El amor que teníamos, el tiempo que perdimos

What I'd do to have you here

Todo estaba claro. El cielo despejado, el sol brillaba a lo alto, sentía la brisa salada del mar contra su piel. Se sentía bien.

Otra vez estaba sentado en esa banca, observando el horizonte desde lo alto de la torre titán. Ella estaba a su lado, sonriéndole de esa forma que él siempre pensó que era solo para él. Veía su mano junto a la suya y la necesidad de entrelazar sus dedos con los de ella se apoderaba de él, pero al hacer el más mínimo movimiento, la oscuridad se apoderaba de todo.

El cielo se tornaba rojo acompañado de la lluvia de paradooms. En un abrir y cerrar los ojos, está solo, la torre destruida, rodeado de pedazos de sus compañeros. Su mente grita "Corre", pero su cuerpo está paralizado, no es hasta que distingue a lo lejos, volando en el cielo a Superboy y a Raven, todavía luchando por su vida. Quiere gritar, pero su garganta no emite sonido alguno y su cuerpo está paralizado.

No puede moverse. No puede hacer nada.

De pronto escucha un estruendo a lo lejos.

Nada sucede.

Pasan unos segundos, y un segundo estruendo aparece, y es ahí cuando nota la bruma en el aire.

Estaba soñando.

Un tercer estruendo se escucha y es cuando finalmente abre los ojos, pero no logra distinguir nada en medio de la oscuridad de aquella habitación.

"Richard." Llama sin recibir respuesta, mientras busca la vela que había dejado a lado de él. La enciende y siente sus hombros relajarse un poco al ver a su hermano ahí. "Ya te dije que no te debes de pegar, podrías empeorar el daño. Siéntate." Regaña al antiguo Robin, que ahora, en lugar de una capa amarilla y llamativa, porta una camisa blanca que limita sus movimientos.

Damian lo guía por los hombros para separarlo de la pared y sentarlo frente a la vela, y una vez que los perturbados ojos del mayor notan la flama, todo su cuerpo se relaja, casi pareciendo como si se derritiera ante la pequeña flama delante de él.

"Ssstar..." Apenas balbucea, pero Damian sabe perfectamente lo que quiere decir. Desde que Richard regresó, apenas si habla. Los primeros meses, Damian creyó que había perdido la capacidad de hablar, pero conforme pasó el tiempo palabras cortas, sin sentido para quien no estuviera familiarizado, pero hablaba.

"Si, la llama es muy similar a la cabellera de Starfire." El nombre de la tamareana alcanza los oídos de Nightwing, pero su mirada se ha perdido por completo en la flama, pero para sorpresa de Damian, el mayor tuerce los labios en un intento de sonreír como si de verdad pudiera comprender lo que le estaba diciendo.

Desde su regreso, Damian nunca dejó de hablarle a Nightwing como si nada hubiera cambiado, y gracias a ello había descubierto que, a pesar de tener su mente en blanco, su memoria corporal permanecía intacta, así como podía entender instrucciones muy básicas, y a veces, solo a veces, él respondía como en ese momento.

Y eran esos efímeros instantes que encendían la débil llama de esperanza.

Quizás algún día pueda traerlo de regreso.

Pensó, memorizando cada detalle del rostro relajado de Richard, con esa débil y extraña sonrisa que había extrañado. Pero una punzada de dolor en su brazo lo regresó a la realidad.

En aquel momento, Richard estaba relajado, con su mente habiendo abandonado su cuerpo por las próximas horas, y aunque la imagen era reconfortante, la mordida en el brazo de Damian le hizo recordar que solo eran momentos breves los que podía tener de Richard.

Dejo salir un suspiro. Realmente extrañaba a su hermano. Recargó su cuerpo contra la pared y dejó que la gravedad lo hiciera caer contra el suave piso hasta que un toque prudente contra la puerta lo hizo ponerse en pie inmediatamente.