*ೃ 𝕭𝐎𝐑𝐃𝐄𝐑𝐋𝐈𝐍𝐄 •˖*
【 LIBRO 𝐔𝐍𝐎 DE 𝐂𝐈𝐍𝐂𝐎】
⅋⅋ ──┈ ៹ 𝓗arper 𝓥erum accedió a ayudar a sus mejores amigos a encontrar un cadáver desaparecido de manera demasiado voluntaria la noche anterior a su primer día de segundo año. Si hubiera s...
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❝ el objetivo de la fanficción es que puedas meterte en el universo de alguien más. reescribe las reglas. o dóblalas. la historia no tiene por qué terminar. puedes quedarte en este mundo, en este mundo que amas, todo el tiempo que quieras, mientras sigas pensando en nuevas historias. ❞ — rainbow rowell
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EL ALFA SE CERNÍA SOBRE HARPER, con los dientes desnudos mientras gruñía, con una baba que goteaba de sus colmillos puntiagudos, sobre su cuerpo tembloroso. Sus garras se hundieron en el suelo junto a ella, y su nariz se movió visiblemente al olfatear el aire, como si la hubiera olfateado. A Harper se le salía el corazón del pecho y estaba segura de que si esa cosa era una versión más evolucionada de Scott y Derek, podía oírla.
Harper apostaba a que incluso podía oler el sudor que cubría sus palmas, y escuchar su sangre corriendo dentro de su cuerpo. Apostaba a que apestaba a ansiedad. Y apostaba a que se alimentaba de eso. La chica Verum se dio cuenta de que disfrutaba de la sensación de poder que le producía tenerla inmovilizada bajo sus patas, tan débil y vulnerable. Como un perro con un nuevo juguete para morder.
La adolescente no quería ser un juguete para morder. Pero sin nadie que le echara la bronca al gran alfa malvado, no había nada que le impidiera morderla, arañarla o matarla. La tensión era tan intensa que su pecho subía y bajaba, tratando de controlar su pesada respiración. Casi quería que se acabara de una vez. No podía soportarlo más.
—Harper —susurró eso, o más bien él, contra su oído, su cabeza se acercó a la oreja de Harper para que ella pudiera sentir su aliento caliente en su cuello, haciendo que Harper se empujara más en el suelo bajo ella.
Los agudos dolores del áspero suelo que arañaba su espalda por debajo de ella la hicieron estremecerse, pero no se comparaba con el dolor que sintió la pobre chica a continuación. Harper no tuvo tiempo de comprender que el alfa sabía su nombre antes de que el peor dolor que había sentido en toda su vida le llegara al hombro, donde se había levantado la camiseta.
Un grito surgió del fondo de su garganta, la espalda de Harper arqueándose cuando el alfa hundió sus dientes en su piel, lo suficientemente fuerte como para que la sangre empezara a brotar. El alfa gruñó un poco y sus orejas se agudizaron de repente, pues era evidente que había oído algo, antes de salir corriendo por el pasillo.
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