1. La Nueva

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Un nuevo día amanecía en la casa de Jennie. Sí, el día anterior había sido una completa mierda. Pero ¿desde hacía cuánto su vida comenzó a ser una mierda de forma diaria? Jennie lo recordaba perfectamente. Otra noche más pegada a un bote de pastillas azules; una noche más teniendo la misma pesadilla. Odiaba soñar con Pranpriya, bastante tenía ya con no poder tenerla a su lado. Hoy era un día especial, pues se iba a organizar el nuevo operativo para el caso del que ella estaría al mando; sí, realmente iba a ser una gran oportunidad de volver a demostrar lo buena que era haciendo su trabajo. Sin dudar, se dio una pequeña ducha y salió contenta hasta que recordó la conversación que tuvo con la comisaria.

- ¡Mierda! –dijo para sí misma-.

Lo cierto es que Jennie acababa de recordar que esa misma mañana iba a llegar el que tendría que ser su nuevo compañero. ¿Cómo había podido olvidar tal cosa? Daba igual, lo importante era el caso. De su compañero...mejor ocuparse más tarde; igual podría dedicarle algunos trabajillos extras para deshacerse de él. Estaba preparada para comenzar un nuevo día, un nuevo día lleno de sorpresas. Sin más, se dirigió a la comisaría para comenzar su jornada matutina.

Comisaría Nueva York, 07.45 horas, miércoles 27.

Jennie se adentraba en la comisaría y como de costumbre portaba en su mano un café de su cafetería favorita. El local se encontraba justo en la esquina contraria a la comisaría y le pillada de paso desde casa; por este motivo Jennie la empezó a frecuentar hasta que se dio cuenta de que era totalmente adicta al café con caramelo que le preparaban cada mañana. Con una sonrisa anduvo hasta la sala de reuniones dónde algunos de sus compañeros ya la estaban esperando.

Minutos más tarde, una chica rubia de pelo largo; vestida con botas altas negras, jeans y blusa de color blanca; con casco en mano y unos ojos verdes penetrantes... entraba en la comisaría. Un agente, al verla entrar, se acercó a ella.

-Hola señorita. Soy el agente Park Jimin, para servirla –coqueteando-.

-Buenos días. Buscaba...

-Ha venido al sitio indicado. Y es su día de suerte porque yo soy el mejor policía de esta comisaria. Si necesita encontrar a alguien...–Jimin interrumpiéndola

-No, no, no... Yo...sólo buscaba la sala de reuniones.

-No creo que pueda andar por ahí usted sola y sin acreditación. Además, estoy yo para servirla en lo que desee...No hay nada que yo no pueda conseguir aquí. –extrañado

-Soy la nueva subinspectora Manoban y es urgente que vaya A-HO-RA a la sala de reuniones, me están esperando. ¿Me he explicado bien o necesita que se lo deletree más despacio? –estrechándole la mano

-Primera planta, tercera puerta a la derecha. A sus órdenes –cuadrándose-, subinspectora Manoban. –blanco, sin saber qué decir

-Que sea la última vez que intentas ligar con un superior –entre risas-. Por cierto, puedes llamarme Lisa –dijo mostrándole su mejor sonrisa-.

Sala de reuniones, 08.00 horas.

-Hola grupo. Tú, cuatro ojos...Tú, ¿Cómo te llamabas? Bueno, a lo que iba...no quiero estar mucho tiempo aquí o se me contagiará vuestra mediocridad. Asique seré breve. Kim, tú y Dorothy ricitos de oro –mirando a Will-, explicaréis el caso del que hablamos ayer. Lo dejo en vuestras manos. Por mi parte, sólo dar la bienvenida a la nueva subinspectora Lalisa Manoban –señaló a la chica que tímida se adentraba en la sala-, llegada recientemente desde Los Ángeles. Ven princesita de cuento y preséntate a tus nuevos compañeros –dirigiéndose a Lisa -. Si alguno te da problemas, no dudes en avisarme porque estaré encantada de torturarle y patearle el culo.

Mientras Sue abandonaba la sala, Lisa se acercaba sonriente hasta Will y Jennie, que estaban de pie frente a sus compañeros. En ese momento, Jennie se quedó petrificada con el rostro de su nueva compañera. No podía creer lo que estaba viendo con sus grandísimos ojos marrones... Rápidamente buscó a Jisoo con la mirada, esperando alguna respuesta.

-Hola –dijo dulcemente-. Tú debes de ser Jennie Kim, mi... nueva compañera, creo -dubitativa-. Me han hablado muy bien de ti.

Jennie se quedó paralizada y Will se lanzó a saludar a la nueva agente para romper el hielo, al notar la reacción de la morena.

-Bienvenida al equipo. ¿Lisa? –estrechándole la mano-. Yo soy el inspector William Schuester, pero puedes llamarme Will.

-Encantada William. Es un verdadero honor poder trabajar con ustedes.

Jennie salió de su estado y sin decir palabra salió corriendo hacia los baños. No podía creer que su nueva compañera se pareciera tanto a la que había sido el amor de su vida. Su mirada era tan penetrante...le resultaba familiar.

–**Joder, Jennie, creo que deberías dejar esas pastillas azules. Creo que estás empezando a ver visiones. ¿Lisa? No puede ser. Su voz parece más dulce y su pelo mucho más largo...pero sí que tiene esa mirada... Parece la misma chica de ayer. Estoy volviéndome loca**. -

Mientras tanto, Will continuó con la reunión. Lisa no entendía la reacción de su compañera, asique tomó asiento y pensó en hablar con ella más tarde. A su lado se encontraba Jisoo, que la miraba descaradamente. Lisa tenía la sensación de no caer bien a sus nuevos compañeros, exceptuando a ese chico de la entrada que no podía dejar de mirarla asombrado.

-Como iba diciendo...Montaremos un operativo que estará al mando de las subinspectoras Kim y Manoban. Ellas se encargarán de infiltrarse para desmantelar la banda encargada de prostitución y tráfico de personas. Kim Jisoo y Rosé Park tratarán el caso de los narcotraficantes. Para el operativo, tendrán a su disposición a cualquier agente que necesiten. ¡A trabajar!

Rosé emocionada por ser elegida compañera de Jisoo y las subinspectoras, se levantó y fue a abrazar a la nueva. Era su forma de darle la bienvenida.

-Hey, Lizzie... ¿Qué tal? Soy Rosé Park, estoy encantada de conocerte. ¿Tienes gato?

-Hey, Rosé –sonrió tímidamente, realmente le parecía adorable-. ¿Gato? ¿Debería? No, no tengo.

-Oh... ¡qué pena! Había imaginado que tal vez tú podrías darle un amiguito a Lord Tubbington. Aquí nadie tiene un gato.

- ¿Lord qué?

Jisoo, al ver a Lisa con cara extrañada, caminó hacia ellas e interrumpió la conversación.

- ¿Qué está pasando aquí? Rosie, no puedes tratar así a tu superior. Deberías de metértelo en la cabeza. La subinspectora Manoban, a pesar de ser una chica nueva...no es tu amiga. Debes tratarla con respeto.

-Yo sólo pretendía ser amable.

-Verdaderamente no importa. No me vendría mal tener una amiga en esta nueva ciudad –guiñó un ojo a Rosie-, después de ver cómo ha reaccionado mi compañera al verme...

-No se lo tomes en cuenta. Kim es un poco rara. Nunca ha tenido compañero y debe acostumbrarse –intentó excusar la actitud de su amiga-.

Jisoo salió en busca de Jennie pues necesitaba hablar con ella urgentemente. Sin embargo, Rosé seguía en la sala central inundando de preguntas a la recién llegada.

Jennie, por su parte, llevaba más de media hora encerrada en el baño. En él podría esconderse de todos y pensar un poco en lo que acababa de suceder. Estaba segura de que esa misma mañana no había tomado las pastillas, pero quizá la noche anterior se había excedido. Lloraba, no le gustaba esa sensación que tuvo al recibir a su compañera. No, no y no. No estaba dispuesta a compartir con ella las únicas horas del día en las que podía mantener la mente ocupada. Si verdaderamente se parecía a Pranpriya...no era una buena idea. Sus pensamientos se vieron interrumpidos por su amiga Jisoo, que enseguida encontró a la chica, pues entre ellas no había secretos y conocían todos sus escondites en comisaría. Ella sabía que Jennie se escondía en el baño de la primera planta.

-Jen cariño, soy Chu. Ábreme la puerta. Tenemos que hablar.

-No me apetece Jisoo. Quiero estar sola.

- ¡No digas tonterías enana! –realmente enfadada-. Sabes que tenemos que hablar. Tú has visto lo mismo que yo...

Y ahora túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora