Capítulo 9. Salida familiar

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Un nuevo día estaba comenzando en la mansión Smith, los sirvientes estaban ya en sus labores diarias poniendo la casa a punto. El mayordomo pelirrosa verificaba que todo estuviera en orden como siempre. Y mientras tanto, el dueño de la mansión aún se encontraba en su habitación durmiendo junto a su lindo novio en su enorme cama, disfrutando del calor compartido por sus cuerpos acurrucados entre ellos.

Pero por ahora nos vamos a centrar en un pequeño señorito que aún estaba plácidamente dormido en su habitación abrazando a su peluche de Tom Nook y envuelto en sus cobijas con patrones de hojas.

Lentamente el pequeño abrió sus ojos y se sentó en su cama dando un pequeño bostezo, quitándose la pereza de encima, cuando vio el pequeño calendario al lado de su cama e inmediatamente sonrió muy emocionado. De hecho, estaba tan emocionado que saltó de su cama dando un grito de ilusión.

– ¡Es hoy, es hoy!

El cachorro salió corriendo de su habitación con una gran sonrisa. Corría tan emocionado que no notó que Félix estaba en el pasillo y chocó inevitablemente con su fiel mayordomo, tropezando hacia atrás en el proceso cayendo sentado.

– ¡Uy! Lo siento Félix, no te vi– se disculpó el pequeño apenado en el suelo.

– Está bien, Connor, no te preocupes– sonrió tranquilo agachándose a la altura del pequeño–, ¿pero puedo saber qué haces despierto tan temprano? Usualmente duermes hasta tarde los domingos– preguntó intrigado el omega pelirrosa al cachorro.

– Es que hoy no es cualquier domingo, Félix, hoy es el día– dijo el pequeño nuevamente ilusionado, el mayordomo entendió y le dio una sonrisa al niño.

– Oh, cierto, ¿cómo pude olvidarlo? Entonces querrás ir a despertar a tu padre y al profesor, si no se les hará tarde– dijo y procedió a levantar al pequeño poniéndolo en dirección a la habitación de su padre–. Pero intenta no ser tan escandaloso y toca la puerta antes de entrar.

– Pero a papá nunca le ha molestado que entre a su cuarto sin tocar– dijo con toda su inocencia.

– Tú sólo hazme caso– dijo mientras le guiñaba el ojo al pequeño con complicidad, gesto que Connor no entendió y tan solo giró la cabeza dudoso.

(...)

Mientras, el patrón de la mansión seguía felizmente acurrucado junto a su omega en su enorme cama rodeados de suaves mantas y almohadas, disfrutando de la comodidad de su nido.

Las 4 semanas que llevaban saliendo habían sido las mejores de su vida; iban a cenar siempre que podían, también iban al parque a caminar tomados de la mano, a pasar el rato e incluso tocaban la guitarra juntos, y su mejor cita hasta el momento fue cuando fueron al concierto de una banda que les gustaba a los dos, disfrutando de la buena música y su compañía mutua.

Cosas como esas nunca pudo hacerlas con Toddy, ya que ella solo gustaba de ir a lugares caros y lujosos o a largas vacaciones en otros países, todo por tener contenido para sus redes sociales para aparentar tener la "vida perfecta".

Ella nunca lo acompañó a disfrutar de las cosas sencillas de la vida o mucho menos a hacer algo que a él le gustara, pero con Bonnie... con Bonnie era todo muy diferente, era tan cálido estar a su lado, tan agradable con tan solo sentir su presencia y su aroma cerca de él. Se sentía como si fuera el correcto, su destinado.

El Alfa abrazo aún más a su conejito para tenerlo más cerca de él, puso su nariz en su cuello y empezó a darle pequeños besos en este.

Bonnie, que aún estaba dormido, despertó por la sensación de las tiernas caricias que le estaba dando su alfa en su cadera por igual, acompañando a los besitos en su cuello.

Unexpected Family (BxB Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora