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Allí se encontraba, otra vez, en el mismo lugar de siempre.

La sala de castigo.

No era algo a lo que los estudiantes les sorprendiera, lo venían venir, es decir, era algo de todos los días, ya estaban acostumbrados.

El odioso de Will Byers otra vez en la sala de castigo por meterse en otra pelea con los de el equipo de básquetbol

- Ya puedes irte. - Le dijo el profesor teniendo las energías de una tortuga y obviamente el tono de voz que uso no fue la de una persona amable.

Como ya había cumplido sus horas de castigo ya podría retirarse de ese irritante lugar.

- Gracias señor amable. - Dijo con sarcasmo, sonrió burlándose, agarró su mochila para luego dirigirse a la puerta de salida, no sin antes darse media vuelta y mirar al único en la sala, le sacó el dedo medio con una sonrisa y se fue corriendo, escuchó como el profesor le gritaba, pero no le podía importar menos.

Ahora tendría que volver a otro sufrimiento, sus clases, como todavía no terminaban tendría que ir a la clase de matemáticas, como odiaba esa puta clase.

Se dirigió al salón con las mismas energías y ganas de vivir de su profesor, abrió la puerta y todos dirigieron su mirada hacía él, como le gustaba resaltar cada que entraba a cualquier lugar, era su don.

Se sentó en su silla y vio como la profesora lo miraba indignado por interrumpir su clase.
Él no le dio importancia, como si su clase le importará.

Dejo su mochila en el piso y recostó su cabeza en la mesa arriba de sus brazos.

Ahora tendría que estar en una sala por horas llena de pubertos de su misma edad con ganas de cogerse a todo lo que se mueva.

"Clase de mierda"

Como odiaba esa materia y todas en si, odiaba la escuela mejor dicho, la odiaba.

Así fue como se quedó dos horas escuchando a una profesora de mierda que decía cosas que obviamente no le interesaban, vio como algunos le prestaban atención, como otros estaban igual que él y como sus compañeros los "hombres" se besuqueaban con sus huecas novias, eran tan detestables y desagradables.

Odiaba a todos los de esa clase.

En si, odiaba a todos, la simple humanidad lo estresaba y enojaba.

"Ojalá algún día nos extingamos"

Cuando la clase por fin termino salió lo más rápido que pudo y se dirigió al comedor, tenía tanta hambre.

Si hay algo que amaba en la vida era la comida y si todavía existía era por ello.

Una vez le dieron su plato de comida se dirigió a la mesa en donde no se encontraba nadie para poder por fin comer, pero con todo ese bullicio se dio cuenta que eso era imposible, no había tranquilidad.

En serio ese día era de los más horrorosos de su vida, se peleó con unos imbéciles que no sabían decir cosas con coherencia y eso por poco le cuesta que lo expulsen una semana, golpearlo en la nariz no fue buena idea.

Se levantó de mala gana y fue hacia el patio trasero de la escuela, en donde no hay nadie por la hora.

Cuando llegó vio la paz y tranquilidad que había sintiéndose gustoso.

El silencio era esencial para él y en esa escuela nunca la podía encontrar.

Por fin había encontrado su lugar seguro, sin imbéciles a su alrededor todo era mil veces mejor.

Se sentó en una banca que había por ahí y empezó a comer su comida tranquilamente, como disfrutaba de esto.

Pero como siempre, había algo que tenía que cagarla, porque claro, el universo siempre está en su contra.

O eso pensaba Will desde hace unos días, sus desgracias ya eran demasiadas.

Vio como un chico de su edad iba directo hacía él con su mochila en sus hombros.

Nunca en su vida había visto a ese chico y desde lejos no se podía apreciar para nada bien.

El chico ya estaba a pocos metros de él, así que se levantó y se dirigió a el lado contrario para poder largarse de una buena vez, como es que siempre lo tenían que joder.

De las ganas de largarse dejo el plato en la mesa y empezó a caminar discretamente rápido fingiendo que no lo había visto.

- ¡Oye! ¡Ey! ¡Espera! - Se detuvo y se dio la vuelta para mirarlo con una sonrisa forzada y fingida.

- Ohh, no te había visto. - Claramente lo había visto, pero no tenía ganas de hablar con un desconocido y menos si es de su edad.

- Pensé que si. - Dijo extrañado el chico.

- Pues no. - Dijo ya sin su sonrisa "amistosa" - ¿Quién eres y que quieres? - Como le molestaba que la gente le hablara.

- Oh, cierto. Quería saber si me podías decir donde esta esta clase. - Dijo mostrándole un papel en donde decía "Clase 4B". - Es que la estaba buscando y me perdí, cada que intentaba preguntarle a alguien me ignoraban. - Dijo apenado. Vio como Will lo miraba relajado. - Es que no soy de por aquí, es mi primera vez viniendo a esta escuela y... - Dijo intentando disipar el ambiente incómodo siendo interrumpido inmediatamente por el otro.

- Si, pues no me importa, vamos a buscar tu estúpida clase. - Agarró el papel de las manos del otro y empezó a caminar con mala gana siendo seguido inmediatamente por el otro, en serio quería comer su comida en paz y lo interrumpen de esa manera.

En el camino el chico le empezó a hablar de cosas que de verdad ni se molesto en escuchar, estaba mas empeñado pensando en como su preciada comida se quedó en esa mesa, sola y con frío.

En serio Will ama la comida.

Lo único que logra recordar de todo lo que le dijo ese chico en el tiempo en que caminaron juntos hasta su clase fue que se llamaba Mike, era lo único que recordaba, pero no le interesaba en lo absoluto, ni siquiera se acuerda de su apellido.

- ¿Y tú como te llamas? - Preguntó Mike curioso. Le pareció un poco raro que el otro chico no haya dicho ni una palabra en todo el camino.

- ¿Eh? - Salió de su ensoñación y lo miro con cara de confusión porque no había entendido su pregunta. El otro lo miro confuso.

- Tu nombre. ¿Cual es tu nombre? - Dijo sonriente.

Will se percató de que el chico era alto, muy alto.

- Oh, me llamó Will. - Le entrego el papel y el otro cayó en cuenta de que ya habían llegado, estaban en frente de la puerta. - Nos vemos. - El más bajo se dio media vuelta y se dirigió a su clase tranquilamente.

Mike se quedó unos segundos mirando como el otro se iba hasta que lo perdió de vista.

Entro a su clase.




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Yo siempre vuelvo😈
Volví y con una historia nueva que les parece.
Y encima es Byler que más pueden querer en esta vida
Nada
Soy la mejor opción chiquistrikis
Deah

Sweet - [ Byler ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora