Capítulo III

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Talar el bosque

Rápidamente ambos chicos encendieron los autos para ir al inicio del bosque prohibido.

-Si lo que dijo el alcalde es cierto debemos advertirle a Trinket. -Dijo Luke.

-Entonces acelera. -Dijo Chase a través del celular.

Luke había llamado a Chase para avisarle que debían ir al bosque prohibido a avisarle a Trinket que talarían el bosque.

-Esperen. -Los detuvo Lori.

-Lori si no es importante no me distraigas. -Dijo Luke concentrado en el camino.

-Todos parecen ignorar el hecho de que esta puede ser la solución a nuestros problemas. -Dijo y aquello pareció un balde de agua fría.

-¿A qué te refieres? -Preguntó Kate a través de la llamada que aún no habían cortado.

-Si talan el bosque, incluyendo ese árbol, tal vez no tengamos que estar metidos en este problema -aclaró Lori-. Tal vez no tengamos que regresar ahí, nunca.

Esa propuesta era tentadora y parecía ser su mejor opción.

Pero había un pequeño problema. Olvidaron que estaban atados al mundo a través del portal ¿Las consecuencias de aquello? Fueron transportados frente al árbol, todos ellos, menos sus autos.

La magnitud del daño que los autos sufrirían sería enorme, aún más a esa velocidad. El pueblo tendría noticias de un choque pronto.

-¿Qué están haciendo aquí? -Trintek estaba afuera del portal.

-Eso mismo queremos saber. -Respondió Mathew.

-Yo estoy aquí porque la señora Flippyhat no me deja fumar en el pueblo.

-¿Le tiene miedo a su esposa? -Articuló Chase incrédulo recibiendo las miradas asesinas de Lori, Kate y Madison.

-La señora es bastante -tragó saliva- seria cuando la situación lo amerita.

-O sea que sí le tiene miedo. -Concluyó Mathew, ahora siendo él el objetivo de las miradas asesinas.

-Más o menos. -Sí le tenía miedo-. Cambiando de tema, ¿Qué hacen aquí?

-El alcalde de nuestro pueblo dijo que quiere destruir el bosque, no sé usted, pero a mí me parece que debemos detenerlo. -Respondió el mayor.

-Entremos. No es seguro hablar de estas cosas aquí. -Dijo el alcalde viendo a su alrededor con desconfianza.

Los tres entraron al portal y luego de enceguecerse un poco por la brillante luz del portal, estaban ahí, Loose-nut. Fueron hasta la casa de Trinket, que quedaba al inicio del pueblo -Al otro lado del portal- y una vez se encogieron entraron a la casa de los Flippyhat en donde la señora los recibió.

-¡Dione ya llegamos! -Gritó el aluxes llamando a su esposa.

-Trinket, ¿Por qué no me avisaste que los chicos venían? -Le regañó la mujer bajando de las escaleras en una bata de baño.

-Lo lamento querida, no sabía que te darías un baño. -Se disculpó el alcalde.

-¡Te dije antes de que te fueras! -Exclamó la Aluxes.

-Hombres -murmuró Kate, aunque todos escucharon-, siempre olvidan todo.

-¡Exacto! -Afirmó Dione.

-Bueno, bueno, bueno -dijo Trinkte llamando la atención de todos-. Será mejor que vayamos al comedor, así nos dicen lo que nos tienen que decir.

Los 8 fueron al comedor, en donde cada un tomó asiento. Los Flippyhat esperaron pacientemente a que los adolescentes hablaran. Aunque Trinket ya sabía que iban a decir.

A Través Del Portal: Los AluxesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora