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Billy pegó un pequeño salto en su lugar al oír a su perro ladrar, pensó que sería alguno de esos ancianos que vienen a reclamarle por tardar en llevar el periódico, pero descarto esa idea en cuanto vio como movía la cola en señal de felicidad.

"Que no sea él." Pensó en cuanto se daba la vuelta.

— Hola Billy. —Saludo el castaño mientras se agachaba a acariciar al perro. — Hola Scottie.

— ¿Por qué sigues viniendo aquí? —Preguntó mientras suspiraba. — Y mi perro se llama Scott, deja de decirle así.

— Pues a él le gusta que le diga así, ¿verdad, Scottie? —El perro ladró contento y el chico río.

"perro traidor."

Se paro para estar a la altura del repartidor, era unos centímetros más bajo, pero casi no se notaba.— Y sabes que vengo a ayudarte, aunque me rechazes.—Dijo con fingido dolor.

— Ni siquiera tienes bicicleta, ¿como piensas venir conmigo? —Ocultó la sonrisa burlona con el dorso de su mano.

Dareen guardo silencio y Billy río mientras volvía a acomodar los periódicos en el canasto de su bicicleta.

— Scott no tiene bici y aun así va contigo.

El más alto se dio la vuelta lentamente, no creyendo lo que acaba de oír.

— Yo igual puedo correr rápido, ¿sabes? —Le guiño un ojo mientras se acercaba a él y abría la mochila que tenía colgada en la espalda.

El perro ladró y Billy supo que se estaba haciendo tarde.

— Creo que esta es la quinta semana en que vienes y me dices esto, así que solo por hoy vendrás conmigo. —Dareen asintió feliz mientras Billy comenzaba a colocar algunos diarios dentro de su mochila.— Creo que entras en la parte de atrás, te dejaré en un esquina y repartiras toda una cuadra mientras yo me encargo de la otra.

— Gracias por dejarme ayudar. —Dareen le revolvió el cabello juguetonamente, dejando confundido al rubio.

Sin decir nada, Billy se subió en su bicicleta, tomando de la mano a Dareen para que pueda subir sin problema. Así comenzó a pedalear algo lento, tenía miedo de que ambos caigan y se lastimaran. Temía más por el castaño, quien iba colgado de su espalda.

— ¿Siempre vas así de lento? Con razón mi abuelo se queja de ti.

— Cierra la boca Dareen.

— Es la primera vez que me llamas por mi nombre.

Dareen río y Billy no supo porque, pero también soltó una risa.

Al llegar a la primera esquina, el chico bajo de un salto e hizo el saludo de soldado antes de comenzar a caminar, tirando el periódico a cada casa.

— Ve con él, Scott.

El perro ladeo la cabeza y movió su cola.

— Apúrate y ve, no me mires así.

Comenzó a pedalear, ahora a su ritmo normal, mientras repartía el contenido de su canasto.

Una vez completo la manzana, se dirigió a dónde había dejado a Dareen. Encontrandolo sentado en el borde de la vereda, mientras Scott estaba a su lado.

— ¿Te cansaste, corredor? —Frenó frente a ellos, mirándolo con burla.

— Lo dice el que esta en una bici. —Se puso de pie y extendió la mano, Billy la tomó y lo ayudo a subir. —Eres muy conocido, ¿sabias? —Dijo una vez que la bicicleta se había puesto en movimiento.

— ¿En que sentido lo dices?

Dareen sintió que las manos le sudaban, iba agarrado de la espalda del rubio, por lo que no podía soltarse sin caerse. Las deslizó a los costados, acariciandolo sin querer, provocando un escalofrío en Billy.

— Recién me he encontrado con Finney, ¿lo conoces? Finney Blake, le he dicho que estoy contigo y pues, dijo que te conocía.

— Le conozco, más no he hablado con él, no asi como lo hago contigo. —

— ¿Cómo hablas conmigo?

— Basta de charlar, debes bajar ahora.

Dareen asintió y bajo de un salto.

Repitieron el mismo proceso tres veces más, Dareen corría con Scott a su lado, quien lo cuidaba si algo malo llegara a pasarle, luego se subía a la bicicleta agarrándose de los hombros de Billy, quien ya se había acostumbrado al peso de sus manos.

Lo único que cambio, fue que Dareen ya no hablaba tanto, y eso era muy raro según el repartidor de periódicos.

— ¿Te pasa algo? —Billy junto valor para preguntar, ya quedaban pocos diarios en su canasto y la mochila del castaño se encontraba vacía en este punto. Esta era la última cuadra.

— En realidad si, pero creo que es por correr tanto. —Volvió a deslizar sus manos a lo largo de los hombros del chico.

— No hagas eso. —Billy retiro una mano del manubrio para colocarla sobre la de Dareen. — Quedate quieto, Dareen.

El rostro del más bajo se tiño de rojo debido al contacto. — ¿Por qué me debo de quedar quieto?

— Porque me pones nervioso. —Y antes de que pudiera contestarle, freno la bici y volvió a hablar.— Bájate, esta es la última cuadra y la vas a hacer tú, ya que querías ayudar, ¿no?

Dareen bajó y tomo los periódicos del canasto.

— Te dejó unos minutos para que calmes tus nervios. —Le guiño un ojo antes de hacerle una señal a Scott para que lo siguiera.

Billy sintió su rostro calentarse.

Bajó de la bici y puso el pie de apoyo para que no se cayera. Se sentó en el suelo, viendo a Dareen tirar los periódicos lo más cerca de las puertas de las casas mientras su perro corría a un lado suyo.

Hoy el trabajo le había resultado más rápido gracias a ese chico. No iba a decírselo porque él insistiria en acompañarlo de nuevo y eso sería algo bueno, si no fuera por el hecho de que él lo ponía nervioso. Con cada guiño que le daba o cada vez que le tomaba la mano para ayudarlo a subir, hasta cuando sentía el peso de sus manos sobre sus hombros.

— ¡Billy, terminé! —Los gritos de felicidad de Dareen lo hicieron reír.

El castaño vino coriendo, como había sido durante toda la mañana, junto a Scott.

— Terminamos. —Le extendió la mano para que se levantará y Billy la tomó. Al levantarse, quedó frente a Dareen, más cerca de lo que le gustaría.— Gracias por dejarme ayudarte.—El castaño se acercó a él y sintió su corazón latir con fuerza.

No hizo nada para evitar que dejará un suave beso en su mejilla.

Sintió su estómago revolverse y lo empujó para que se alejará.

— C-Creo que tengo hambre. —Se dió la vuelta y se subió a la bicicleta.— ¿Me acompañas a buscar mi paga? Luego iremos a comer algo, si quieres.— Ocultó el sonrojo en su rostro, mirando hacia otro lado.

Dareen río y se subió a la bici, sin ayuda está vez.

— Creo que yo también tengo hambre.—Scott ladró mientras caminaba hacia ellos.— Él también la tiene.

Cuando la bici estuvo en movimiento, Dareen pasó sus brazos por el pecho de Billy, abrazándolo. Y él no hizo nada para apartarlo.

— ¿Puedo venir mañana otra vez?

"Ven las veces que quieras."

┼╌ׄ╌ׄ╌⿻࣪࣪͜🌻

▪︎ Por el momento, este será el único capítulo, si alguien lee esto y quiere que suba otro, hagamelo saber 👀

Paperboy | Billy Showalter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora