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la incomodidad que se había generado era demaciado

ninguno se atrevía a decir una sola palabra

Mauro solamente se dedicaba a respirar y a pensar en todo

Tiago comenzó a odiarlo en el último año de la secundaria, nunca fueron amigos, pero se llevaban algo bien por el echo de que eran duo en matemática, sacando así la mejor calificación

siempre se trataban cómo perro y gato

bajaron del auto sin decir absolutamente nada, y se dirigieron al motel, escuchó el murmullo de Tiago pidiéndo una habitación, a los pocos segundos ya estaban dentro de esta y antes de que el morocho apague la luz el rubio habló

''por qué me odias Tiago?'' soltó en un tono de voz suave para no alterar nada

el morocho suspiró fuerte y bajó la cabeza ''una vez, estábamos en la escuela y...'' sintió cómo el rubio se sentaba en la cama al lado suyo ''te conté que tu noviecita...Celeste estaba en el patio besando a otro chico, entonces fuí y te conté lo que había visto, y me trataste de mentiroso y me diste un golpe'' habló con la voz ronca y muy despacio cómo si estuviera contando un secreto ''después ella no sé cómo se enteró y mando a su grupo a que me golpeén a la salida de la escuela y básicamente, me sigue doliendo la clavícula de vez en cuándo'' tragó saliva ''te trataba mal, porque exactamente así me tratabas también, me prometí odiarte, ya que a mi me encantaba los deportes, pero me prohibieron hacer unos cuantos debido a la operación'' tomó aire nuevamente apretando las sábanas ''de mi clavícula''

Mauro quedó sorprendido ante esa confesión y apretó su mandíbula ''Tiago, yo enserio pensé que era mentira, estaba muy cegado con ella en ese entonces, ni siquiera sabía muy bien mi sexualidad en ese momento, era muy inmaduro, perdón'' le dijo con un nudo en su garganta, porque en verdad lo sentía y mucho ''sé que intentabas ser mi amigo, yo también quería serlo, pero creéme que Celeste me celaba hasta por la mosca que pasaba a mi lado'' tomó aire y agarró la mano del morocho dándose cuenta que era el doble de su tamaño y eso lo hizo sonreír por dentro ''yo nunca supe que te golpearon después de eso, te lo juro, no lo sabía, y ahora que me estoy enterando te pido perdón'' entrelazó su manita con la de él lentamente haciendo que Tiago lo mire

''te guardé mucho rencor en ese momento, no te voy a mentir, eras una mierda'' dijo apretando su mandíbula y sacando su mano de la de Mauro ''puede que parezca un exagerado, pero ponéte en mi lugar un segundo, y así te vas a dar cuenta que vos y tu novia fueron una porquería''

Mauro entendía que estaba enojado y aceptaba que desquite su rencor ''lo admito'' confesó asintiendo ''fuí un dominado, perdón, fué mi primer amor adolescente y pensé que también el amor de mi vida, pero entiendo tu punto'' intentó acariciar la mejilla de el otro pero no pudo, ya que se alejó de su tacto

Tiago se quedó en silencio un largo rato, hasta que Mauro volvió a agarrar su mano

''ahora sos vos el que me está salvando la vida'' habló poniéndo su otra mano en la cara de Tiago ''sos vos el que está conmigo, sos vos el que me está ayudando, sos vos el que me calmó en mis ataques'' acarició suavemente la mejilla ajena ''te pido que me perdones, y por las anteriores razones que nombré, no quiero a nadie más'' le dijo aguantando las ganas de llorar, pero no resistió era muy sensible, y dicen que las personas sensibles, tienen el corazón muy puro, que pueden dar mucho amor cuando alguien lo necesita

porque cuando una persona se enoja por pequeñas cosas, le hace falta amor, y en este caso, Tiago y su actitud combinan bastante bien

el morocho se relajaba ante el suave tacto de su acompañante

y se sintió tan protegido, cuando sintió cómo esos pequeños brazos lo abrazaban fuerte ''está bien, te perdono'' le dijo frotándo la espalda del más bajo

''todavía tenés ganas de besarme?'' salió de los brazos del otro para mirarlo

''si'' le contestó asintiendo lentamente

''yo también''

sobre ruedas ー •Litiago•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora