Five☕

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Capítulo final...

Después de la presentación los ocho se dirigieron a la cafetería, si, ocho, Jeongin los había invitado allí para pedir algo de comer y pasar el rato, bueno, en realidad había invitado a Jisung pero al ver la mirada que el castaño le dirigió a sus amigos, sugirió que fueran todos, y por supuesto Jeongin invitó a los suyos, quiénes estaban listos para ir con él sin siquiera preguntar se había sumado Chan, el mejor amigo de Hyunjin que había ido a verlo bailar, y aunque el chico al principio se negó con la excusa de no querer molestar, se rindió cuando todos empezaron a insistir para que fuera con ellos.

No hubo necesidad de hacer muchas presentaciones, se sorprendió al darse cuenta de que de alguna manera todos estaban entrelazados, Jisung presentó a Hyunjin con Seungmin y Changbin, quiénes no lo conocían, y por supuesto a Chan, a quiénes todos adoptaron inmediatamente debido a su ternura, incluyendo Minho, a pesar de ser menor.

—¿Qué vamos a comer? Jeongin, dijiste que íbamos a comer —por supuesto, no se habían terminado de acomodar y Changbin ya le estaba pidiendo comida.

Habían juntado dos mesas para que todos cupieran, Changbin y Seungmin sentados muy cerca como siempre, Felix riéndose de algo que le había dicho Hyunjin, y Minho al parecer había entablado una conversación con Chan, que lo miraba tímido escuchando todo lo que el menor le decía con una pequeña sonrisa en sus labios.

—Yo quiero pizza —la voz sobresaltó a Jeongin, no se había dado cuenta de que Jisung ya había vuelto del baño, el castaño le sonreía dulcemente, lo cual contrastaba con las heridas que le habían maquillado.

—Entonces pizza será —accedió el pelinegro correspondiendo a la sonrisa de Jisung.

—Ni siquiera nos preguntaste, hyung —se quejó Minho, Jeongin lo miró con una ceja levantada.

—¿No quieres pizza?

—Si quiero, pero quería que me preguntaras —Jisung rio ante la respuesta del menor y se sentó junto a él revolviendole el cabello con ternura, Minho odiaba eso, pero siempre dejaba que Jisung lo hiciera, la teoría de Jeongin de que nadie podía negarle nada a Jisung tomaba fuerza.

—Deja de ser un bebé —le dijo Changbin, separándose de su novio, a quién estaba besando.

—Deja a mi bebé —se reclamó Felix.

—Sólo elijamos el sabor de la pizza, tengo hambre —todos estuvieron de acuerdo con Hyunjin y pasaron los siguientes diez minutos debatiendo el sabor de la pizza.

Jeongin estaba feliz de ver a sus amigos conviviendo, su amistad con Jisung le había traído muchas cosas buenas a pesar de todos los dolores de cabeza.

Se fijó en Changbin, quien ahora tenía la cabeza en el hombro de Seungmin mientras este le acariciaba el cabello, y entonces lo decidió, él no quería una amistad con Jisung, quería lo que Changbin y Seungmin tienen, por supuesto que aún debía conocer a Jisung y se arriesgaba a que no funcionara, pero, al menos lo intentaría, esa misma noche.

—Jisung ¿me acompañas afuera? el repartidor no debe tardar —le propuso al castaño reuniendo tanto valor como podía, este asintió y ambos salieron del local.

Estaba lloviendo un poco, por lo que se resguardaron bajo el techo de la cafetería, las luces se reflejaban en los charcos de agua creados por la lluvia, la noche estaba fresca y la compañía correcta hacían de la escena un momento perfecto.

—¿En qué piensas? —pregunto Jisung, sus ojos reflejando la luz de las farolas, sus bonitos labios, su nariz pequeña y el lunar en ella que Jeongin había encontrado tan adorable, los chicos tiernos nunca habían sido su tipo, pero Jisung era más que eso, por lo que respondió sinceramente.

—En ti —el chico lo miró de manera curiosa, ladeando su cabeza un poco— en nosotros, quiero, quiero que salgamos, como en una cita, es decir, si tu también quieres.

—¿Por qué? —esta vez fue el turno de Jeongin para lucir confundido, Jisung sonrió brillantemente para luego aclarar— ¿Por qué quieres salir conmigo?

—Tu sabes porque —bufó el mayor, no era muy bueno expresando sus sentimientos, y estaba bastante seguro de que el castaño había notado sus señales.

—Lo sé —respondió Jisung mirándolo con un brillo juguetón en sus ojos— pero quiero que lo digas.

—Aish, Jisung —el castaño al ver que Jeongin no decía nada hizo el ademán de entrar al café, por lo que Jeongin se apresuró a hablar— me gustas, eso creo, no, en realidad estoy bastante seguro.

Jisung soltó una carcajada que hizo a Jeongin mirarlo extrañado ¿No le gustaba a Jisung? pero se tranquilizó en cuanto se dio cuenta de que aquella risa era de felicidad.

—Creo que también me gustas —dijo el castaño, volviendo a reír en cuánto escucho el gruñido de Jeongin— lo comprobaré después de la cita.

—Será la mejor cita de tu vida—aseguró Jeongin, ahora recordando un detalle que no podía dejar pasar— pero no esperes que lleve una de esas bebidas raras y complicadas que te gustan, me lleva mil años hacerlas.

—¿Raras y complicadas? —Jeongin se sobresaltó al escuchar el tono de voz empleado por Jisung, el castaño lucía totalmente serio— pense que eras un experto en esa clase de bebidas.

—¿Por qué lo sería? Jisung, es una cafetería normal, la mitad de tus pedidos ni siquiera estaban en el menú —explica el pelinegro como si fuera obvio.

—¿Entonces por qué no lo dijiste? —explotó el castaño— ¡pasé horas averiguando sobre café, bebidas modernas, vocabulario técnico utilizado y tomando cosas que ni siquiera me gustaban para nada!

—Espera —pidió Jeongin abrumado, no sabía si por las revelaciones del chico o porque nunca lo había enojado hasta ahora, quizá ambos— ¿No te gustaban? Jisung, he pasado las últimas semanas siendo obligado por mis padres a estudiar y leer un montón de libros sobre el tema sólo porque les conté que un cliente venia y yo nunca sabía que era lo que pedía, yo debería estar enojado, dios, a mí ni siquiera me gusta el café ¿Por qué pedías esas cosas si no te gustan?

—Porque... —Lo que Jeongin acababa de decirle había calmado su enojo, pero ahora estaba completamente avergonzado, pero como no podía humillarse más, simplemente dijo la verdad— me llamaste la atención desde el principio, pero te veías tan serio que no se me ocurrió otra idea que tratar de hablar contigo de temas que supuse te gustaban, ahora sé que supuse mal.

—Pero —empezó Jeongin riendo, Jisung estaba agradecido de que no estuviera enojado, pero quería golpearlo por reírse de él— ¿hiciste todo eso por mi?

—Pudiste sólo decirme que no tenían eso en el menú —dijo bajito el castaño luego de asentir respondiendo la pregunta de Jeongin. Se sobresaltó cuando sintió las manos del pelinegro tomando su rostro delicadamente ¿por qué Jeongin estaba tan cerca de él?

—Han Jisung, ya deberías saberlo —respondió el pelinegro uniendo sus frentes, sus respiraciones mezclándose, escuchaban las voces de sus amigos como fondo, aún llovía, pero ninguno sentía frío, estaban perdidos en la calidez de la mirada del otro— desde el primer momento en que llegaste a mi vida he sido incapaz de negarte algo.

Fue Jisung quien se acercó primero, los labios de Jeongin eran más suaves de lo que había imaginado, no era más que el contacto de dos bocas presionadas la una contra la otra, y aun así sentía que acababa de desaparecer y lo único que quedaba era esa sensación tan placentera y cálida.

A pesar de ser un inocente beso, el primero que compartían, duró lo suficiente para ser interrumpido por el repartidor, quién se aclaró la garganta y cuando los dos chicos lo miraron, enrojeció notablemente.

En cuánto Chan le dio el dinero salió casi corriendo, Jeongin y Jisung se miraron y rieron, entrando de nuevo a la cafetería.

—Jisung —susurró en su oído Jeongin mientras todos los demás tomaban sus pedazos de pizza.

—¿Qué? —respondió el castaño, concentrándose en su labor de servir las bebidas.

—El único café que me gusta es el de tus ojos —el castaño rio tan fuerte que casi se le caen los vasos, no estaba acostumbrado a esta versión cursi y melosa de Jeongin, pero no le desagradaba en absoluto.

Caffe eyes | JeongsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora