Capítulo 11. A los ojos de un cachorro

586 53 36
                                    

– Joven Connor – escuché una voz familiar que me llamaba, pero yo aún tenía sueño y no tenía ganas de abrir mis ojos, por lo que solté un gruñido y me acurruqué más con mis sábanas de hojitas –. Joven Connor, si no se despierta ahora llegará tarde a la guardería y eso no le gustará al profesor.

Aquella ya hizo que abriera mis ojos de par en par.

– Cierto, el profesor – inmediatamente me levanté y me senté en la cama, soltando un gran bostezo sin poder evitarlo, y vi a Félix sonriéndome en el marco de la puerta –. Buenos días.

– Buenos días, joven Connor – me respondió con cortesía –, su ropa ya está lista y su desayuno lo está esperando en el comedor.

– Muchas gracias, Félix – le agradecí y él se despidió saliendo de mi habitación, así que busqué la ropa que el dejó sobre mi cama y me cambié para luego bajar al comedor donde mi papá ya estaba sentado tomando un café.

Me hacía feliz ver que hoy podré desayunar con él, pues normalmente a estas horas ya está en la oficina. Tal parece que hoy podré pasar más tiempo con él.

– Buenos días, papi – lo saludé con emoción y una gran sonrisa.

– Buenos días, campeón – me devolvió el saludo alegremente mientras se inclinaba un poco para que yo pudiera darle un beso en la mejilla, papá es muy cariñoso conmigo siempre.

– ¿Que harás hoy, papi? – le pregunté mientras me sentaba a la mesa a desayunar junto a él, hoy tenía hotcakes con mermelada de moras y jugo de manzana.

– Pues tengo que ir a la oficina después, quizás esté ahí todo el día – papá suspiro cansado, él siempre trabaja mucho pero aun así intenta tener tiempo para mí, lo quiero mucho por eso.

– ¿Entonces no podré verte hoy? – pregunté algo desanimado, sé que papá tiene que trabajar, pero me pone un poco triste no poder estar siempre juntos.

A veces me siento un poco solo en esta gran mansión -a pesar de que Félix y algunas sirvientas siempre están pendientes por si necesito algo-. Si tan solo el profesor viviera con nosotros y fuera mi mami, él me haría compañía cuando papi no pudiera por estar en el trabajo...

– Lo siento mucho, campeón, pero te prometo que te lo compensaré – asentí con la cabeza y seguí desayunando en silencio.

Cuando terminé, una de las criadas que tenia un largo cabello castaño y unos simpáticos lentes redondos me ayudó a terminar de arreglarme y tendió mi mochila y mi lonchera para irme a la guardería. Papi se acercó a despedirse de mí, se arrodilló mi me dio un abrazo que yo correspondí con mucho afecto.

– Espero que tengas un buen día, pequeño, y también dale esto a Bonnie de mi parte – dijo tendiéndome una cajita envuelta en papel de regalo de colores pasteles y un lacito sencillo.

Aunque papi y el profesor ya están saliendo oficialmente, no se le quita la costumbre de usarme a mí como mensajero para enviarle regalos al profe Bonnie. Creo que ya se le hizo costumbre, así que tomé la pequeña cajita de regalo y la guardé en mi mochila

– Esta bien, papi, pero... ¿por qué el profe no pudo quedarse a dormir esta vez? – yo ya sé la razón, pero quizás si le lanzo a papi una indirecta lo entenderá, o al menos, le meteré la idea en la cabeza.

– Porque sería difícil para él, ya que tiene todas sus cosas en su casa – me explicó como si fuera obvio, aquí es donde quería llegar.

– Entonces, ¿por qué no le pides que se mude con nosotros? – pregunté sin más rodeos, papi se sonrojó mucho y se aclaró la garganta.

Unexpected Family (BxB Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora