-₱-

395 30 8
                                    

☾❆𑁍❆𑁍❆𑁍☽

Las manos del castaño atacaban el cuerpo del pelirrojo mientras que sus labios desesperados se encontraban, pues aunque sean pocos días para ellos era una tortura estar sin el otro agregando el hecho de que se habían extrañado. Apenas el pelirrojo cruzó la puerta ya tenía al castaño frente a él sonriente como siempre, cerró la puerta detrás de si, al instante que cerró la puerta el castaño atacó a besos al de baja estatura, llevándolos así a la situación actual.

Todo iba bien hasta que el pelirrojo trato de quitar las manos vendadas entre forcejeos cosa que su contrario no aceptó aquella reacción repentina, como era costumbre, otra vez iban a pelear y la verdad no quería estar gritando por sus estupideces, sujeto sus muñecas con fuerza evitando momentáneamente cualquier golpe que iría directo a su rostro, sus labios dejaron de encontrarse para así poder mirarse el uno al otro. Chūya realmente parecía querer asesinarlo ahí mismo.

- ¿ahora que hice? - cuestionó el castaño aún sujetando las manos del pelirrojo quien seguía haciendo forcejeos en un intento de soltarse.

- ¿En serio me preguntas? No creí que fueras tan idiota - reclamo soltandose de las manos contrarias sin dejar de mirar fijamente a los ojos calmos del castaño - cuando estaba en la calle ví que estabas hablando con una chica y estaban risa y risa, ¿se puede saber que tanto haces cuando no estoy?

El silencio inundó la habitación, al mismo tiempo había una tensión tan pesada que fácilmente podría ser cortada con un cuchillo, el castaño sabía que entre más respondiera más rápido llegarían a los gritos y Chūya explotaria nuevamente como en todas las peleas que han tenido, ese día no tenía tantas ganas de pelear. Suspiro cansado mirando a los orbes azules aún llenos de furia.

- ¿Que voy a hacer? Estoy en la agencia la mayor parte del tiempo, solo no estoy cuando tengo que acompañar a Atsushi con sus trabajos, recuerda que soy su mentor, y además ¿Desconfías de mi? ¿En serio? - después de hablar camino a la cocina, dando a entender que aquella discusión no era de importancia y una vez más en mucho tiempo Chūya no continuó con la pelea, en su lugar fue al cuarto.

Osamu por su parte se dispuso a preparar la cena, esa noche iba a estar llena de silencio y el lo sabía, iba a haber poca comunicación verbal e incluso un nulo contacto tanto física como visual. En esos días normalmente acostumbraban dormir aparte aunque en muchas ocasiones solamente era Chūya el que se quedaba en casa debido a que Dazai salía sin avisar y volvía hasta que le diera la gana.

Aunque se acostumbraba a su ausencia a veces le dolía que no llegara a dormir y también el hecho de que no despertara a su lado abrazándolo cómo era costumbre. Chūya salió de bañarse aún meditando lo que pasó en la tarde pero conociendo a dazai es capaz de todo y sin una respuesta clara solo le estaba carcomiendo por dentro, un suspiro frustrado salió de sus labios mantenimiento su mirada a un punto muerto aún tratando de encontrar respuesta a lo que pasó, no quería que Dazai se fuera.

Después de haberse vestido fue al comedor y como ya se esperaba, ya estaba solo en casa, por un momento sintió un vacío repentino en su pecho junto unas leves punzadas que le dolían. ¿Acaso le daba miedo? Si, tenía miedo, miedo a que el castaño nuevamente lo abandonará a su suerte como hace 4 años y aunque pareciera que no lo quiere realmente lo necesitaba a su lado. Se quedó de pie mirando a la mesa donde solo había un plato servido hasta que el ruido de la puerta lo hizo reaccionar mirando hacia dicha dirección.

¿No vas a comer? cuestiono el castaño mirando primero al plato para luego observar al pelirrojo quien solo lo miraba perplejo – Si no querías comer me hubieras dicho.

Por un momento creí. .Que ya te habías ido confesó con una voz trémula, se rodeo así mismo en sus brazos tratando de cubrirse o de algún modo protegerse, sin darse cuenta, ya estaba temblando.

¿Irme? Para nada, fui a comprar unas cosas para mañana, a duras penas logré hacer de cenar con lo que había y. .detuvo el habla apenas vió como las lágrimas brotaban de los ojos del pelirrojo.

De todas las cosas que más odiaba era ver a Chūya llorar, soltó las bolsas para dirigirse con el para abrazarlo al momento y aunque sintió el leve respingo que dió el pelirrojo este no trató de apartarlo como era costumbre cada vez que lo abrazaba, fue entonces cuando se dió cuenta del leve temblor que invadía su cuerpo, de poco en poco las manos de Chūya se aferraron de dazai cómo si esté se fuera a desvanecer de sus brazos. Dazai por su parte reconocía ese tipo de síntomas, estaba teniendo un ataque de ansiedad y la culpa le cayó como balde de agua fría.

No me iré. .susurro abrazando más aquel cuerpo tembloroso pasando sus dedos por aquellas hebras de fuego tratando de relajarlo Te lo prometo, Chūya.

Esas palabras resonaron por la cabeza del ojiazul, quien aún sollozante solo se limitó a abrazarlo como si su vida dependiera de ello. Las horas pasaron y Chūya ahora yacia dormido en el pecho del castaño, quien solo jugaba con su pelo mirando al techo, por suerte no fue un día de peleas.

Pero se convertiría en una noche más de insomnio.

☾❆𑁍❆𑁍❆𑁍☽

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 08, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

『₦¥Ⲙ₱ĦØⲘ₳₦Ɨ₳ 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora