Caffe eyes | Jeongsung

Three☕

—Otra vez ¿Por qué tengo que acompañarte?

—Porque me da vergüenza ir solo y porque me quieres mucho —respondió el menor mientras recibía una galleta que le ofrecía Changbin.

—¿Estás nervioso? No estés nervioso, Honnie, es una academia, no un grupo, probablemente sólo te pidan que bailes y de acuerdo con tu nivel te pondrán en alguna clase —dijo Changbin, Jeongin cerró los ojos con frustración, eso sólo pondría a Minho más nervioso.

—Me voy a desmayar, ya no quiero ir.

—Minho, vamos antes de que te arrepientas —Tomó la mano de Minho y lo sacó prácticamente a rastras del café bajo la mirada de un sonriente Changbin que le gritaba palabras de ánimo al menor.

Cruzaron la calle que los separaba de la academia de baile, era un lugar muy bonito, también muy conocido debido a la calidad de sus profesores y estudiantes, entendía que Minho estuviera nervioso, pero no iba a decírselo o el menor saldría corriendo.

—Hola ¿en qué puedo ayudarlos? —en cuanto cruzaron las grandes puertas de vidrio del lugar una cálida voz los recibió, un chico muy guapo los miraba desde la recepción.

—Si, hola, venimos por información, quiero entrar y me gustaría saber cómo —dijo Minho con una sonrisa, todavía nervioso, pero como sólo era una persona con quién debía hablar empezó a relajarse.

—Claro, déjenme mostrarles las instalaciones mientras les hablo de los precios y los planes que tenemos de acuerdo con los grupos en que se divide a los estudiantes —dijo el chico saliendo detrás del escritorio— mi nombre es Hyunjin, denme un segundo.

Minho y Jeongin lo observaron mientras salía corriendo hacia el interior de la academia y volvía rápidamente trayendo del brazo a un chico de cabello rosa, sentándolo en el escritorio mientras este lo miraba de mala manera.

—Ni siquiera se que tengo que hacer, Hyunjin —dijo el chico cambiando su mala cara para hacer un puchero.

—Sólo tienes que sonreír y saludar, Lix, no tardo —Jeongin escuchó una suave risa y miró hacía su costado, al menos el numerito de Hyunjin le había quitado el nerviosismo a Minho.

—Por favor síganme, bien, primero tenemos las salas de clase que usamos para géneros en específico, algunas se usan para dos o más, por lo que no suelen compartir horario y puedes asistir a las que quieras, tenemos un plan que cubre... —el chico, Hyunjin, a pesar de ser tan joven parecía saber que decir. Jeongin se dedicó a observar las instalaciones, las salas eran bastante parecidas unas con otras, todas completamente limpias, algunas ocupadas y otras no. Una de las ocupadas llamó especialmente su atención, un montón de niños corriendo de un lado a otro sin nadie que los controlará, al parecer también llamó la atención de Hyunjin puesto que el chico se detuvo frente a esta.

—Lo siento, esto no suele ser así —se disculpó el alto buscando algo— el profesor de los niños no pudo asistir hoy, pero se suponía que habían llamado un reemplazo -

las palabras del chico se cortaron en el aire con el sonido de pasos rápidos que se acercaban, Jeongin ni siquiera tuvo tiempo de voltear para buscar al culpable, porque esté se estrelló contra su espalda, pero antes de que pudiera girarse para ver si aquella persona bien, esta se levantó y entró corriendo a la sala donde estaban los niños, Jeongin sólo pudo obtener un destello de cabello castaño y ropa deportiva azul marino.

—¡Jisung Hyung, tienes que dejar de llegar tarde! —gritó Hyunjin frustrado.

—Aún me queda un minuto ¡no es mi culpa que todos lleguen temprano! —escuchó al chico gritar de vuelta, luego con una voz más calmada hablarles a los niños— hola todos, soy Jisung y seré su profesor.

Jeongin rio disimuladamente, eso sería algo que él haría, a Hyunjin no le pareció tan gracioso, pues comenzó a quejarse de su hyung, Minho miraba asintiendo, pero Jeongin sabía que estaba ocultando sus ganas de reírse.

Aprovechó que los menores estaban ocupados para mirar por la ventana que daba a la clase, en donde los niños estaban sentados en un círculo escuchando lo que un chico castaño parado en el centro les decía, Jeongin entrecerró los ojos, era el chico azúcar, Jeongin, apartó la mirada sintiendo como su cabeza empezaba a doler.

