❖Estornudos

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—¡Achú!

—Ya van diez veces en menos de media hora, enserio detente —se quejó MinSeok, el compañero de piso y mejor amigo de KyungSoo mientras arreglaba un bolso con algunas de sus pertenencias. 

—No pue- ¡Achú! —no alcanzó a terminar la oración porque un estornudo volvió a atacarlo— ¿A dónde vas?

—Me iré a casa de JongDae por unos días, sabes que no puedo soportarte cuando estas resfriado, pareces mujer embarazada y además no quiero contagiarme —respondió cerrando su bolso.

—¡Pero no puedes dejarme aquí solito! ¡¿Cómo sobreviviré?! —exclamó el castaño con un puchero en los labios, levantándose del sofá donde se encontraba para aferrarse a la pierna de su amigo impidiéndole caminar.   

—No te dejaré solo, tonto, llamé a alguien que te cuidará muy bien —dijo MinSeok con una sonrisa pícara, anticipando la mala reacción del contrario pues odiaba ser visto por los demás cuando estaba resfriado, incluyendo a su novio.

—¿Por qué lo hiciste si sabes que no me gusta? ¡Eres -¡Achú!- de lo peor! —cambió su tierno puchero por un ceño muy fruncido dejando a la vista su enojo, aunque igual se veía adorable— Por lo menos dime que no llamaste a JongIn.

—...

—¡Kim MinSeok, dime que no!

Segundos después sonó el timbre indicando la llegada de la persona que cuidaría de KyungSoo— Ups, lo siento, demasiado tarde.

El castaño soltó el agarre de la pierna de su amigo y corrió a esconderse tras del sofá para que su novio no lo viese en esas condiciones. Escuchó pasos acercarse que luego dieron espacio a la voz de su novio.

—¿Dónde está KyungSoo? —hubo un silencio tras la pregunta que el mismo aludido interrumpió accidentalmente.

—¡Achú! ¡Mierda, malditos estornudos!

—¿Amor, qué te he dicho de las malas palabras? Ahora ven a saludarme porque ya sé que estás ahí —luego de las palabras del pelinegro, KyungSoo salió de su escondite y se lanzó a los brazos de su novio, de todas formas ya no podría impedir que este lo viera resfriado.  

—¡Ugh! Ustedes dos me dan diabetes —dijo el pelirosa al ver el cariñoso abrazo que compartían sus amigos.

—¿Y tú? Ya es hora de que des diabetes junto a JongDae. Mejor ya vete, dramaqueen, que yo me quedó aquí cuidando a mi bebé.

—No te metas en mis asuntos, negro mocoso. Y más te vale que cuides a Soo, ya sabes que es algo complicado. Adiós —MinSeok se despidió y salió del departamento, dejando finalmente sola a la pareja.

Estuvieron un buen rato en el sofá compartiendo mimos y besos, hasta que KyungSoo, entre estornudos pidió que fueran a la habitación. Una vez ahí, ambos se recostaron en la cama acurrucados en las mantas, KyungSoo en medio de las piernas de JongIn.

—¿Por qué no me llamaste, amor? Pude haber venido antes a cuidarte.

—Porque no quiero molestarte —respondió el castaño  quien, gracias a su posición, estaba muy relajado y casi durmiéndose— Además, no quería que me vieras así, con mocos y mala cara.

—Bobito, tú nunca serás molestia para mí. Y te amo así, con mocos y todo incluido —dijo JongIn dejando un casto beso en su frente.

—Yo también te amo, Innie—esta vez el nombrado besó los labios acorazonados  de KyungSoo y luego comenzó a acariciarle el cabello, logrando así que este cayera dormido en sus brazos.

MinSeok le había dicho que KyungSoo era realmente difícil de manejar cuando estaba resfriado, pero mirándole así, con los ojitos cerrados y respirando suavemente, parecía un verdadero ángel. Esa era definitivamente la imagen que JongIn quería tener el resto de su vida grabada en su corazón. 


E

s una adaptación, todos los créditos para donejo

¡Achu! ( Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora