Cap. 3

783 88 9
                                    

Gracias por seguir esta nueva historia, les dejo dos capítulos el día de hoy, tengo pensado subir los fines de semana.

Lena al saber que Kara estaba molesta por el compromiso de su ex le preparó una sopresa que Lena pensando con su mente de una muchacha de 18 años ilusa creía que Kara iba a ceder a sus encantos.

Lena sabía que ella era hermosa, tenía muchos jóvenes detrás de ella pero no les hacía caso por estar enamorada de su rubia.

Como sabía que Kara iba al rancho el fin de semana Lena también se alistó para ir con ella. Se puso un short no tan corto pero si quería mostrar sus piernas que estaban muy firmes por el ejercicio que hacía, además de una blusa ombliguera.

No era una joven que le gustará mostrar mucha piel, regularmente se vestía formal pero cuando salía de fiesta para aparentar su personalidad de chica coqueta, caprichosa y despreocupada usaba ropa más ligera como le decía su madre, Lillian, que usaba.

Cuando Kara terminó de guardar todo en su camioneta y se subió para conducir, Lena aprovechó para subir a su lado, en el asiento de copiloto.

-Tú que crees qué haces?-

-Voy contigo al rancho, esposa!-

-Imposible, bájate-

-No, bájame

-Esta bien, no voy a discutir.

Kara arrancó la camioneta y se dirigió al rancho. Todo el camino Lena estuvo escuchando canciones baladas románticas y de desamor, una que otra de reggaetón. Algo que le causó curiosidad a Kara pensaba que iría escuchando puras canciones de reggaetón.

Por más que Lena trató de hacer platica con Kara, esta la ignoró todo el camino pero no iba a rendirse tan fácil, usaría sus armas de seducción.

Lena se levantaba de su asiento para revisar su mochila que se encontraba en el asiento de atrás, levantando ligeramente su cadera para que Kara notara sus glúteos pero nada parecía llamar la atención de Kara que permanecía con la vista en el camino.

Se rindió y prefierió pasar el rato cantando. Su voz era muy hermosa hecho que Kara notó y disfrutó.

Cuando llegaron al rancho, Kara le pidió a unos de los mozos que le ayudará a bajar algunos materiales que traía mientras ella bajaba su maleta.

-Snapper... Snapper!! Te estoy hablando.

-Perdón Kara, estaba distraído.

El joven mozo se había distraído viendo a Lena, él cuál si notó el atuendo ligero que llevaba. Kara no se dio cuenta de que estaba viendo a su esposa.

Cuando estaban terminado de bajar todo, se dirigieron a las caballerizas. Kara saludó pero no recibió la atención y el saludo cordial que siempre le daban, buscó la fuente de la distracción del personal y se dio cuenta que era Lena.

Todos los mozos saludaban a su ahora esposa. Y la veían de manera lasciva. Lena se dio cuenta de ello, gesto que le molestó pero seguía disimulando y aparentando que eso le gustaba.

Kara por primera vez se dio cuenta de la vestimenta pero dio una sonrisa altanera sabiendo lo que le pasaría a Lena al caer la tarde, los mosquitos.

Así llegó la tardecita, el Sol se fue ocultando de poco a poco, Lena empezó a sentir la incomodidad, los mosquitos no la dejaban en paz.

-Debiste usar algo más que te cubriera-

Kara pasó a su lado, murmurando su comentario. Pero Lena no traía ropa que la cubriera. Se puso roja pero de vergüenza, se sentía tonta por usar lo que traía, Kara la cubrió con una chaqueta y le dijo:

-Ven, acompañame-

Kara caminó hacia la casa, Lena sólo la siguió tratando de espantar los mosquitos que seguían atacando sus piernas el único lugar de su cuerpo que estaba descubierto. Al entrar a la casa subieron las escaleras y entraron a la recámara que parecía ser de Kara, esta abrió su maleta y sacó un pantalón, no alcanzó a observar más porque Kara la interrumpió.

-Puede que te quede grande pero es mejor a no traer nada que te cubra.

Las piernas de Lena estaban rojas y con algunas que otros piquetes. Se volvió a sonrojar por su torpeza.

Kara se alejó y se paró en el marco de la puerta -Qué esperas? Sal?-

-Me voy a cambiar-

-Oh no, aquí no, esta es mi recámara, al lado hay otra que puedes usar-

Kara cerró la puerta con llave y bajó las escaleras sin decir nada más dejando a Lena sola. Esta fue a la habitación de a lado, abrió la puerta y pudo ver que prácticamente era una bodega, si era una recámara, había una cama pero tenía cajas y muebles tapados con sábanas.

-Disculpe a la niña Kara, cuando está ocupada con los asuntos del rancho puede ser distraída, venga por acá.

La nana de Kara, amablemente la guió a otra habitación.

-Esta es la recámara de los señores pero como sabe ahora están en la ciudad, puede dormir aquí.

-Gracias, muy amable-

Lena se cambió y se dio cuenta que tendría que pasar la noche en el rancho, ya que Kara siempre se quedaba todo el fin, acción que no tomó en cuenta.

Al día siguiente todos se levantaron muy temprano a desayunar, como el día anterior Kara ignoró a Lena, esta paso el día sólo obervando lo que su esposa hacía mientras los mozos mantenían su vista en la ojiverde, tenía la atención de todos menos de su esposa.

Al llegar la hora de irse, ambas subieron a la camioneta, esta vez Lena se fue atrás. Se puso a escuchar música con sus audífonos al fin sabía que Kara no le haría caso, y así fue la ignoró todo el camino.

Al llegar a la casa, Lena se dirigió a su recámara pero cuando iba a cerrar Kara le habló.

-Lena no te vuelves a meter en mis asuntos, el rancho es el lugar donde puedo estar tranquila sin que me estés molestando.

Lena asintió mientras Kara siguió caminando sin esperar respuesta y se encerró en su habitación. Lena hizo lo mismo, fue al baño se tiró en el suelo soltando una lagrima por la humillación y frustración que sentía. El día de conquistando a Kara fue un fracaso, esta nunca la notó al contrario sólo hizo el ridículo y terminó con sus piernas picoteadas por los mosquitos y rojas.

Aún así quería seguir intentando, ama a Kara y lucharía por que ella se enamora.

Viene algo muy intenso

Del odio al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora