Capítulo 14. A los ojos de un mayordomo

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Los últimos días en la mansión han sido un caos total. Para empezar, el señor Bon había regresado después de una semana intensiva en el trabajo, llegando con gripe, cansancio y encima, para empeorar aún más las cosas, su celo. No debía llegarle hasta dentro de unas semanas más, por lo que ese adelanto no estaba previsto. Luego, el joven Connor había vuelto antes del viaje porque echaba de menos a su padre, lo cual me parece comprensible siendo que convive más con él que con su "madre", y lo digo entre comillas porque sigo dudando de que esa arpía sea la madre de ese angelito, aún me sigue doliendo la mejilla por tremenda cachetada que me metió, pero sin duda duele menos que lo del té. Por último, tras mi último encuentro con el profesor Bonnie, él también estaba en proceso de tener su celo, lo cual me parecía curioso, pero a la vez peligroso, pues eso podría significar que, tal como creía, él y el señor Bon estarían destinados. ¿Sería muy arriesgado traerlo para que ambos pudieran calmarse entre sí? Agh, no te entrometas, Félix, ahora no es momento.

La verdad es que estoy preocupado por el señor Bon, hacía mucho tiempo que no tenía un celo tan fuerte como este y encima no tenía a su pareja para pasarlo, y teniendo un Alfa yo mismo sabía lo duro que era pasar un celo solo, pero no podía hacer nada más que llevarle supresores y tés para calmar el dolor muscular. Su hijo pasaba por su cuarto de vez en cuando para hacerle compañía y calmarlo con su presencia, ya que el señor Bon era muy perspicaz con los olores en su nido y el joven Connor era un buen inhibidor de sus instintos. Pero sabía que en el fondo no era suficiente.

– Señor, le traigo más supresores – volví a adentrarme en aquel mar de feromonas que, sinceramente, no era muy grato para mí, pero era mi trabajo y realmente me preocupaba por mi jefe, que me daba la espalda en ese momento.

– Déjalos... ahí... – su voz sonaba ronca y agotada, ya me lo podía imaginar, por suerte fue capaz de hacer un nido bastante decente para sentirse seguro de mi presencia.

– ¿Necesita algo más? – pregunté por pura cortesía, pero sabía cuál sería la respuesta inmediata.

– Bonnie... Quiero a... mi Omega... – murmuró ahogando un jadeo contra las mantas, yo solo pude suspirar derrotado.

– Lo siento señor, pero ahora no es posible...

– ¡Quiero a mi Omega! – gritó de repente volteándose hacia mí, viendo su mirada y colmillos afilados, realmente le está afectando este celo al estar solo, así que sin inmutarme le di un golpecito en la frente.

– Ya te oí, pero te vas a tener que aguantar, así que tómate los supresores y no chilles más – le regañé como si fuera un cachorro berrinchudo, hasta su hijo se comportaba mejor que él en estos momentos, él solo me gruñó molesto.

Salí de ahí soltando un gran suspiro, no había notado lo cargado que estaba el ambiente hasta que salí. Ahora mismo tenía unas ganas tremendas de ir con mi Alfa.

– Señor Félix – una vocecita a mis pies me llamó la atención, era el joven Connor que me llamaba –. ¿Puedo entrar a ver a mi papi?

– Connor, cielo, creo que ahora mismo tu padre está un poquito irritado, es mejor que no lo molestemos de momento – me agaché para acariciar sus cabellos, cuando me di cuenta de que traía algo detrás de él.

– Sólo quería darle esto, el profe Bonnie me la dio hace unas semanas en la hora de la siesta y nunca se lo devolví, aún tiene un poco de su olor, creo que a papá le gustará – me tendió una pequeña mantita muy suave con un diseño parecido al del juego de cama del pequeño y me sentí muy enternecido, ese niño era un cielo.

– Oh, en ese caso puedes pasar, pero solo un ratito, hay que darle espacio a tu padre, ¿sí?

(...)

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⏰ Última actualización: Sep 24, 2023 ⏰

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Unexpected Family (BxB Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora