Era de madrugada, el hospital estaba en calma, pero Louis sentía que la tensión de su cuerpo no le permitía relajarse. Después de un turno agotador en la sala de urgencias, decidió ir a la cafetería del hospital. Tomó una taza de café negro y se sentó en una de las mesas más apartadas, disfrutando de unos minutos de tranquilidad.
Mientras daba pequeños sorbos al café, pensó en lo sucedido más temprano con la anciana. Aunque intentaba convencerse de que todo había sido producto de su imaginación, la sensación extraña seguía presente en su mente.
Miraba distraído el vapor que se elevaba de su taza cuando, de repente, todo a su alrededor pareció detenerse. El sonido del reloj en la pared dejó de sonar, los murmullos de los pasillos desaparecieron, y una especie de resplandor dorado inundó la habitación.
Louis se quedó inmóvil, su corazón palpitando con fuerza.
—¿Qué está pasando?— murmuró, sintiendo como si estuviera atrapado en un sueño.
El ambiente estaba estático, como si el tiempo mismo hubiera sido puesto en pausa. Las luces parpadeaban suavemente, y brillitos dorados como pequeñas partículas de polvo comenzaron a caer sobre él.
Cerró los ojos un instante y, cuando los abrió, ya no estaba en la cafetería del hospital.
Louis se encontraba de pie, en medio de lo que parecía ser un restaurante. Vestía un delantal negro, y en sus manos sostenía una pequeña bandeja con una cuenta.
—¿Qué diablos...?— miró a su alrededor desconcertado. ¿Cómo había llegado ahí?
Antes de que pudiera procesarlo, notó que todo alrededor de él parecía completamente normal, como si siempre hubiera estado allí. Meseros iban y venían, los clientes charlaban tranquilamente, pero él... él no entendía nada.
Intentó mantener la calma, cuando de pronto, el sonido de la puerta del restaurante llamó su atención. Al girarse, el tiempo pareció ralentizarse de nuevo. Un hombre alto, de cabello rizado y corto, con un traje negro impecable, entraba al lugar. La luz detrás de él le daba un aspecto casi irreal.
Louis contuvo el aliento.
—No puede ser...— susurró. —Es Harry Styles.
Sin darse cuenta, cubrió su boca con ambas manos para no gritar. Su corazón latía desbocado, y la incredulidad lo invadía. Desde aquel día cuando escuchó la voz de Harry, en la radio, se convirtió en un fan incondicional. Ahora, verlo ahí, en persona, caminando tan cerca era demasiado para procesar y lo suficiente para hacerle olvidar que todo había cambiado.
Kenia, su mejor amiga, apareció justo en ese momento, notando la expresión atónita de Louis.
—¿Estás viendo lo mismo que yo? —preguntó él sin prestarle atención a Kenia y por ende sin notar que su apariencia era diferente.
La chica sonrió, con una mirada embelesada.
—¿Te refieres a lo perfecto que se ve? —rió suavemente—. Es simplemente....wow
—Claro que es perfecto—sonrió embelesado pero luego negó con la cabeza, no se refería a eso—¿Pero no ves que está caminando en cámara lenta y... hay una luz extraña detrás de él?
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𝐒𝐢𝐞𝐭𝐞 𝐋𝐢𝐫𝐢𝐨𝐬 [𝐋𝐒]
FanficLouis tiene siete oportunidades para estar junto a Harry, la persona que más admira y ama en el mundo. Sólo que cada oportunidad no es como él lo esperaba