I. ¿Dónde estamos?

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Isabel San Juan era su nombre, la mayor de los hermanos San Juan, los que le seguían eran Nando y Leo, el cual era un bebé apenas, ella los protegía mucho y veía mucho por ellos, sin embargo todo cambió ese día, aquel día..

— ¡Nando no corras! ¡Y cuidado con Leo!— Decía de lejos Isa por el quiosco de puebla, era un día soleado, y habían salido a dar un paseo, Nando llevaba a Leo en brazos, en una canasta a su medida con una cobija blanca cubriendo al bebé.

— ¡Vamos Isa! — Dijo Nando entusiasmado — ¡Mira mira mira! —

Señaló un balero de la juguetería, con brillo en sus ojos sin dejar de ver aquel objeto, su hermana se acercó, y el alzó su mirada hacia ella deseando algo. Tal vez.. era lo siguiente

— Bueno bueno, toma, pero barres la casa mañana eh — Dijo primero con un tono serio, pero en seguida con una sonrisa, le dio un billete, y dio unas palmadas en el hombro del niño — ¿Oye donde dejaste a Leo? — Ante esa pregunta, el niño dio una risa nerviosa

— A-allá— dijo con una sonrisa, pero con algo de miedo en sus ojos, señaló la puerta de la casona, Isabel rápidamente fue a la puerta y entró

— ¡Te dejo que estés solo un ratito! Llega temprano a la casa, y dile a mamá y a papá que yo tengo a Leo — Le dijo

Al entrar a la casona, todo estaba obscuro, tengo que admitir que a Isa le daba miedo ese lugar, era tan imponente, y mucha historia a la vez, encontró a Leo rápidamente, pero al tomarlo, fue jalada por una fuerza que hasta el día de hoy no se sabe que fue, pero ella nunca soltó a su pequeño hermano

Al entrar a la casona, todo estaba obscuro, tengo que admitir que a Isa le daba miedo ese lugar, era tan imponente, y mucha historia a la vez, encontró a Leo rápidamente, pero al tomarlo, fue jalada por una fuerza que hasta el día de hoy no se sab...

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— ¡AY! — Isa se quejó, había caído con Leo a una losa de piedra, y pues.. debido a la altura de donde cayó, por obvias razones, se lastimó fuertemente la cabeza — E-eh.. ¿hola? ¿Dónde estamos?— Dijo insegura, a una mujer completamente pálida, que tenía un cetro verde que parecía tener magia

Apenas se descuidó, y Leo se había caído por las escaleras, por seguir a su pelota — ¡Leo Esper-— extendió su mano, y antes de terminar la oración, cayó de igual modo, y se quejó repetidas veces.

EN OTRA VIDA. . . las leyendas el origen, chimo fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora