar la camisa del más joven para luego acariciar la piel de este. Sus manos tocaron ese pequeño botón rosado haciendo que el menor gima. Miguel dirigió sus labios hacia el botón lamiendo lo gustoso, escuchando como pequeños gemidos salían del menor.
Andrés comenzó a desabrochar su pantalón al no aguantar la presión que esté le daba a su miembro erecto. Miguel al ver lo que él hacía le terminó quitando el pantalón junto a su camisa, dejándolo solo con la ropa interior.
Rodeo una pierna en la cintura del mayor para acercarlo más. Este comenzó a dejar un camino de besos por todo su cuerpo hasta su cuello, el castaño movió la cabeza para que esté haga lo que quiera.
Dio besos y succionadas dejando pequeñas marcas rosadas que se volverán moradas con el tiempo.
Miguel se levantó para quitarse su pantalón junto a sus calzoncillos y quedar completamente desnudo para el menor.
Quito los calzoncillos del menor y luego abrió las piernas de este disfrutando la vista del miembro del menor y la entrada de este.
Acaricio el agujero escuchando leves gemidos de este. El mayor se estiró al mueble tomando un bote de lubricante que esparció en dos de sus dedos y el resto en su miembro.
Rozó unos de sus dedos en la entrada del menor para luego meterlo sin previo aviso, escuchando el grito del menor. Comenzó a mover el dedo lentamente haciendo gemir al menor.
Dolía como la mierda. Al estar tan apretado le hacía tanto dolor ser penetrado con un simple dedo. Con el tiempo ese dolor se volvió placer, comenzó a soltar gemidos placenteros y pedía más, quería más.
Miguel metió su segundo dedo haciendo movimientos de tijeras y sonriendo al sentir el bello sonido de los gemidos del menor.
Al saber que el castaño estaba lo suficiente preparado, quitó sus dedos recibiendo un quejido por parte del menor por la falta de algo en su interior. Todo quejido fue cambiado a jadeos al sentir como el miembro del mayor rozaba su entrada.
De poco a poco comenzó a entrar hasta que estuvo completamente adentro. Corrió los pelos del menor de su cara y beso los labios de este, el primer beso tranquilo, comenzó a dejar besos por todo su rostro esperando que el menor se acostumbrara al tamaño para poder moverse.
El menor le hizo un gesto para que comenzara a moverse acaparando la orden. Comenzó con movimientos lentos y delicados. Andrés daba gemidos bajos cada vez que el miembro entraba y salía de su interior.
Miguel comenzó a hacer movimientos más rápidos, escuchando como el de abajo soltaba más gemidos placenteros. Escuchaba como él pedía por más y le decía lo bien que lo hacía.
Los movimientos se hicieron más fuertes y brusco, haciendo que todo tipo de música del exterior fuera muda para ellos, solo se escuchaban los jadeos del mayor y los gemidos del menor y el hermoso sonido de las pieles chocando. Andrés se sentía en el cielo cada vez que era penetrado por el de arriba, nunca tuvo un sexo tan exquisito y bueno como ahora. Ni su exesposo fue capaz de hacerlo llegar a las estrellas.
¿Estás eran las famosas estrellas?
Porque si es así espera poder llegar a la estrella seguida.
Miguel se movió más rápido al sentir su punto. Tomo el miembro del menor para masturbarlo haciendo que se libere. El menor luego de unos cuantos movimientos más, se corrió manchando su abdomen y el del mayor. El alto gruño al sentir las paredes del menor apretar su miembro haciendo que él se corra en su interior gimiendo levemente.
Sus respiraciones estaban entre cortadas y su cuerpo estaban lleno de sudor. Se miraron fijamente para volver a juntar sus labios en un beso desesperado.
Miguel salió del interior del menor haciendo que este gima entre el beso. Se separaron con una sonrisa para comenzar a vestirse.
—Ehh, ¿No lo hice mal, verdad?— El menor observo al mayor que ya estaba completamente vestido— No me gustaría saber que no te gusto o que te dañe.
—Fue el mejor sexo de mi vida.
Miguel sonrió.
Andrés sonrió.
Lo está cumpliendo, cada chico que vea lo cogerá y espera sea así. Espera que todo este mes sea de él teniendo sexo con un chico distinto.
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