Lois Lane flotaba desnuda en el aire, con su cuerpo temblando de forma incontrolable y sus pezones endurecidos por el frio. La temperatura de la habitación se había reducido inmensamente por la voluntad del temible ser que la tenía cautiva: El Warlord que Ríe.
—Buenas, masturbadores de ojos abiertos —saludo Warlord, desde atrás de Lois—. Finalmente llegamos al último capítulo de esta obra maestra de la literatura.
—Por favor... —lloraba Lois Lane, con inmenso terror.
—Ya cállate, puta viciosa. ¿No ves qué le estoy hablando a los masturbadores de ojos abiertos? Ellos se quieren masturbar con tu violación, y eso les daré.
Warlord, sin dejar de sonreír, invocó dos cadenas de un techo inexistente y estas se aferraron a los brazos de la mujer, alzándolos por encima de su espalda. Lois gritó del dolor, pues el brusco movimiento logró romperle los brazos. Warlord sujetó los glúteos de la fémina y clavó sus garras en estos, provocándole un intenso sangrado. Separando las nalgas de la periodista, el grotesco ser se sacó el miembro de su ano y lo dirigió al recto de la mujer, penetrándola de forma brusca. El miembro del monstruo se estiraba de manera anormal, mientras las caderas de este embestían con violencia a su víctima. El pene de Warlord se seguía expandiendo, llegando a penetrar el intestino de la mujer y a dar curvas junto con este. Lois sentía con inmenso horror como su sistema digestivo era, literalmente, violado por un ser que iba más allá de cualquier tipo de comprensión. Aquel falo siguió subiendo a través del tubo digestivo hasta finalmente salir por la boca de Lane, quien lloraba desconsolada. La mujer podía sentir aquel asqueroso sabor presente en el miembro del monstruo, producto de la mezcla nunca lavada de sangre, semen, excremento y otras secreciones. Warlord clavó sus dedos en los ojos de Lois, haciendo que esta intentara desesperadamente liberarse, cosa que solo fue una pérdida de energía. Sangre reemplazaba sus lágrimas en el recorrido de sus ojos, al mismo tiempo que la sangre menstrual caía por su vagina y bañaba el miembro del monstruo. En un bizarro acto que pudo haber durado segundos o años, el glande de la criatura se contorsiono para apuntar al rostro de la mujer. Mientras chillaba como un cerdo, el oscuro ser tuvo un orgasmo tan extraño como solo él podía tenerlo. Un gran chorro salió disparado de su uretra, mientras más de aquel semen amarrillo y rancio salía de los poros de aquel miembro, llenando todo el interior de la mujer. Warlord se apartó de la mujer mientras las cadenas desaparecían de sus brazos. Mas pronto que tarde, la mujer se desplomó en el suelo mientras sus ojos empezaban a regenerarse. Lois empezó a vomitar de forma violenta la enorme cantidad de semen que tenía dentro, al mismo tiempo que perdía el control de su vejiga y sus esfínteres. Ante la mirada de Warlord, Lane no pudo evitar orinarse y defecarse encima. El semen se mezcló con la sangre y la orina, y luego con el excremento, y finalmente con el vómito. Warlord empezó a revolver aquella horrenda mezcla con sus manos, y cual si fuera una sopa se la llevó a la boca para darle un trago.
—Es una delicia —aseguró Warlord mientras tomaba con sus manos más de aquella mezcla—. Ten, toma un trago.
Warlord embarró la cara de Lane con sus propias secreciones, provocando que volviera a vomitar. Con su típico "Hee Hee", el ser empezó a reír mientras veía como la mujer se retorcía de asco y terror. Warlord provocó que aquel grotesco liquido se alzara cual tentáculo y se introdujo bruscamente en la boca de Lane hasta salir nuevamente por su recto, en una especie de ciclo infinito. Salía de su recto, e inmediatamente se metía en su boca. Pasaba por su sistema digestivo y volvía a salir de su ano, para empezar nuevamente. Aquel liquido termino bañando completamente el cuerpo de la mujer, quien solo deseaba morir para aquellos momentos. Warlord se inclinó sobre la entrepierna de la mujer, y hundió su rostro en esta. Clavando sus garras en los muslos, su áspera lengua lamio y rasgo los labios vaginales de su víctima. La sangre empezó a brotar con gran fuerza mientras el grotesco ser, actuando como un animal salvaje, empezó a morder y arrancar pedazos de la vagina de Lois, quien inmóvil solo podía gritar. Sus deseos de morir, o como mínimo quedar inconsciente, se hacían cada vez más grande, pero aquello jamás pasaría. Warlord quería que ella sintiera todo lo que le estaba haciendo, y no dejaría que muriera o se desmayara. Warlord alzó su rostro sonriente, cubierto por la sangre y otros líquidos. Sin mediar palabra se lanzó contra el vientre de la periodista, y con sus filosos dientes lo desgarró. Como animal salvaje y hambriento, arrancó pedazos de intestino e hígado. Masticando de forma grotesca, Warlord disfrutaba y se excitaba ante el daño que estaba provocando. Pero no la devoró por completo, sino que se reacomodó con su pelvis sobre el vientre abierto de la mujer. Sin piedad alguna, el terrible ser penetro directamente las entrañas de Lane y empezó a moverse de manera violenta y animal. Lane intentaba cerrar los ojos, pero no tenía el poder para hacerlo. Ella podía sentir como aquel miembro se enterraba entre sus órganos y los atravesaba en dolorosas penetraciones. Y mientras el grotesco ser se movía, ella sentía como su propio corazón le era atravesado. Warlord volvió a eyacular por todos los poros de su miembro, inundando con su amarillento semen todos los órganos internos de Lois. Tras apartarse, cerró el vientre de la mujer y su piel pareció curarse repentinamente. Warlord se puso de pie solo para caminar pocos pasos antes de sentarse sobre el rostro de la mujer. Lois abrió la boca contra su voluntad y la mantuvo así mientras Warlord defecaba dentro de esta. Pero, como es común en la naturaleza de un ser antinatural, su excremento tampoco era normal. Este tenía un color verde fosforescente, y parecía estar hecha por restos de gusanos, con millones de brazos microscópicos sacudiéndose con inmenso terror, como si estuvieran atrapados. Tras un tiempo incalculable, Warlord finalmente termino de defecar y su excremento sobresalía de la boca de Lane. Y cual pérfido gusano, esta sustancia termino de bajar por si misma por la garganta de la periodista.
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El Warlord que Ríe (+21)
FanficEsta historia solo debe ser leída por gente con un fuerte estómago y que tenga algo en claro: todo lo que aquí se muestra es ficción y humor muy negro. No apruebo ninguna de las acciones que aquí se verán representadas, y no me hago responsable del...