El primer día que te ví tan solo tenía ocho años.
Recuerdo que era una mañana de otoño, estaba cubierta por un abrigo enorme de mi hermana mientras jugaba con las hojas naranjas que había en el jardín.
Y tú, tú estabas haciendo no sé que con esa vaca que me dió tanta curiosidad pero no supe como preguntar.
Al menos no en ese entonces.
Te observé por mucho tiempo hasta que corrí a mi casa y se me ocurrió la maravillosa idea de enviarte una carta preguntando al respeto.
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Acumulando Sonrisas.
RomanceMi corazón y el tuyo son dos barcos navegando a la par, las mareas nos dividen pero el puerto nos vuelve a unir. El era ese deseo que se pide sin pensar, esa tentación que está a la vista. Y bueno, yo no pienso lo que pido y vivo para pecar.