Jeongin no era de exagerar, pero por ese chico tuvo que estar quince minutos de su vida buscando como hacer la bebida que pidió el otro día en el café, cuando le contó a sus padres pensó que estos se reirían, pero en cambio lo pusieron a leer libros y blogs sobre preparaciones de café todo el día, Jeongin no estaba muy seguro de que el tal Jisung le cayera bien, por más atractivo que fuera, esperaba no verlo más en la cafetería, y si lo hacía, esperaba que pidiera un vaso de agua y una galleta, como la gente normal.

Por supuesto, la suerte nunca estaba de su parte, puesto que esa misma tarde el castaño se presentó en el café, Jeongin casi gruñó al ver al chico sentado en la barra justo frente a la máquina de café, no era buena señal. Se dirigió a atenderlo con la ilusión de que Jisung pidiera algo que sus torpes manos pudieran hacer, también podría pedirle a Changbin que lo hiciera, pero el chico estaba en la parte trasera del local tomando su descanso, probablemente llamando a su novio.

—Hola, Jeongin —saludó el castaño con una radiante sonrisa, Jeongin se puso nervioso otra vez, Jisung sólo lucía ropa deportiva, estaba algo sudado y tenía una gorra puesta, Jeongin supuso que acababa de salir de la academia, era injusto que alguien luciera así de atractivo después de alguna actividad física— ¿te acuerdas de mí? Soy el amigo de Seungmin, Han Jisung.

—Oh si, claro, claro que te recuerdo —se había quedado embobado mirando esos brillantes ojos castaños por tanto tiempo que Jisung pensaba que no lo reconocía, la verdad era que el muchacho le había causado varios dolores de cabeza sin siquiera hablar más de una vez, Jeongin sacó su libreta de pedidos preparándose mentalmente para hacer la pregunta— ¿Qué puedo traerte?

—Esta vez solo quiero... —Jeongin espero mientras el chico miraba hacia sus manos, ocultas bajo la barra, levantó una ceja, a la espera de que Jisung pidiera algo. Que sea agua, que sea agua— quiero un raspberry passion tea lemonade.

Jisung empezó a sentirse nervioso cuando Jeongin sólo se quedó mirándolo fijamente, sin siquiera anotar su orden miró disimuladamente la mano en la que tenía anotado el nombre ¿lo habría dicho mal?

—¿Puedes repetírmelo una vez más? —preguntó Jeongin sintiendo un tic en el ojo. Jeongin lo repitió disculpándose por su inglés, Jeongin estuvo a punto de decirle que todo estaba perfecto y que por ese tierno acento soportaría hacer las bebidas más complicadas de este mundo, pero por supuesto, no lo hizo, se retiró diciendo que debía atender otra orden y que volvería en un segundo.

Cuando estuvo fuera de la vista del castaño sacó su celular rápidamente buscando en internet la bebida del chico, suspiró un poco más aliviado, al menos esta vez no era tan complicado, lo malo, ahora tendría que leer blogs sobre bebidas que no fueran café.

Jisung estaba un poco triste, se había quedado parte de la noche buscando bebidas complicadas y extravagantes para pedirle a Jeongin y de esta forma iniciar una conversación en donde el chico halagaba sus buenos gustos y conocimientos, pero el ojo de Jeongin había hecho una cosa rara luego de que él le dijera su pedido, quizás no era suficiente, debía buscar más, quiza bebidas más complejas, más exóticas, usar términos técnicos también podría estar bien.

le agradeció a Jeongin cuando esté trajo su bebida, observándolo trabajar y arreglar algunos otros pedidos, se rio un poco de si mismo, todo lo que estaba haciendo por conocer un poco mejor a un chico, pero Jisung no se iba a rendir, Jeongin tenía algo que lo atraía mucho, quizá su cabello lleno de rulos oscuros como el chocolate favorito de Jeongin, la preciosa sonrisa que había tenido el honor de apreciar, no lo sabía, pero realmente quería conocerlo un poco más antes de pedirle una cita. Hizo una mueca al probar su bebida, no estaba mal, pero esperaba que tuviera un sabor diferente, se encogió de hombros tomándose el resto, al fin y al cabo, Jeongin era el experto ¿no?