P r ó l o g o

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Año 1887

Inglaterra

Es necesario que tenga los ojos vendados — por supuesto o se arruinaría la sorpresa

—No puedo evitar sonreír por lo que Lorenzo siempre hace por mí

—Bien ya llegamos le quito la venda de los ojos, mira qué te parece es hermoso verdad

—Me encanta es maravilloso — sabía que te gustaría, toma mi mano te mostrare algo más

—Hay más, eres realmente genial Lorenzo — claro que si por algo me llamo Lorenzo Longo

—Eres muy presumido — mira hay esta estuve decorando este lugar para nuestro aniversario

— ¡Qué maravilla! — ven vamos a comer, pero no logramos llegar porque nos empezaron a atacar —Elena corre yo los distraigo, sin dudarlo me empiezo a concentrar para poder unir mis energías con el de la naturaleza para así crear un tornado, no puedo tiempo y me voy corriendo, trato de buscar a Elena pero no percibo su olor camino un poco más hasta que miro una figura de mediana estatura escondida detrás de un árbol, voy corriendo hacia ella abrazándola.

—Vamos Elena se quedaron atrás tenemos que salir de aquí.

—Lorenzo quienes son los que nos persiguen — no tengo idea pero es mejor no saberlo y escapar.

—Pero todo fue en vano porque nos lograron encontrar.

—Tu joven puedes irte, pero ella se queda aquí — no eso nunca sin ella yo no me voy.

—si es así los matare a ambos — pero que hicimos para que quieran matarnos.

—Tu nada en cambio ella si — Lorenzo tengo miedo yo no sé de qué se trata todo esto ayúdame

—Tranquilízate Elena quédate a mi lado, en ese instante flechas fueron disparadas hacia nosotros haciendo que una rozara el brazo de Elena .Poco a poco se miraban unas motas de color negro en su brazo blanco y delicado.

Sin dudar hago uso de mis garras para poder matar a cada uno de los hombres. Pronto Elena también empieza a pelear, cuando unas cadenas me atrapan quemando mi piel, es un dolor insoportable que se siente que me debilita cada vez más. Antes de cerrar mis ojos escucho un desgarrador sonido que me hace sentir culpable de que no fui lo suficiente bueno para protegerla, me maldigo mil veces por dejar que pasara.

Hola Lorenzo mírate nada más — Luniel que haces aquí — vengo a terminar lo que no pudieron hacer sabes algo desde hace tiempo quiero que Elena sea mía pero ella solo te quiere a ti.

—Que pretendes con todo esto dime — algo simple si ella no es mía tampoco será tuya me entiendes — eso jamás ella no es de nadie para que digas eso así que aléjate de ella — veras que no quiero en estos momentos quiero hacer algo más dice con una sonrisa malévola llena de diversión , se acerca a Elena y con una de sus garras le rompe una parte de su hermoso vestido — no la toques déjala en paz ya — no dice cuando le desgarra todo el vestido ,sin dudar la agarra de la cabeza dándole vuelta .

Solo logro escuchar sus huesos como se quiebran, su corazón ya no late mas todo su cuerpo queda inmóvil ella está completamente muerta se ha ido para siempre.

La peor desgracia es que es lo último que veo antes de quedar inconsciente con una culpa de no haber hecho nada para salvarla.


o como dice la frase:

"Todos los que en la muerte entren, no volverán; ni tomarán las veredas de la vida o eso creemos."

Los hijos de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora