LA HERMANA PERDIDA DE los san juan, pasó al portal donde los muertos viven, junto con su hermano menor leo, y ella al ser la mayor, tendrá que cuidar de el, en puebla o en el otro mundo..
" en otra vida, volveré con mis hermanos.. pero me reconfort...
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La travesía del portal a puebla fue sinceramente psicodélica ya que el mismo tomó la forma de un tunel que tenía luces fuertes color azul, blanco, etc. Isabel cerró sus ojos por unos segundos, debido al mareo, pero en esos míseros segundos cayó al suelo hecho de ladrillos de piedra— ¡Auch! —se quejó.
— Siempre la misma caída —Dijo Chimo con una risa leve, el cayó de pie como si fuese un gato y, tomó el brazo de la joven para levantarla.
— Si, supongo que ya es costum... —antes de que la joven San Juan terminara su frase, miró a su alrededor y notó que, en donde habían caído desde el mundo de los muertos era la famosa plaza de puebla, la cual siempre tenía muchas luces y muchos faros que alumbraban la noche y la luna con tonos amarillos y naranjas, Isabel estaba pasmada, mirando la plaza como si fuese una niña pequeña, con mucha ilusión.
— ¿Qué sucede, Isa? —le pregunto Chimo
— Está completamente igual.. No ha cambiado nada.. —Dijo Isa con los ojos llenos de luz, era un sentimiento de nostalgia, felicidad y demás, hacía ese lugar.
—.. Querías volver, ¿Cierto?.. —
— Si.. ¡Si! Esto es.. dios no se cómo decirlo... es increíble.. —
— No hace falta explicar, cariño, me alegro por ti... —Y claro, lo que decía Chimo no era mentira, si Isabel era feliz, el lo era, sin embargo el castaño sentía un vacío que, le hizo recordar sobre que, no tenía ningún recuerdo así en un lugar como su viejo hogar o de ese tipo, aunque tratara de pensar algo así, no lograba hacerlo. Dejó de divagar en sus pensamientos cuando la joven San Juan lo jaló del brazo, para que caminara con ella hacía su casa
— ¡Andando Chimo! —
En las afueras puebla, lo normal de cada día era que, cuando ya era de noche no había nadie en la calle, muy pocos eran los que seguían fuera de casa a ciertas horas de la noche, sin embargo ese mismo día, Isabel y Chimo eran los únicos que estaban rondando por las calles de puebla.
— Esto es lo que no me gusta de aquí.. —Dijo Chimo