ACTO CUARTO

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Escena I

Somnus

Fondo vaporoso abstracto. Hay cestas de mimbre con frutos rojos por el suelo, telas y una red de pescar. Se escucha el sonido del mar. MELANY está en un lado del escenario de perfil. Lleva puesta la máscara recompuesta con las nuevas piedras. Al poco tiempo, entra MARENA con un largo vestido de velo azul. Se detiene en el centro del escenario.

MARENA.- Por fin podemos vernos, Melany.

MELANY.- Marena… (Ella se gira y cruzan sus miradas. Se quita la máscara en silencio. Tras esto, se acerca a MARENA, manteniendo la distancia.) Lamento que no nos hayamos visto una última vez en todo este tiempo.

MARENA.- Me hubiese gustado haberte tenido cerca para explicarte muchas cosas del Cuádruple Sagrado. No obstante, espero que estés aprendido con Willow, Rohad y Yelda.

MELANY.- Este lugar… Son tus recuerdos de Gotheus, ¿no?

MARENA.- Conservo mis días de paz en el hogar que me brindó Críspula cerca de la costa. ¡Qué maravillosa fue su etapa aún con sufrimiento! Dime, ¿cómo está mi hija Miralda?

MELANY.- Hace un par de días que desapareció sin hablar con nadie.

MARENA.- ¿Cómo?

MELANY.- Estamos ante un dilema con una magia que brota de ella. La ha estado manteniendo oculta hasta que ha llegado a convertirse en una catástrofe para Crystal e incluso para nosotras: está debilitándonos. Dime, ¿tú sabías sobre su naturaleza?

MARENA.- Miralda siempre ha sido una bruja muy especial. Mi madre me lo previno en el día que nació y le vio el color de sus ojos violetas: el primer matiz que emanó del Núcleo cuando se instauró en Crystal. En estos años jamás la vi hacer nada fuera de lo común, pero luego me contó sobre su angustia: fenómenos que emergían de la naturaleza, visiones y voces. En soledad lo manifestaba sin control y desconsuelo. Temía que pudiese volverse en nuestra contra al desconocer su magia. Incluso me llegó a decir de forjarle algo que la detuviese. (Respira.)

MELANY.- Entonces lo mantuviste en secreto.

MARENA.- Es mi única hija, la que amo con todo mi ser. ¿Vas a juzgarme por ello?

MELANY.- ¡Nos está poniendo en peligro!

MARENA.- En aquel momento busqué de qué manera podía ayudarla. Esto es algo que no ha ocurrido antes; requiere paciencia e investigación para conocerlo… 

MELANY.- ¿Oyes tus palabras? Willow, Yelda, Rohad y yo sufrimos hemorragias cada hora en nuestro cuerpo; Rosella está al borde de la muerte y las hijas de Willow han empezado con síntomas de malestar. No disponemos de mucho tiempo como para desperdiciarlo en algo que desconocemos y es letal.     

MARENA.- ¿Acaso tú oyes las tuyas? (Tono grave.) ¿Qué estás insinuando?

MELANY.- He venido para comprobar lo que sospechábamos. Tus respuestas han arrojado luz. Ahora los vivos tenemos que actuar.

MARENA.- ¡Melany!

MELANY.- Detendremos a Miralda sea como sea. Es curioso… Después de todas las lecciones que he recibido sin respiro, ¿me impides cumplir una acción de tal magnitud? ¡Tú que has formado parte del Cuádruple Sagrado! Creo que puedo imaginarme hacia dónde ha podido dirigirse. Será interesante el reencuentro.   

MARENA.- Me aterra que ni el pulso te tiemble.

MELANY.- Porque tengo una historia propia por la que luchar. Puedes verlo como te plazca, querida tía. Entenderé tu posición incluso si no nos volvemos a ver en Somnus.

La rendición de las brujasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora