Last Words

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Las eliminatorias avanzaban y como de costumbre en peleas anteriores que no fueron contra otros humanos poseídos por digmons, Vamdemon resultó vencedor entre el abucheo del público por sus métodos pacifistas.

—Tuvimos suerte de que esta vez no hubiera otros digimon aparte de ti y el otro cretino— dijo Lisa con un aire más despreocupado.

—Tienes razón... tuve un episodio difícil contra Knightmon, no me gustaría llegar en pésimas condiciones ante Phelesmon—

El maestro de ceremonias finalmente anunció la próxima batalla. Se trataba del encuentro final, era hora de enfrentar al verdadero enemigo.

-Cuídate mucho, por favor Imp...-

—Lo haré mientras estés conmigo— Vamdemon guiñó un ojo y caminó hacia el área central del coliseo, mientras Lisa miraba como me alejaba desde el área aislada donde se encontraba.

Una vez que se posicionó en el centro entre los abucheos e insultos que apenas podían escucharse. El anunciador presentó primero a Vladimir. El oponente vestía un traje fino de color blanco, a diferencia de Byron, quien llevaba uno negro, la multitud aclamaba al enemigo.

En un instante el enemigo se desplazó a una velocidad increíble y se colocó a pocos centímetros frente a Byron, y sin decir nada sólo miró fijamente mientras sonreía; le miraba a través de él, veía al digimon Vamdemon y no al humano, parecía que la adrenalina no le permitía decir una sola palabra, mientras respiraba agitadamente. Disfrutaba de preludio a la pelea y el vampiro se sentía de la misma forma, por la naturaleza combativa que hay entre los de su especie.

—Tienes pésimo gusto por la moda, Phelesmon— lanzó el primer comentario Vamdemon mientras miraba con desagrado el atuendo del adversario.

—Pareces muy cómodo, socio... ¿Será que aún recuerdas que eres un digimon?—

—No somos socios y no digas estupideces, eres más listo que eso.—

—Vas a pagar muy cara tu visita a este mundo, este lugar me pertenece al igual que todas esas almas que están a mi merced. Tú no puedes detenerme, aunque seas el rey de las sombras—respondió Vladimir mientras caminaba alrededor del vampiro.

—¿Tan inútil resultaste en el mundo digital, que tuviste que recurrir a la tierra análoga para poder satisfacerte?—

—Mis planes están más allá de tu comprensión, no eres un demonio, sólo eres un tonto, una sombra por debajo de nosotros los poderosos—

—¿Y por qué no me lo demuestras con ese estúpido tridente? Todos los de tu tipo dicen siempre la misma clase de tonterías— alegó esto mientras recordaba al arlequín que tiempo atrás casi le quita la vida, pero este adversario lo tenía con menos cuidado, era de su calibre, un ser perfeccionado.

Instantáneamente Vladimir materializó su arma y con la distancia necesaria que había tomado, lanzó un ataque con las tres afiladas puntas hacía el pecho de Byron quien lo neutralizó con el bastón. La batallaba había comenzado.

La música y el ruido que hacía el público era tan alto que fabricaba una atmósfera digna de la batalla, más que preocupado por el bienestar de los humanos o la encomienda de Homestasis, Vamdemon se sentía emocionado por tener un duelo con alguien que sabía de qué se trataba la existencia de los seres digitales a final de cuentas, en su más primigenio sentido, la batalla.

Con ambas manos el vampiro empuñó el bastón para proyectar a Vladimir lejos de sí e inmediatamente activó Bloody Stream para potenciar los ataques.

—Me gusta ese fulgor rojo, ¿Por qué no muestras tu verdadera forma en vez de sólo perder el tiempo con ese juguete?—

—Eso no será necesario— Byron concentró toda la energía y se desplazó hacía el frente, justo como anticipó, Phelesmon trataría de perforarlo, pero no contaba con que sólo era un finta y apareció detrás de él propiciando un bastonazo detrás de la rodilla provocando con esto que se hincara en una sola pierna —Arrodíllate ante mí, demonio insolente—después de decir esto, remató con otro impacto en la nuca que lo estrelló contra el suelo e inmediatamente giró para dar frente.

—Manchaste mi traje— dijo el adversario.

—Eso es por tu pésimo gusto—

El tridente de Vladimir ya no se encontraba en sus manos y a causa de esto instintivamente Byron se desplazó hacia un lado. El arma volaba de regreso a él  y casi le atravesaba por la espalda, provocando sólo un corte en el brazo. Al esquivar el ataque, el demonio se impulsó con sus brazos y pateó con ambos pies el mentón del vampiro con tanta fuerza que perdió el conocimiento una fracción de segundo.

Cuando recobró los sentidos, cayó en cuenta de que Vladimir se encontraba flotando medio metro desde el suelo, mientras sujetaba el tridente con ambas manos.

—¿Ya dejaste de dormir?— Preguntó con aire retador.

Byron en sí se acomodó el cabello con una mano y respiró profundamente así que decidió retomar la ofensiva dando múltiples golpes con el bastón, mientras Vladimir defendía cada uno y contraatacaba con la parte inferior de su arma, en maniobra difícil de evadir.

La batalla se había extendido más de lo estimado, Byron estaba tan concentrado en el adversario que el ambiente era casi imposible de percibir, no existía nada más en ese momento.

—¡Basta de juegos!— Exclamó el vampiro y con el brazo izquierdo lanzó una estocada a la garganta que Vladimir quien esquivó difícilmente,  ante el cansancio que ya le había alcanzado. Vamdemon notó que su enemigo no estaba tan bien acostumbrado al cuerpo humano como él y cuando se encontraba agachado tras esquivar el ataque y con disposición a perforarle  tras haber recortado la distancia del tridente, le asestó un derechazo en la frente —¡BLOODY PUNCH!— el daño fue tan severo y tan certero que lo mandó volando metros hacia atrás.

Vladimir se mantuvo durante varios segundos en el suelo y el anunciador comenzaba a relatar la aparente derrota, pero el cuerpo del enemigo inconsciente se puso de pie y flotó par de metros por encima del suelo. Esta clase de actividad "paranormal" no era algo de qué preocuparse para el público, ni el maestro de ceremonias, pues quién sabe qué clase de calamidades han presenciado con anterioridad en la arena, pero eso no era importante para Byron y Lisa, había que concentrarse en lo que estaba pasando.

En el aire Vladimir retomó la consciencia con los ojos en blanco, mientras el tridente giraba alrededor de él con gran velocidad —Tienes qué deshacerte de toda esta peste, los seres humanos somos un error de la naturaleza... Phelesmon toma mi vida, tú fuiste el único que me entendió desde que tengo memoria, acaba con ellos, acaba con todos y cumple tu destino.— Vladimir tomó consciencia por última vez de su cuerpo y cedió toda la energía vital que existía en sí para su compañero. Al decir estas últimas palabras de uno de sus bolsillos cayó un digivice que emitía una luz parpadeando y sobre este, el cuerpo sin vida de Vladimir, mientras el tridente se mantenía suspendido.

Gracias al sacrificio, alrededor del arma comenzó a materializarse una figura de alta estatura, hasta que finalmente tomó la nítida imagen de Phelesmon. —Tu sacrificio no será en vano...— dijo el diabólico digimon mientras agitaba su cola y descendiendo velozmente, clavó el tridente en el suelo provocando un terremoto que hacía caer estructuras del lugar. La gente huía despavorida y los acompañantes del ahora difunto Vladimir se reunieron, tomaron  el cuerpo tranquilamente y abandonaron el área, aparentaban saber de qué se trataba todo esto. Lisa estaba en el fondo sujetando el digivice y con mirada determinante —Parece que te voy a necesitar, más de lo que ambos imaginamos— pensó para sí Byron chasqueando los nudillos.

 Lisa estaba en el fondo sujetando el digivice y con mirada determinante —Parece que te voy a necesitar, más de lo que ambos imaginamos— pensó para sí Byron chasqueando los nudillos

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