Capítulo VIII - "Aiz Wallenstein, ¿quieres...?"

221 15 9
                                    

Aquellas últimas palabras aún se repetían con eco en el vacío de su mente ¿Qué había pasado exactamente?¿Por qué de pronto todo a su alrededor se reducía a cambios entre negro y blanco de manera alterna? No tenía ni el más mínimo sentido, pero tampoco era algo de lo que preocuparse en ese momento.

Bell: ¡Aiz, ¿dónde estás?! — su preocupación era más que notoria — ¡Responde, por favor!

(.....)

Pero daba igual cuanto pasase, o cuanto tratase de forzar su voz en un grito. Aiz no respondía.

Bell: Por favor.... Os lo pido a vosotros dioses..... Que no le haya pasado nada, por favor........

Aiz: Bell......

El muchacho abrió los ojos como platos y comenzó a girar sobre sí mismo — ¿¡Aiz, eres tú!?

(....) De nuevo, nadie

Bell: ¿Qué fue..... — no entendía nada de nada — Juraría haber escuchado su voz, pero.......

Aiz: ....... Mi vida ..........

Bell: ¡!

Y ahí estaba de nuevo, la voz de la princesa volvía a resonar a su alrededor como la vez anterior. Pero, tal y como había ocurrido en la otra ocasión, parecía tratarse de una voz fantasma cuya procedencia no era sino un misterio imposible de descifrar. Un misterio, que ponía al conejo cada vez más preocupado.

Bell: ¿Por qué....?¿Por qué no puedo verte? — se preguntaba de manera retórica con un rostro apenado — Aiz, por favor.... ¡Vuelve conmigo!

Aiz: ¡¡BEEELL!!

¡!

Como si de una pesadilla se hubiese tratado, el peliblanco abrió los ojos de par en par y se incorporó con sobresalto. A su alrededor, tanto Aiz como Finn mantenían la mirada fija en él.

Finn: vaya.... Veo que por fin despiertas

Bell: ¿Qué......

Aiz: ¡¡Idiota, me pegaste un susto de narices!! — gritó la princesa entre lágrimas, lanzándose fuertemente contra su chico — ¡Ya pensé que no despertarías nunca!

En su rostro, los signos que alertaban de llanto, no tenían de que ocultarse.

En ese momento, la sala entera se quedó en pleno y total silencio. Al contemplarlo, el conejo se quedó totalmente rígido; no era capaz de imaginarse qué podría pasar a continuación.

Finn: Maldita sea...... Al final terminó ocurriendo — se lamentó el pallum casi entre greñas

Bell: A - Aiz, yo.....

Pero la chica no hacía caso a los intentos de Bell por explicarse, tenía demasiado malestar aún en el cuerpo como para calmarse así como así.

Aiz: Y - Yo realmente no sé que hubiese hecho si tú no despertabas *snif*

Bell: (...)

Al escuchar los llantos de su chica, Bell sintió como algo en su interior se fragmentaba. Pero, aunque estaba dolido, no era tarde para remediarlo.

Bell: (agarrándola de ambas manos) Pero es que es imposible que me ocurra algo — dijo de manera firme y sin ningún tipo de vacile — Sé perfectamente que estando contigo, nada malo podrá pasarme

Aiz: (con los ojos llorosos) ¿B - Bell?

Bell: ...... Porque sin importar lo que haya pasado u ocurra — continuó el aventurero — cada día junto a tí se vuelve una bonita aventura de la que desearía no regresar jamás

爱❦剣 • Me Enamoré De Tu Sonrisa • 剣 ナイフDonde viven las historias. Descúbrelo ahora