6. Te Reto

619 54 8
                                    

N1:

Siento no actualizar, pero estaba con pendientes de la Universidad fueron las dos primeras semanas de regreso, y era adaptarse con los horarios de nuevo, y no solo eso, si no con el trabajo, poco apoco me pondré la día.

...

A la mañana siguiente, 08.00 horas, jueves 28.

Jennie no había podido conciliar mucho el sueño, a pesar de que durmió temprano se despertó varias veces. El no querer tomar las pastillas fue una idea que abandonó en cuanto se dio cuenta de que sin ellas no podría descansar. Su cabeza le iba a explotar...No sabía qué hacer. De momento, este nuevo día lo tomaría con calma...pues aún debía de terminar de ensañarle las instalaciones a su compañera. Lo difícil es que ese jueves, tenía turno doble y no sabía si podría mantenerse en pie tantas horas. Hoy iba a necesitar una dosis doble de cafeína.

Lisa entraba en la comisaría haciendo ademán de su simpatía con todo el que se cruzaba. Jennie, desde su despacho, observaba todos y cada uno de sus movimientos. Y es que el despacho de Jennie, ahora también de Lisa, estaba situado en la primera planta justo al centro. Pero lo que verdaderamente era espectacular, era una cristalera que dejaba ver lo que pasaba al exterior de la sala, pero que para los de ahí fuera tan sólo era un simple espejo. Esta cristalera había sido un capricho que la subinspectora Kim se había podido dar al reformar la comisaría, pues ella era la mano derecha de Will y el ojo izquierdo de Sue. Pero seamos francos, se la había ganado a pulso cerrando positivamente todos los casos en los que había intervenido. Unos golpes en la puerta sacaron a la morena de su embelesamiento.

- ¿Sí?

- ¿Puedo pasar?

-Genial, has llegado a tu hora.

Eso siempre.

Jennie se levantó de su silla y se puso en camino hacia la puerta.

-No hace falta que pases –decía mientras caminaba-.

-Como tú quieras.

-Te estaba esperando. -le dice Jennie

-Ah, ok. ¿Vamos a terminar de ver las instalaciones?

-Por supuesto. Te queda por ver lo más interesante.

- ¿Y el despacho?

-Ya tendrás tiempo de ver con detenimiento el despacho. Cuando te pases ahí las horas muertas, sólo querrás salir de él –rio-.

-No lo creo. Pero está bien.

- ¿Vamos?

La rubia asintió con la cabeza y sonrió como siempre hacía. Al parecer Jennie no estaba tan cabreada como ella pensaba que iba a estar.

-Menos mal que ha estado simpática. Y yo que pensaba que me iba a tener que marchar por no terminar pegándonos. Al parecer no es tan mala chica- pensó Lisa.

Jennie comenzó a ensañar las instalaciones que quedaban por ver. El gimnasio era un espacio reducido en el que podían realizar sus ejercicios diarios por turnos. En el centro tenían aparatos de musculación; al lado izquierdo las cintas de correr y las bicicletas estáticas, junto a ellas una plataforma vibradora último modelo. Al fondo unos sacos de boxeo colgaban del techo y, tras ellos, una amplia sala de suelo acolchado esperaba a ser usada como sala de estiramientos y relajación. Allí, de vez en cuando, se daban clases de defensa personal como ayuda a grupos reducidos de mujeres que habían sido maltratadas.

- ¿Ves esa sala del fondo?

-Si. ¿Para qué sirve? ¿Dan clases de aerobic? –preguntó ilusionada-.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 28, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Y ahora túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora