Aquamarine

Tamara Parte 1: Igual que tu hermana.

Acto 2 

 — Tamara, arriba y a la escuela— Tamara odiaba la voz fastidiosa de su padre por la mañanas. Pese a que había nacido ahí. No sé podía acostumbrar

Una chica con el cabello alisado, largo hasta la cintura estaba sentada en la sala de espera del director, movía sus pies preocupadamente mientras esperaba a que dijeran su nombre. La había cagado.

— La cagaste— Dijo el tipo al otro lado del escritorio, fulminandola con la mirada— tienes menos de 20 minutos para explicar bajo qué razón en cualquier lugar del universo, estaba justificado la mierda que acabas de hacer— Parecía que rompería el escritorio en cualquier momento.

— ¿¡Cómo no lo estaría!? Ellos repartieron el pack de una de mis compañeras, PORNOGRAFIA sin su concentimiento, alumnunos, profesores, todos la vieron, y ustedes no estaban haciendo nada al respecto, yo solo hice justicia.

— Crear un maltido troyano no es justica, Tamara, es terrorismo, estoy harto de que siempre estes siendo insubordinada, y trayendo caos a esta escuela ¿Es tan dificil para ti ser normal?

— No es terrorismo, no puse un arma en la cabeza de nadie, solo hice un pack nuevo con imagenes falsas, nadie que no haya compartido las imagenes sufrio, ellos mismos se condernaron.

— Costaste miles, MILES a la escuela en reparaciones de computadoras.

— Deberían monitorear mejor lo que hacen con las computadoras aquí.

— Cierra la boca niña ¿Dónde están tus padres?

— No van a venir, puedes esperarlos todo el día, vamos dame mi suspensión y me iré a clase, prometo no meterme en problemas si.

— ¿Suspensión? Estás expulsada, ni cursando 10 años tu matrícula cubrirá los gastos de tu ataque y agradece que no vamos a involucrar a la policía, terrorista.

— Porque seguramente tu telefono tambien murio, puto pedofilo de mierda— Llena de orgullo, abandono el despacho del director.

Caminando por el pasillo, sus piernas se quedaron sin fuerzas y cayo de rodillas, todos estaban en sus clases, por lo que nadie la vio tirada, intentó recuperar la fuerza para caminar, pero todo su cuerpo temblaba

—¿Expulsada?

— — —

Agata, la dueña en la casa, madre de dos niñas y dictadora de lo correcto y lo prohibido estaba que echaba vapor por los oídos, caminaba de un lado al otro leyendo la carta de expulsión, en cualquier momento estallaría la tormenta. Alex tambien estaba allí, pero solo observaba a su mujer moverse del punto A al punto B.

— No tenemos que perder la cabeza, podemos hablarlo con el profesor— Dijo Alex intentando calmar el ambiente.

— ¿¡Cómo mierda haces que te expulsen de una escuela que es imposible que te expulsen!? ¿¡Acaso eres un nuevo nivel de estupida!? ¿¡Sabes cuánto cuesta contratar un maldito abogado para rogar que al menos nos den los papeles para cambiarte de instituto!? ¿Eres tonta o algo así? Responde Tamara.