Acto II: Capítulo IV

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Hola Lectores después de un largo año les traigo la continuidad de esta historia, pido perdón por el largo tiempo ausente.
Habrán cambios en este capítulo, Cambiaré el nombre de Seraphine a Welf Crozzo por conformidad, La aparecía de los integrantes De la Familia Hestia se irá transformando desde este punto como varios Dioses y Eventos especiales.

Luces distantes brillaban en la húmeda oscuridad de un pasillo rocoso.

Los puntos parpadeantes creaban largas sombras a los pies de los monstruos. Los Hellhounds que respiraban fuego gruñían mientras olfateaban el aire.

El pelaje blanco de un grupo de Al-Miraj con cuernos chillaban mientras miraban alrededor inquietos con sus adorables caras y flexibles orejas de conejo, saltando regularmente con sus patas. Las bestias estaban cazando, usando sus extraordinariamente agudos sentidos del olfato y del oido para localizar a los invasores lo suficientemente locos para entrar en su territorio.


Los monstruos rastreaban a sus presas mientras serpenteaban su camino a través de los innumerables túneles del intrincado laberinto conocido como el Calabozo.

En algún lugar en lo profundo-*KASHH* *KASHH*

Sonidos de excavacion resonaban atraves de los pasillos.

''Hey... ¿Este realmente es el lugar correcto para extraerlas?'' Una voz pregunto casi quejandose

''Ahhh, ¿Dudas de la información de Lili? "Lili hizo la investigación apropiada, y sabe que los Aventureros de Clase Alta llevan a la superficie muchas de esas piedras de esta área.'' Una voz femenina respondio con una ceja levantada.

Una chica joven utilizaba una Lámpara Portátil de Piedra Magica para iluminar un área para que la mujer joven golpeara su piqueta en la pared de la caverna

Welf y Lili trabajaban en un rincón oscuro del Calabozo mientras discutían silenciosamente de ida y vuelta.

''Welf-dono, Lili-dono... ¿Todavía no hay éxito?''

''L-Los monstruos podrían estar aquí en cualquier momento... No sé cuánto más podrán soportarlo mis nervios...'' El líder de su grupo quien se mantenía en silencio entrecerró los ojos, agudizo el sentido del oído tratando de escuchar en el caso que los monstruos los escuchasen.

Dos nuevas voces bajas se unieron a la conversación procedentes de Mikoto y Bell.

Los Cinco Aventureros tenian cuidado de mantener sus cuerpos bajos y fuera de la vista. El chico de ojos rojo rubi y cabellos blancos y la joven con largo cabello negro atado en una cola de caballo estaban sentados muy cerca de donde Seraphine y Lili estaban ocupadas con la pared de la caverna.

Bell y Mikoto junto a Izuku estaban sirviendo como vigias. No hace falta decir que estaban vigilando a los monstruos.

Estaban en una pequeña habitación semicircular al final de un pasillo largo y estrecho. Los cuatro habían venido aquí a extraer del Calabozo una piedra específica. Si un grupo de monstruos venía por el único camino o salía de los muros a su alrededor, no habría escapatoria. Sin un final a la vista para su misión, los dos vigias humanos arrojaban otra gota de sudor nervioso cada vez que la piqueta golpeaba el muro de piedra.

El muro que Lili y Welf enfrentaban llevaban las cicatrices de su trabajo mientras cientos de pedazos de piedra cubrían el suelo a su alrededor. Aún así, todavía no habían tenido exito, y cuando Bell escuchó las disputas improductivas de la pareja con una expresión ilegible en su rostro, pasó a ver una piqueta de repuesto a los pies de Welf.

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⏰ Última actualización: Apr 17 ⏰

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