𝐃𝐢𝐚𝐦𝐨𝐧𝐝 𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭 ✾ 𝘑𝘢𝘺𝘸𝘰𝘯 [Pausada]

❁3❁: ¿Otro Mundo?

—Pregunté, ¿qué le estás haciendo a Jungwon, Jay? Te dejé a su cuidado, no que intentaras.. — Mira el rostro sonrojado de su hermanito y niega leve—lo que sea que hayas intentado.

—Hoon, no pasó nada, te lo juro. Jay solo él solo...

No tenía cómo explicar lo que había pasado, ninguno de los dos en realidad, ni ellos mismos entendían que había pasado, solo sabían que aquello, sea lo que sea, les está pasando a ambos.

—Es difícil de explicar... —habló Jay luego de estar en silencio— tu no viste lo qu... —Fue interrumpido por la voz de Sunghoon.

—Ya lo veo, puedo ver perfectamente que fue una mala idea dejarte el cuidado de Jungwon —dice mientras se cruzaba de brazos.

Sunghoon estaba yéndose por las ramas con sus pensamientos, y es que realmente no podía pensar en otra cosa que no fuera que Jay intentó sobrepasarse con Jungwon, pero que este mismo lo tratara de justificar lo hacía pensar aún más en sí realmente fue aquello lo que sucedió.

Despertó de su ensoñación al sentir las manos de su hermano tomando sus brazos mientras le miraba, como si le estuviera pidiendo con la misma el que lo escuchará, suplicando.

Dio un suspiro mientras pasaba una de sus manos por su rostro algo frustrado.— Bien... dejaré que me expliquen o lo que sea.

Sunghoon los miraba mientras estaba sentado en el sofá de la sala y escuchaba atentamente su relato sobre cómo había aparecido una araña y esta se había metido a la camisa de Jay, por lo que el nombrado debió de quitarse esta. Claramente, Jungwon se avergonzó por esto y eso dió en que los encontrara de aquella forma, nada de segundas intenciones o algo por el estilo... al menos fue lo que le contaron y lo que terminó creyendo, pues no veía nada fuera de lo que estos le contaron.

Jungwon dió un gran suspiro al ver que Sunghoon se había creído todo y no tuvo que explicarle todo aquello que ni él mismo entendía aún. Su pobre corazón seguía agitado por la cercanía que había compartido antes con Jay, su brazo a su vez aún tenía picazón y un leve ardor que no dejaba de molestarle, mas el hecho de que no sabía qué había sido aquello. Pudo observar algo poco de la espalda del mayor y notar que su marca también había brillado como la de él, solo que el resplandor había sido todo lo contrario a la suya. La de Jay había tenido un brillo blanco, mientras que su marca había tenido uno rojizo. Simplemente había muchas cosas que no entendía y no sabía por dónde comenzar a desglosar.

Hubiera seguido en su mundo de no ser por una sensación extraña que sintió en su cuerpo, más en su nuca, y ahí mismo al girarse divisó por la ventana de la cocina, dos figuras a la lejanía de su patio trasero, un escalofrío le recorrió completamente al notar que éstas le miraban fijamente. Y sin apartar la vista de la ventana, sintió un tirón en su mano que lo obligó a mirar a la persona que había tirado de él, dando de golpe con el mayor, y es que Jay aún no se había ido pues se quedó para hablar con su hermano sobre su trabajo, el cual aún no terminaban.