Capítulo III

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  Si no fuera porque Johnny me trajo aquí a propósito, dudaría de que esto es real. No sé dónde posar mis ojos: si en su cabello color chocolate alborotado prolijamente, o en su perfecto perfil de mandíbula angular y a la vez suave, que mantiene con expresión serena, o tal vez ausente, mientras enfoca la vista en el vaso que tiene entre sus manos, del cual agita el contenido transparente con el sorbete, o en su ropa que se ve muy sencilla para el lugar en el que está y que aún así luce muy bien: unos jeans celestes que no le quedan ajustados, camiseta blanca de tela muy fina y chaqueta de mezclilla, como yo, pero que a él parece irle grande como si hubiese perdido peso. Y tal vez sí fuese ese el caso, es muy delgado.

  Bueno, sin quererlo, ya lo observé todo. Si mi cerebro no funcionaba rápido antes, ahora menos. ¿Cómo se supone que pueda hablarle coherentemente estando ebrio? Porque lo estoy. Y creo que ahora lo estoy más que cinco minutos atrás. Ni siquiera puedo pensar suficientemente rápido cómo empezar a hablarle. Me miro las manos, tratando de ordenarle a mis neuronas que se pongan a trabajar y mis ojos van al vaso de gin tonic que Johnny dejó conmigo. De pronto siento un amor inmenso hacia mi amigo, más del normal. Hasta podría besarlo cuando vuelva, pero evitaré hacerlo a menos que en el trayecto beba tanto que realmente pierda la conciencia de mis actos. El maldito pensó en todo, claro, ¿cómo se me ocurre que me dejaría a la deriva estando como estoy y más sabiendo lo poco socialmente habilidoso que soy?

  Tomo aire y giro en mi asiento, quedando en dirección a él levemente.

– Justo a tiempo. -digo por sobre la música, y mi suerte debe ser la de toda la semana junta, porque por lo visto me escucha y además decide dirigir su mirada hacia mí. Miro el vaso entre sus manos, al que ya le queda el último sorbo, aprovechando así a huir un poco de sus ojos, y ubico el que Johnny me dejó más cerca de él a la vez que le doy un trago a mi cerveza o creo que voy a morir si sigue clavando así sus ojos en mi cara- No le eché nada dentro, lo juro. Acaban de entregármelo. -explico, y aunque los nervios me están matando, creo que logro sonar despreocupado.

  Me copia y gira en su asiento 90° hacia mi dirección, sin quitar la vista de mí a la vez que una casi inexistente sonrisa tira de sus comisuras, acerca el vaso y le da un sorbo con ayuda del sorbete, cayéndole el flequillo sobre uno de sus ojos con el movimiento. La ebriedad me hace querer apartárselo, pero tomo con las dos manos mi botella para evitarlo; a lo mejor y me golpea por creerme un sinvergüenza, todavía no puedo asumir que esté interesado en los hombres. Y ahora que pienso en eso, hoy no lleva maquillaje, ni lentillas de color, aunque un arete colgante prevalece en su oreja izquierda.

  Le mantengo la mirada con fuerzas que no sé de dónde estoy sacando, y lo entiendo: no me reconoce de nada. Sus pupilas no han cambiado en lo más mínimo desde el primer contacto hasta ahora. Le doy una sonrisa y vuelvo a beber de mi botella. No sé si es mejor o peor que no me reconozca. Ambas opciones tienen contras, como que no le interesé para nada cuando nos cruzamos esta mañana y por eso no me registró. Aunque, ¿tal vez me veo diferente fuera de mi uniforme? Y él se veía bastante estresado también con toda su atención en el teléfono. Eso es querer verlo de manera positiva, pero es el alcohol pensando, no yo.

  Dos chicas se acercan a él en ese instante, llamándole la atención. Oí que una de ellas lo llamó "Nana". Al fin, y más pronto de lo que esperaba, pude ponerle algún tipo de nombre a la bonita cara que me deslumbró. Él aparta la mirada para responderles, y siento como si volviera a respirar. Como si me hubiera tenido atrapado. Me llevo la cerveza a los labios. Definitivamente acaban de salvarme de, con seguridad, dejarme en ridículo a mí mismo en algún punto. Tendré que agradecerle a Johnny la oportunidad y me disculparé mañana objetando que no podía enfrentarme a él ni siquiera estando ebrio. Lo cual es cierto.

TAINTED. || NoMin [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora