Capítulo 18: Emerald

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La puerta se abrió lentamente, un hombre con el cabello amarrado y piel oscura se asomó mirando su teléfono.

—No esperaba la pizza tan rápido, se ganaron al menos 50 de propina— Aquel desconocido sacó una mano de su bolsillo y alzó la vista, su mirada pasó de la confusión al pánico al hacer contacto visual con la chica.

— ¿Eres Leonard? — Preguntó Franklin.

— A... ¡A!... ¡Aione!— Corrió dentro de la casa y cerró la puerta con un portazo. Los dos que estaban del lado de afuera se miraron confundidos.

— Creo que ese tipo estaba en el maid café— La puerta se volvió a abrir, al ver el rostro serio y el aura amenazante de Aione, Franklin puso un brazo frente a Aqua inconscientemente.

— Lamento mucho eso, Leo es un poco emocional— Se quedó en completo silencio— ¿De casualidad te llamas Aquamarine?

— Sí... ¿Cómo sabes?

— Conozco a tu hermano— Se apoyó en el marco de la puerta— ¿Lo buscas?

— ¡Sí! ¿Está aquí? — Aione abrió la puerta por completo y se apartó.

Un hombre de pelo blanco, alto, con la barba desarreglada y de color rubio, con una sudadera y pantalones de pijama puestos se asomo en la puerta, espectante, y asustado, Aquamarine se paro frente a Fran y quedo justo frente a esta persona.

— Ta... Emerald.

— Si... Ha pasado un tiempo... jej... hola ¿Qué tal?

— ¿Que qué tal? — Se quedó en silencio, antes de lanzarse sobre los brazos de su hermano para abrazarlo con toda la fuerza que sus hambrientos brazos le permitían — ¿Cómo crees que estoy? ¡Siempre quise tener un hermano mayor! Mírate, eres tan... guapo, y masculino ¡Mira Fran! Es mi hermano, es mi hermano, lo encontre, te extrañe muchisimo gran tonto. y y y ¿Porque te fuiste?

— Es una muy larga historia para contarte en la entrada ¿Quieres entrar? ¿Cómo llegaste a esta parte de la ciudad? ¿Cómo me encontraste?- apartó la vista de su hermana para mirar a su acompañante— Tú estabas en el bar ¿Que rayos tienes con mi hermana?

— Él te reconoció y es la razón por la que estoy aquí, así que no seas grosero, confío en él— Ante las palabras de la rubia, Franiklin sintió felicidad.

— Pero, es que míralo, está todo como, miralo.

—Emerald.

— Gracias por traer a Aquamarine hasta aquí, ya puedes irte.

— Ja, no sin la dama, chico bonito. Valoro mi vida y su amigo me tiene amenazado de muerte en caso de que la pierda.

— Déjalo pasar Eme, quiero jugar con él— Dijo el primer hombre que abrió la puerta— Además trabaja en el café al que no fuiste, es de fiar.

— ¿Por qué usar falda es fiar? — Dijo el rubio del trío que vivía en esa casa.

— Sip, además, tiene un punto, si fuera tu no dejaría a un conocido en una casa con... al menos dos hombres desconocidos, yo te enseñe modales.

— Callate Leo— Un pequeño perico se asomo a la puerta, cantando— Callate Leo.

— ¡QUE LINDO! — Franklin observó a la rubia soltar a su hermano para correr dentro de la casa para agarrar el periquito quien, con toda la confianza del mundo se subió a la palma de la chica— Te quiero mucho, eres muy lindo. Mira Fran— Entró a la casa junto con las otras personas y observó a su amiga acariciando la cabeza del pájaro con una sonrisa, ésta caminó hasta el sofá y se sentó junto a su hermano.

AquamarineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora