De pronto sintió su labio temblar, pero no estaba segura si era por el frío o por las inmensas ganas de llorar.
O quizá por ambas.
Miró alrededor por segunda ocasión, obligándose a rememorar aquella habitación, o lo que alguna vez había sido, temerosa de olvidar hasta el más mínimo detalle.
Había pasado demasiado desde la última vez que estuvo ahí en la torre. Había deseado no regresar, la última vez que había estado ahí, sola, la tristeza y la desesperación habían tomado lo mejor de ella. Pero Clark la encontró antes de que fuera tarde, devolviéndole un grano de esperanza, aunque ésta a veces se sintiera como un sueño que se evaporaba entre sus manos. Y aun así, todos los días se despertaba y elegía creer.
Y fue así que creyó que después de varios meses sería capaz de volver a ese lugar que por un preciado y corto tiempo llamó hogar. Creyó que podría presentarse con la cabeza en alto, honrando la fuerza que su antiguo equipo vio en ella.
Pobre ilusa.
La voz de su demoníaco padre habló bajo pero orgulloso, demasiado lleno de sí mismo, sabiendo que no era necesario desgastarse gritando sus amenazas, pues el peso de sus palabras resonaba por sí solo en cada hueso de su cuerpo, viajando en el mar de inseguridades que se apoderaban de ella.
No te queda nada. No eres nada sin ellos.
"Lo estoy intentando."
Susurro las palabras apretando los ojos, imaginando a sus amigos ahí. Imaginándolo a él ahí, dándole fuerza y la voluntad para seguir. Pero lo único que encontró fue el vacío de su ausencia que solo parecía haberse agrandado con el tiempo.
"Raven." El agarre firme sobre su hombro la hizo girar para mirar de frente a Clark, quien ya no era más el hombre de acero y vagaba por la tierra a pie y escondía su vergüenza debajo de una sudadera café. Ahora era sólo un hombre común y corriente, un mortal. Y sin embargo, su esperanza permanecía siendo de acero. "¿Hay alguna área segura para descansar?"
Las palabras se sintieron amargas. Alguna vez pudo jurar que la Torre era un espacio seguro, casi indestructible, y ahora estaba reducido a escombros y retazos de recuerdos y sueños destrozados.
"Acabamos de llegar, ¿realmente quieres descansar?"
"Raven, es medianoche. Necesitamos descansar, ambos."
Es cierto.
Viajaban de noche para no llamar la atención de los Paradooms y tener mayor posibilidad de exploración. Y aunque la luna se encontraba encima de ellos, Raven no había reparado en la hora.
Desde hacía varios meses que el tiempo había perdido sentido para ella.
Sin decir una palabra, avanzó por lo que quedaba de la torre. Gran parte de ella había desaparecido por completo. Clark se limitó a seguir e imitar las acciones de Raven cuando la vio agacharse y empezar a mover unas piedras que pronto mostraron una entrada oculta. Por un instante se sintió avergonzado, tantos años caminando por los pasillos del Salón de la Justicia o la Atalaya, ¿recordaría religiosamente los detalles como Raven lo hacía, a pesar de caminar entre escombros?
Bajaron al búnker. El destello de luz deslumbró a Raven por un instante, pero sus ojos se adaptaron rápido a la luz, y una ligera sensación de calma la llenó al ver que todo seguía intacto desde la última vez que estuvo ahí.
"De este lado hay colchonetas, y allá guardamos las provisiones restantes. No son demasiadas pero nos cubrirán por unos días. Damian las raciono bien y...." Clark casi chocó contra la espalda de Raven cuando esta se detuvo en seco, pero cualquier queja o palabra que se hubiese formado en su mente, desaparecieron al alzar la vista y encontrar manchas de sangre en el piso, completamente secas después de varios meses en abandono.
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El amor que teníamos, el tiempo que perdimos
Fiksi PenggemarPre-Apokolips War. Sus caminos se separaron, pero mientras luchaban por sobrevivir, nunca olvidarían a su ser más amado.