Han pasado dos años, regresé al pueblo.
Mi madre está enferma y me he tomado el tiempo de visitarla, además de que necesito verte una vez más.
Cuándo ví tu lapida mis ojos se volvieron a humedecer pero ya aprendí a cargar con esas cicatrices que me pesan en el corazón.
Gracias por cada momento vivido, gracias por cada sonrisa y cada lágrima. No sé como explicar lo mucho que extraño tus abrazos de consuelo o esos comentarios que hasta ahora entiendo eran de desahogo.
No te elegí yo, lo hizo mi corazón por eso es él el que no quiere dejarte ir; me he tenido que hacer a la idea de un futuro sin tí cuando solíamos hablar de un para siempre.
No voy a negar que me enojó mucho tu decisión pues creí que yo podía ser ese motivo para que te aferraras a la vida pero porque te amo, me puse en tus zapatos y entendí todo.
Ayer leí todos los poemas que escribiste, todo lo hermoso que tenías para el mundo pero que decidiste acumular en palabras.
—Con este último poema me despido —dije mientras miraba tu lapida— estoy diciéndo adiós una vez más pese a que sé que no es para siempre pues si no es en esta vida será en la siguiente.
Eres ese sueño que tuve despierto cuando mi mundo se hizo gris, llegaste como un huracán al mar de mi corazón y no sabía que te amaba hasta que dije ese último adiós.
Llevo ese primer beso gravado en mi piel como señal de que te pertenezco y ese último adiós como señal de que me duele tener que dejarte ir.
Yo solo soy un simple rompe cabezas que te empeñaste en arreglar pero olvidaste que hay piezas enterradas en lo profundo del mar.
Tú mi querida Margareth me enseñaste a acumular sonrisas y lamento ser yo quien nos haga despertar de tan placentero sueño.
M&M
Fin.
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Acumulando Sonrisas.
RomanceMi corazón y el tuyo son dos barcos navegando a la par, las mareas nos dividen pero el puerto nos vuelve a unir. El era ese deseo que se pide sin pensar, esa tentación que está a la vista. Y bueno, yo no pienso lo que pido y vivo para pecar.