Farewell

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Con mucha dificultad Voltobautamon había conseguido retirar un par de espadas más que aparentemente eran la debilidad de la enorme bestia en la que había evolucionado el ángel caído. cual aparentemente no llevaba consciencia de su verdadera identidad como Lucemon.

El bucanero estaba cansado y todavía faltaban cuatro espadas, aparte de haber sido despojado de uno de sus brazos en la batalla, la falta de energía, comenzaba a notarse pues no estaba en buenas condiciones para pelear contra Ogudomon desde antes de enfrentarse a él a causa de Bancho Leomon y Gankoomon quienes yacían lejos del lugar, y Beelzebumon quien había sacrificado la vida valientemente junto a Boltmon.

Noble Pumpmon se aproximaba en su carroza a toda velocidad, alarmado por todo lo sucedido, le costaba mucho creer a través de sus brillantes ojos lo que veía pues a pesar de llevar mucho tiempo en el Dark Area jamás había visto a Ogudomon, su existencia como tal era una leyenda y uno de los secretos que deseaban averiguar los Demon Lord, que aparentemente Lucemon había descifrado.

—Debo ir por los muchachos, corren mucho peligro si es que aún siguen con vida— afirmó el caballero calabaza mientras buscaba a sus amigos.

Voltobautamon no tuvo cuidado de la presencia de Pumpmon pues estaba más preocupado por desmantelar al enemigo que le hacía caer violentamente una tras otra vez.

—Parece que ese desquiciado está recibiendo su merecido pero... ha durado mucho, ¿podría vencer?... No sé que sea mejor, parece que Lucemon perdió totalmente el control— dijo para sí Noble Pumpmon tratando de no pensar en que tal vez no volvería a recuperar el juicio Lucemon a quien le tenía también aprecio.

Finalmente encontró cerca de la costa a Gankoomon y a Bancho Leomon, seguían con vida pero ni siquiera podían moverse, los temblores y el ajetreo de mar y tierra por la batalla que se libraba, los había dejado fuera de peligro.

—¡Caballeros, pero qué alegría verlos!— expresó con jubilo la calabaza mientras sostenía a Gankoomon por el brazo a lo que el royal knight esbozó solo un quejido y después a Bancho Leomon.

—Pump...mon.. ¿qué... va a pasar?— preguntó e felino agónico y con poco aliento.

—No lo sé... pero debemos irnos de aquí—

—No podemos... dejar las cosas así— replicó Leomon.

—Lamento decir esto pero... es una batalla perdida, ya ha sido suficiente con la muerte de Beelzebumon y Boltmon, al menos para mí. Ustedes ya no tienen la fuerza para combatir y Ogudomon parece ser una amenaza mayor en este momento— respondió Noble Pumpmon mientras veía a lo lejos como el bucanero era atropellado por uno de las extremidades del super demonio tras haber sido despojado de otra espada.

—Calabazo...¿y tú... qué harás?— preguntó Gankoomon.

—Los llevaré de regreso a su mundo, no tiene caso que sigan aquí en ese estado, son los amigos de mi señor Beelzebumon, pensé que no podía dejarlos ahí nada más... Él no me lo perdonaría—

Noble Pumpmon rodeó un poco más la costa para evitar el peligro, Ogudomon no era nada predecible con sus ataques, a veces algunas de sus extremidades provocaba que todo se agitara o lanzaba ese rayo de láser por su ojo principal tantas veces que sino fuera por la pericia al volante de la calabaza esquivándolo habría perecido en el camino.

Voltobautamon por su parte estaba exhausto, apenas podía consigo tras haber quitado una espada más, su indumentaria estaba en muy mal estado y las características espadas de luz perdían dirección y estabilidad cada vez que las usaba, estaban a nada de quedar inhabilitado.

—Solo me quedan tres...tres espadas más— dijo fatigado con una rodilla en el suelo mirando cómo se alzaban las enormes patas de Ogudomon.

Noble Pumpmon portó el brazalete que le había dado Beelzebumon como paga anteriormente con el plan de sumergirse en las profundidades del mar negro, pues aun con su poder no descartaba el hecho de que no pudiera soportar la presión como lo habían hecho los demás al llegar, su carroza era resistente pero dudaba si soportaría la ruta a la grieta que conectaba con la tierra media.

Sin embargo, algo emergió a toda velocidad del mar que lo hizo frenar de golpe. Al mirar hacia arriba, distinguió a Beelzebumon agitando sus alas y riendo eufóricamente mientras su cañón rebosaba de energía púrpura, listo para causar daño masivo.

—¡Señor Beelzebumon, sigue con vida!— exclamó Pumpmon llorando de alegría.

—Deja de llorar... No hay tiempo, lleva a los muchachos de regreso a casa, voy a ponerle fin a esto— gritó el demonio.

—Beel... Algo grave está... pasando— dijo con dificultad Bancho Leomon.

El demon lord miró detenidamente la escena, el antiguo enemigo parecía estar en las últimas y la nueva amenaza despertaba en él un sentimiento de intriga y conmoción.

—No conozco a este sujeto, pero... su presencia me resulta de algún modo familiar— comentó el demonio.

—Es Ogudomon... algo de ti hay en él, las leyendas cuenta que es la máxima expresión de poder entre los de tu tipo— respondió Noble Pumpmon.

—Qué más da, no me interesa rendirle cuentas a este patas largas, acabaré con él de ser necesario—

—Huya con nosotros mi señor... No vale la pena, no le queda mucho a Voltobautamon y es mejor no llamar la atención de Ogudomon para que se quede aquí— imploró Noble Pumpmon.

—Tarde o temprano los volveré a ver, despídete por mí de Jijimon y los demás, no insistas y vete— respondió el demonio con determinación.

Noble Pumpmon se estremeció al escuchar la orden que sin más remedio tuvo que cumplir, Gankoomon estaba inconsciente y Bancho Leomon apenas podía articular el habla, así que no dijo más, regresó con los otros al coche y se sumergió en las aguas oscuras sin poder contener el llanto que le causaba la impotencia de no haber convencido a Beelzebumon.

—Mucho mejor...— dijo el demonio al ver que sus amigos estaban fuera de peligro —Prioridades...— pensó para sí.

Beelzebumon se posicionó con inmediatez frente al bucanero y descargó el ataque masivo que tenía preparado en el aparente rostro de la bestia donde estaba situado su ojo principal, haciéndole caer por primera vez evitando así que liquidara con sus extremidades a Voltobautamon.

—¡No necesito de tu ayuda, acabaré con ustedes, par de idiotas, el Dark Area me pertenece!—

Beelzebumon sin siquiera mirarlo estando de espaldas desenfundó con la otra mano y disparó tan rápido como siempre lo había hecho, decapitándolo de un disparo, seguido de una patada de ascendente de revés que hizo volar su cuerpo metros por derriba y lo acribilló vaciando cargadores hasta pulverizarlo. El demonio suspiró sonriente, sacudió el cuello y pensó "¿será que tal vez debía tener una muerte más honorable? Nah... solo era un payaso y ahora un pendiente menos", se encogió de hombros sin mostrar más preocupación al respecto y fijó la mirada ante Ogudomon que apenas comenzaba a recuperarse del ataque.

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