Buenos Aires, Argentina.
Hace varios añosEse día era el mas frío del año. Era otoño pero parecía invierno. No nos sorprendió nada, ya que el clima estaba cambiando. Ya no era el clima que solía ser antes. Aun así, odiaba el frío; odiaba abrigarme.
Mis padres y yo nos encontrábamos sentados en la mesa del comedor, merendando. Esta era de cedro americano, un poco desgastado pero le daba el toque rústico justo para el tipo de casa en el que vivíamos. Calida. Hogareña.
Para cualquiera era una tarde de sábado normal pero, para nosotros no lo era. Teníamos una tradición que consistía en tomar mate, acompañado de unas deliciosas tortas fritas. Mi papá era el que nos agasajaba con ellas: un experto en todo lo que tenga que ver con la comida. Era un gustito que nos dábamos una vez a la semaan. Un momento tranquilo y en familia. Solo los tres juntos.
Todo iba bien hasta que mi papa pregunto:
- ¿Qué quieres estudiar cuando seas grande, Emma?- Serio me observaba mientras servía el mate. Mamá estaba atenta a las noticias que se estaban transmitiendo por la vieja televisión.
Estaba tan sumida en mi mundo que no capte ni escuche su pregunta. Típico. Sagitario.
-¡Ana!
Me sobresalté.
-Si, si. Perdón, papá. Estaba concentrada en la torta. No puedes culparme, esta deliciosa.-dije divertida señalando con un dedo acusador.
Por supuesto que era mentira. Pensaba en algo distinto a lo que estaba comiendo. en el.
Puso los ojos en blanco y sonrió. Suspire, aliviada. Se la creyó. No me gustaba mentir pero, no iba a compartir mis pensamientos con nadie. Eran míos y solo míos. Mi propiedad.
-¿Qué decías?-preguntó y esta vez, un poco más atenta.Un poco.
-¿Qué quieres estudiar cuando seas grande?-repitió la pregunta.
-Emm… ya tuvimos esta conversación antes- respondí inclinando la cabeza. Me agarro desprevenida.
Era cierto. Si no me equivocaba y mis cálculos eran correctos, esa era la décima vez que me preguntaba lo mismo.No a todo momento pero si muy seguido. Tenía trece años y, se esperaba que, todos los chicos de mi edad, mas o menos, tuvieran en claro qué carrera quieren o deberían seguir. Dije deberían porque muchos adolescentes están influenciados por los trabajos de sus padres y no tienen elección de elegir una carrera que en verdad les guste.
Mi padre se me quedó mirando, impasible; mi madre silenció el televisor. Atenta. Estaba lista para apoyarme, por si acaso.
Y como si me estuviera leyendo la mente, el volvió a hablar:
-Si, ya lo sé. Sé que ya tuvimos esta conversación innumerables veces, pero te lo voy a preguntar hasta que termines la secundaria, si es necesario. ¡No me hagas perder la paciencia!- espeto serio señalándome con una media sonrisa.
Suspiré, una vez mas aliviada. Cuando se hacía el serio y luego sonreía era porque fingía estar enojado. Bueno, en realidad, era difícil que papá se enojara conmigo. Era, simplemente, imposible. Ese es un beneficio que tenemos las hijas con nuestros padres. Aun así, se hizo el silencio; papá, aun, esperaba una respuesta mejor. Me puse nerviosa.
-Bueno… este…-Suspiré,tratando de controlar mi pulso-. ¡Quiero ser actriz!- Solté, sinmás por milonesima vez en los ultimos cuatro años.
Y de nuevo, ese silencio incómodo que llenaba el espacio y que, le quitaba el aire a mis pulmones. Sabía de memoria, lo que a continuación, se venía:
- Si. Está bien. Pero, ¿Qué quieres estudiar?- repitió una vez más la misma pregunta. No tenía tiempo de impacientarme, ya que estaba concentrada en mi nerviosismo.
-Eso, papá. Voy a estudiar actuación.- repetí, una vez más.
-¿Por qué mejor no estudias abogacía? ¿O quizás veterinaria? ¿Contadora? ¿Dentista? Los dentistas ganan una millonada de plata.-exageró, mientras comía su torta frita, pensando en darme más opciones.- ¿Qué dices?
Estas charlas con papá me ponían tan nerviosa. Hablar con el de mis planes me ponía nerviosa. No porque no quisiera compartirlos con él; sino porque siempre salía con lo mismo: quería que estudiara algo más “académico”. Pero, en cada oportunidad, cada vez que le decía mi sueño, sentía una presión en el pecho.
-Ya te lo he dicho. Quiero estudiar actuación. Quiero ser actriz.- Le dí el último mordisco a mi torta frita grasienta mientras papá me cebaba un mate. Me lo extendió. Lo acepté.
-Pero, hija. Eso de querer ser actriz lo debes dejar como plan B. Puedes ser actriz, claro que sí, pero además, deberias estudiar una carrera profesional y académica. Algo que te deje dinero. Ganancias. Piénsalo. La actuación puede quedar como un hobby.
La actuación es una carrera y te deja mucho, pero mucho dinero. No tienes idea, pensé para mis adentros a regañadientes.
-No quiero estudiar una carrera universitaria y mucho menos las que nombraste. No quiero perder años, y años de mi vida. No quiero gastar mi tiempo en una profesión que no quiero hacer solo porque me va a dejar dinero. Se me irían los años y jamás podría cumplir mi verdadero sueño.-confesé.
Papá frunció los labios en una mueca e inclinó la cabeza. No estaba convencido y nunca lo estaria.
-¿Tu que piensas al respecto, Mónica?- Se giró en dirección a mamá. Solo con mirarla tan concentrada en nuestra interesante conversación que solamente le faltaban las palomitas. No la culpé, yo también deseaba unos. Con mucha mucha azúcar.
-Mientras ella sea feliz con lo que quiera hacer, entonces yo también lo seré, Enrique.- respondió segura. Me miró con una sonrisa y asintió con la cabeza, mostrándome su aprobación.
Sonreí. Amaba a ambos, pero en esos momentos necesitaba apoyo y la que me lo estaba dando era mamá. Papá asintió; no le quedaba otra. No iba a luchar contra la corriente, y menos con la cabeza dura de su hija única. Yo haré lo que quiera. Lo que desee. Era mi vida y yo decido qué haré o no con ella.
Sì. Así será.
Seré actriz.
Y nada ni nadie me lo impedirá porque, al fin y al cabo, lo que verdaderamente importa es lo que dicta el corazón.
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EL SUEÑO QUE EMMA VÁSQUEZ TANTO ANHELÓ (Proximamente)
RomanceEn ocasiones, tus mayores deseos por fin se vuelven realidad. Pero la decisión trae consigo terribles consecuencias. Desde pequeña, Emma soñó con triunfar en Hollywood. El mundo de las oportunidades. Ser como Marylin Monroe o Maryl Strepp es su gra...