18 | Distracciones

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Capítulo 18

Distracciones


McKayla

Recién se acaba de terminar la primera semana de vacaciones, y puedo decir que estoy agotada. Mentalmente, físicamente, e incluso espiritualmente si es que es posible.

Los días de Noche buena y Navidad pasaron sin novedad alguna; la pasamos mi madre y yo en nuestra casa, al igual que siempre. No hubo una cena especial ni regalos como otras familias acostumbran a hacer, fue como si fuera un día más, un día cualquiera sin cambios en nuestras rutinas.

Como estamos en vacaciones del instituto, estoy segura de que estos últimos días he pasado más tiempo dentro de la pista que en mi propia casa, o cualquier otra parte en realidad.

Es extraño venir al instituto y que no haya nadie más aparte de los conserjes, claro. Las chicas de la academia tienen clases por las tardes día por medio, pero aparte de ellas no he visto a nadie más. Además, mi madre, a diferencia de a mí, les dio libres los días festivos, por lo que no han venido estos últimos días.

No voy a mentir, sí que he notado la ausencia del resto de las personas que suelen acompañarme, como lo son Hayley y algunas otras chicas de la academia o compañeros de clase con los que de vez en cuando intercambio una que otra palabra, pero por sobre todo he notado la ausencia la del capitán del equipo de hockey. Sus risas y todo lo que suele venir junto a él cuando está conmigo ya no forman parte de mis días, y la verdad es que, por más que me cueste admitirlo, lo extraño un poco.

Sólo un poco.

No puedo creer que esté diciendo algo como eso.

Mis días se resumen en entrenar, beber agua, descansar cinco minutos, y entrar nuevamente a la pista para seguir entrenando. Con todo esto he logrado recuperar ya todos mis saltos dobles, y algunos de mis triples, aunque aún no son lo suficientemente buenos, no están cerca de serlo. Aún me queda mejorar bastante para poder alcanzar el nivel que llevaba antes y apuntar al primer lugar en los Juegos Olímpicos.

Cada vez están más cerca, y si bien aún falta una cantidad de tiempo considerable para que lleguen, siento como si estuvieran a la vuelta de la esquina, y yo aún no soy lo suficientemente buena como para presentarme en una competencia de ese nivel. Ese pensamiento me ha estado carcomiendo la cabeza en las noches que no consigo conciliar el sueño y, francamente, estoy comenzando a agotarme.

—Vamos. Programa largo desde el inicio. —Mi madre tampoco ha estado siendo la persona más paciente de todas. Según ella y el plan que se armó dentro de su cabeza yo ya debería de estar patinando igual que como lo estaba haciendo antes de sufrir el desgarro. Algo me dice que ella nunca en la vida ha sufrido un desgarro o alguna lesión de magnitud, y que no tiene ni idea de lo difícil que es volver a entrenar después de tanto tiempo fuera—. Recuerda marcar más los pasos, así por lo menos vas a poder recuperar algunos de los puntos perdidos por tus saltos de pésima calidad.

Decido no responder. Al menos no verbalmente, ya que ruedo los ojos cuidando que ella no me pueda ver. A veces su simple presencia puede ser demasiado estresante, pero no hay nada que yo pueda hacer contra eso, por lo que me posiciono en el mismo lugar de siempre, esperando a que la familiar melodía comience a sonar.

Muevo mis brazos y piernas de la misma forma que lo he estado haciendo todo el día, y toda la temporada, por lo que ya a este punto mi cuerpo lo hace casi que de forma automática. No tengo que pensarlo mucho al momento de deslizarme sobre el hielo, tan sólo cuando llegan los distintos tipos de saltos.

Mientras patino y avanzo al ritmo de la música, lo único en lo que puedo pensar es en lo mucho que me gustaría no estar aquí ahora mismo. Prefiero estar haciendo cualquier cosa, en cualquier otra parte, con cualquier otra persona.

Hielo Ferviente [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora