CAPITULO Nº 8

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No es que evite a Álvaro por quince días, es simplemente que entro a clases con el profesor y cuando es tiempo de marcharnos salgo en bala porque tengo deberes que cumplir…

En las horas del receso es una odisea por qué hago una y otra maniobra para no encontrarme con Álvaro y eso hace hervir mi sangre por lo tonto que me estoy comportando o tal vez porque me convertí en un completo payaso, así que hoy voy a descansar por los límites del instituto cuando estuve caminando encontré un lugar alejado de todos  y me senté en el césped  para recostarme en aquel árbol gigantesco que con sus ramas gigantescas solo se filtraban unos cuantos rayos del sol que hacían un buen sitio para descansar…  Cuando estuve para hacerlo escuche unos ruidos, que hizo que  me ponga de pie y siguiera esos pequeños ruidos hasta que los encontré, me asome para ver un rato, pues eran tres tipos que golpeaban a un flacucho; a pesar de ser todo un flacucho se defendía bien, pues ese flacucho era Richard.

–Marica de mierda, ¿Por qué no te mueres? Dijo el más alto golpeando a Richard hasta que cállese.

Mejor me largo, hoy no estoy interesado en pelear, además no es mi asunto y yo no tengo nada que hacer acá.

–ES MEJOR SER ODIADO POR LO QUE UNO ES, QUE AMADO POR LO QUE UNO NO ES... Selo dije gritando a esos imbéciles homofóbicos y a la vez mostrando una sonrisa entre mis labios. “Parece que los hice enfurecer, esta vez no me salvo de la paliza…”  Ya estaba cansado así que cerré los ojos para recibir la golpiza de esos estúpidos homofóbicos, cuando en eso escuche un ruido que hizo que abriese los ojos de golpe haciendo que mi sorpresa fuera grande al ver a Alexander golpeándolos y estos al librarse de él salieron corriendo, sostuve mi rostro con mis dos manos para luego darme unas palmaditas para así confirmar que aún sigo con vida y el que estaba delante de mi si era Alexander.

–Ponte de pie y márchate porque si no esos cabrones regresaran con más. Lo dije sin mirar a Richard y luego me gire para marcharme pero ese flacucho obstruía mi camino; siendo un enano se puso de puntas estirando el cuello para verme más de cerca, tenía el cabello negro y un poco largo asta rosar su cuello, ojos pequeños y negros con su piel trigueña; en la forma que me miraba Richard pude darme cuenta que por más cerca que estuviese de mí no me sentía incómodo como cuando veía a Álvaro o cuando rosaba su piel…

–¡Haaa…! Estoy curado… tal vez solo era una enfermedad pasajera… Lo dije con una sonrisa entre los labios y levantando el brazo como si hubiese ganado una pelea, mientras Richard me miraba con barias interrogantes arriba de su cabeza.

–¿Tú en verdad eres Alexander?. Dijo Richard acercándose a mí.

Hice a un lado a Richard y empecé a caminar pero él empezó a seguirme, me dio un tirón del hombro para luego darme un rodillazo en el estómago hasta dejarme sin aire.

–Esto es por utilizar a Roger en mi contra… Dije sin mirar a Alexander, colocando mis manos en mi cabeza y dándole la espalda a para luego observar por la regia de mis ojos el de como Alexander se erguía y continúe caminando, para luego yo empezar a seguirlo, no porque yo quisiera, sino era porque debía hacerlo.

Estaba perdido en la nada que cuando reaccione, ¡Álvaro…! Susurre, estaba acercándose que me detuve haciendo que Richard se golpeara el rostro con mi espalda, todo nervio había desaparecido porque esta vez me sentía seguro, ¡Ya estaba curado! Así que mostré una sonrisa de victoria hacía la llegada de Álvaro, por alguna razón cada paso de cercanía hacia mi empezó a tornarse tortuosa, empecé a mirar para ambos lado como si buscara una salida, mis manos empezaron a sudar y empecé a sentirme nervioso cuando vi sus ojos clavados en mí, ¡Porque…! Porque nuevamente me sentía enfermo, detesto sentirme de esta manera que no sé cómo explicar todo esto, no puedo sentirme así por Álvaro, no por él... Me regañaba una y otra vez ante mis pensamientos tontos.  

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⏰ Última actualización: Aug 13, 2022 ⏰

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