Capitulo 7

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Ser su esposa o esposo era hermoso pero una guerra por demostrar que tienen más poder me da miedo hacerme la idea de perderlos y eso no quería por que los podía perder.

Un dia después de hablar golpearon la puerta abrí y era un militar o oficial del ejercito

Oficial: Buenos días por favor a su esposo Akashi Takeomi vendrán por el en dos días

Sentí miedo temor al tomar esa carta

- Muchas gracias- me entregaron su uniforme y se fueron entre y cerré la puerta apoyándome en ella, era como recibir la muerte- Takeomi

Mikey: Takemichi estas bien estas muy pálido

Escuche un pitido en mis oídos y miraba a mikey le sonreí cerré mis ojos cayendo al piso.

Mikey: TAKEMICHI!!! SHIN !! TAKEMICHI SE DESMAYO !!

Escucharon pasos apurados wakasa lo cargo su habitación y le recortaron en la cama

Sanzu: Esto callo de sus manos
Benki tomo el sobre y miro lo que era

Benki: Es del ejercito es para ti Takeomi

Takeomi: Que!!- ahí entendió el uniforme que vio en el piso lo leé lo que dice en la carta y suspiro- En dos días vienen por mi

Wakasa: Niño vallan a sus habitaciones

Esperaron escuchando las quejas de los niños

Shinichiro: Que vas hacer

Takeomi: Ir no tengo de otra- dijo mirando a su esposo dormido- debe a verle afectado la noticia

Benki: Tu que crees no es hace mucho que hablamos de esto como crees que lo iba a tomar idiota

Takeomi: Yo tampoco esperaba que fuera así de rápido el me importa más de lo que parece inbecil

-no peleen si por favor no quiero escuchar peleas - Dijo sentándose tocándose la cabeza- duele

Los mire y sonreí

Wakasa: estas bien te duele demasiado

- Tranquilo ya va a pasar.

Pasaron los días y era el dia que se iba Takeomi intente estar tranquilo el dia anterior pase la noche con el y teniendo intimidad sexual, preparaba su desayuno favorito a pesar de que no había mucha comida en estos momentos me di la forma de hace...

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Pasaron los días y era el dia que se iba Takeomi intente estar tranquilo el dia anterior pase la noche con el y teniendo intimidad sexual, preparaba su desayuno favorito a pesar de que no había mucha comida en estos momentos me di la forma de hacer su su desayuno

- vengan a desayunar- llame a todos a la mesa y sonreí- Coman si todo

Takeomi: Esta bien mi vida

Shinichiro: Ven a desayunar mi reina

Izana: Take esto son pasas

- no son uvas se que eres alérgico a eso así que son uvas

Sanzu: Todas son uvas y no pasas

- no mi niño no hay pasas están difícil de conseguir

Mikey: Y yo que quería pasas

Wakasa: Callen y coman al menos tenemos comida no se quejen y coman

Emma: eso es cierto callate Mikey y come que a ti no te gustan las pasas

Senju: Takemichi-kun gracia por la comida

- No es nada

Xx: Mikey!!!

Benki: Que estos niños no tienen casas o que

- no seas así Benki déjalos son niños, no se vallan tan lejos si y fuera del alcance de los militares entendieron

Mikey: Si

Izana: Yo me aseguro de eso

Empezó a sonar una alarma y se escuchaba sonidos de aviones por instinto corrí a la puerta haciendo que entren los niños

Takeomi: Ven corre Take

Fui donde ellos cerrando la puerta y yendo al sótano estaban todos esperando que ni sea aquí abrace un niño lo había visto jugar con Mikey pero no sabia su nombre su ojos estaban llenos de lagrimas

-Quieren que les cuente un cuento

Xx: Si puede ser de dragones

- Esta bien

Baji: no Kazutora mejor de gatos

- luego de gatos Baji si- mire al niño- sera de dragones y se llama Brodek, el dragón del día y la noche

-Llegó el día. El joven dragón Brodek tendría que elegir su bando, y convertirse en un dragón de la noche o en un dragón de la luz. Ambos grupos, enemigos naturales, se odiaban a muerte, y cada dragón, al llegar su tiempo, tenía que escoger uno de los bandos y formar parte de su ejército.

Casi todos se decidían siendo aún pequeños, y se entrenaban durante años, antes del cambio definitivo. Pero Brodek no lo tenía claro. Y ya no le quedaba tiempo. Al amanecer, sus alas se cubrirían con el azul de la noche o el dorado del sol, y permanecerían así para siempre, y todo su ser odiaría al sol o a la luna sin poderlo remediar. Era el precio del mágico y funesto don de escupir fuego.

Por eso Brodek había ido a pensar al bosque, donde esperaba encontrar una respuesta. Pero allí, sentado, en el silencio de la noche, no había respuestas. Sólo una luna llena blanca y preciosa, con pálidos brillos de plata. Y el viento en las hojas de los árboles, más suave y frío que de constumbre, como despidiéndose del joven dragón. Y la noche, una noche profunda llena de estrellas lejanas... Por nada del mundo quería Brodek convertirse en un dragón de la luz para odiar toda esa maravilla, y sintió cómo sus alas comenzaban a teñirse lentamente con el color de la noche.
Pero la noche fue perdiendo fuerza para dar paso a las primeras luces del alba. Era ese uno de los momentos favoritos del dragón, y disfrutó de los tonos rosados del cielo, del suave calor del primer rayo de sol en la cara, de los brillos de cristal y fuego en las aguas y de la alegría que despertaban en el bosque los primeros cantos de los pajarillos... No, tampoco quería ser un dragón de la noche para odiar tantísima belleza.

Y antes de que las lágrimas inundaran sus ojos, antes incluso de saber cuál era el color definitivo de sus alas, Brodek voló hasta la laguna, se sumergió cuanto pudo en ella para calmar su sed de paz, y voló hacia el cielo, tan alto como pudo, como tratando de escapar de la injusta tierra y de su cruel destino. Y cuando estuvo tan lejos que el frío le impedía mover las alas, abrió la boca para soltar su gran llamarada, como queriendo gastarla completamente, o no haberla tenido nunca.

Pero en lugar de fuego, de su boca surgió una finísima capa de escarcha que cubrió los campos, como si su deseo de paz y el agua de la laguna hubieran obrado un milagro. Y sólo entonces descubrió que no sería un dragón de la noche, ni un dragón de la luz, pues una de sus alas pertenecía a la luna, y la otra la sol.
Y cada cierto tiempo, Brodek vuelve a decorar los campos con su mágico aliento escarchado, como queriendo recordar al mundo que no es necesario elegir entre el día y la noche cuando no se sabe odiar

Al acabar el cuento los rostros de los niños se veían tranquilo salimos del lugar y subimos Benki y Wakasa salieron a ver y saber que mismo paso les di un dulce a los niños esperando que estén mejor

Kazutora: Nos volvería a contar otro cuento

-claro cuando quieras pequeño ahora ve con los demás a jugar si

Espere que regresaran y así fue diciendo que donde atacaron no era muy lejos de aquí después de eso vinieron por Takeomi nos despedimos

Takeomi: Eres mi esposa y esposo te amo mi vida por favor cuídate si no quiero que te pase nada y yo lo are igual quisiera que fuera un mal sueño y que esto no pase.

Comprometidos ( Shinichiro x Takemichi x Wakasa x Takeomi x Benki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora